Comunicación Alternativa // ISSN 2145-390X

ANTE LA FISCALÍA, ESTUDIANTE DESMOVILIZADA PUSO EN JAQUE A LA UD

En septiembre de 2008 Gina Parody azuzó el ataque contra el estudiantado del país a través de unos videos manipulados. Una de las caras invisibles, y mano derecha de este espectáculo mediático fue la suplente estudiantil ante el Consejo de Facultad de Ciencias y Educación de la UD de entonces, Deamar Herreño. Investigación exclusiva del MZO.

Por: Comité Editorial El Macarenazoo (MZO)
Fecha de publicación Web: 20 de junio de 2010.

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Foto: CityNoticias


En septiembre de 2008 se presentó un ataque frontal contra la Universidad Distrital, y en general contra la libertad de pensar distinto y de organizarse en el movimiento universitario, cuando la entonces senadora uribista Gina Parody “reveló” cómo grupos ilegales, según ella, “infiltran los centros educativos de todo el país para crear células terroristas en las ciudades” y poseen “un plan de reclutamiento permanente” en las universidades.

 

Se trató del descubrimiento, por parte de Parody, de dos videos grabados por El Macarenazoo en enero de ese año y publicados en marzo, donde en una bienvenida de semestre a nuevos estudiantes, grupos de encapuchados, pertenecientes a los movimientos TNT (Tercos Necios Transformadores) y MJB (Movimiento Juvenil Bolivariano) se tomaron los micrófonos oficiales y explicaron ante la comunidad parte de sus ideales; estos videos fueron bajados y manipulados con otras imágenes, de distintos momentos y autores disímiles, para decir ante el Congreso de la República y los medios masivos de desinformación que se trataba de un sólo video, modificando así el contenido real de los primeros audiovisuales. Según Parody, los videos fueron “realizados por ellos mismos” (los milicianos  o encapuchados), afirmación desmentida por el rector Carlos Ossa, quien salió en defensa del MZO a través de medios masivos como El Espectador, explicando el origen real de la polémica. El espectáculo mediático sirvió de referente, entre otros, al Concejo de Bogotá para pedir la destitución del rector, por supuesta complacencia con estos grupos de encapuchados, ya que “la libre expresión no se esconde detrás de capuchas”, según Parody. “Ni siquiera los grandes revolucionarios las usaron. Uno no vio a Lenin o a Mao con capuchas”, afirmó en reiteradas ocasiones.

 

La misma senadora dijo que este tipo de situaciones eran recurrentes en el campus, y que desembocaban en amenazas e intimidaciones contra la población estudiantil: “Ahorita hay estudiantes de esa universidad en mi oficina muertos de susto con lo que está pasando en esa universidad”. ¿De quiénes se trataba? ¿Estas personas a la que se refería Parody en realidad estaban amenazadas, o eran señuelos que legitimaron el accionar de los cabildantes del Concejo, de la Policía, y del Estado en general contra el estudiantado de todo el país, y tomó como excusa la Universidad Distrital? Esta criminalización condujo a que miles de estudiantes se movilizaran en el país, y que la Universidad Distrital tuviese constantes interrupciones por las asambleas y reuniones de distinto tipo que se adelantaron en ese período académico.

 

En los medios de comunicación fue tema obligado hablar de la guerrilla tomándose la universidad; en ese sentido, Citynoticias  elaboró un reportaje con Deamar Herreño Quiroga, noticia que fue publicada en la edición impresa y electrónica de El Tiempo con el siguiente título: “Encapuchados la acusaron de paramilitar y la expulsaron de la U, denuncia joven”. La noticia es una apología a la supuesta amenazada, tal vez la única estudiante que actuó públicamente contra los intereses del estudiantado, y representa un argumento a favor de las denuncias de Parody, la única persona que públicamente dijo sentirse amenazada con los encapuchados. El testimonio de Deamar Herreño fue la coartada que legitimó la ola de persecución, acusando así a cualquiera que deliberadamente se tapara el rostro, como un guerrillero o un terrorista. Y no sólo eso, el papel de Herreño en este hecho va más allá, según lo corrobora un paquete de documentación obtenida por El Macarenazoo, y una pequeña investigación realizada por este medio.

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Foto en Facebook donde aparece Deamar Herreño con dos asistentes al Foro Social Mundial, titulada por ella "El Guerrillero."

Deamar Herreño ingresó a la Facultad de Ciencias y Educación de la Universidad Distrital en el año 2003 para realizar su carrera en la Licenciatura de Biología. Según se constata en el formulario de inscripciones especiales, Herreño ingresó a través de un cupo especial designado para reinsertados. Según comunicación enviada por el Programa para la Reinserción del Ministerio del Interior, dirigida al Consejo Superior, y fechada el 14 de noviembre de 2002, Deamar hace parte de los seleccionados para acceder a uno de los cupos de la UD: “La Dirección General para la Reinserción (del) Ministerio del Interior y la Compañía Nacional para la Paz, COMPAZ, una vez realizado el proceso interno de entrevistas, evaluaciones y estudio de las personas que han participado en procesos de reinserción, avala el siguiente listado con el fin de obtener los cupos correspondientes para adelantar sus estudios superiores”. En la comunicación fueron anexados 53 nombres, entre los que figura el nombre de Herreño.

 

Herreño nació en 1974, en Bolívar, Santander. Lo que indica que en el momento de su ingresó a la U, tenía 28 años. Permaneció en la universidad hasta el 2008, poco después de haber estallado el escándalo de los encapuchados “infiltrando” la universidad. Incluso, en las Asambleas fue vista  tomando fotos, y deambulando por sus corredores. Era propietaria de un negocio informal, un chuzo, como lo llaman los vendedores ambulantes al interior de la sede de La Macarena, Facultad de Ciencias y Educación, que, según ella misma lo dijera, le daba un millón y medio mensuales, una suma exorbitante teniendo en cuenta  las dimensiones y productos de la venta: cigarrillos, comestibles en paquete, entre otros. Pero también desapareció de la universidad después del escándalo, siendo suplente de la representación estudiantil ante el Consejo de Facultad, curul que obtuvo en 2007, con  escasos 155 votos a favor, en una elección donde el voto en blanco ganó (304), y la abstención fue predominante, pues sólo votaron 1.030 personas, en una facultad de casi 8.000 estudiantes. Según constató el MZO, Herreño se puede encontrar hoy en día en Europa con auspicio de la universidad (en su cuenta de Facebook hay evidencia de estadías suyas en Argentina, Italia y Brasil, donde asistió al Foro Social Mundial), desde donde ha gozado del olvido de una comunidad que fue víctima de los señalamientos que esta mujer realizó en la Fiscalía y en otras instituciones del Estado en su contra, actuando, como ella misma lo dijo, como “colaboradora” del Estado. Herreño fue pieza clave del escándalo que originó Gina Parody, pues al parecer actuó motivada por mentiras, acusaciones infundadas y por el deseo de salir del país.

 

Aprovechando su condición de candidata suplente a la representación estudiantil del Consejo de Facultad, dirigió una carta fechada el 22 de octubre de 2007 a la entonces coordinadora del proyecto curricular de Biología,  Carmen Helena Moreno, en la que le solicitaba un permiso académico “por la razón de que soy postulante a las elecciones del Consejo de Facultad, y por otras razones que me son ajenas a mi voluntad (sic), ya que soy víctima de abusos por parte de grupos inescrupulosos, el día martes, miércoles, para hacer descargos en el Ministerio del Interior y Defensa, y creo que me tomo hasta el viernes, dependiendo del Ministerio y de la Defensoría del Pueblo”. Esta fecha es un indicio de que Herreño tenía o abrió procesos judiciales contra varios estudiantes por lo menos un año antes del escándalo de Parody. Sus quejas fueron argumentadas por supuestas amenazas y hostigamientos que ella sufría tanto dentro como fuera de la universidad, por grupos que la acusaban de ser paramilitar e informante. Algunos de estos hechos los reseñó en una carta enviada el 27 de mayo de 2008 al Consejo de Carrera de la Licenciatura en Biología, donde firmaba ya como “representante de la Facultad de Ciencias y Educación”, puesto que en realidad lo ocupaba Nidia Ligeya Daza Hernández, la Principal ante el Consejo de Facultad. Herreño siempre fue la suplente de Daza, pero en algunas comunicaciones de carácter público aparece como la principal. El fin de esta carta fue la solicitud de un aval “para movilidad académica y poder tomar trabajo de grado II, embriología y práctica profesional II en una universidad fuera del país”. Desde entonces, Herreño quería salir del país, pero sólo fue hasta creado el escándalo que pudo hacerlo, ya, al parecer, sin aparentes problemas. ¿Acaso que puso en jaque a cientos de personas sólo por cumplir su sueño? ¿Tenía necesariamente que salir del país? ¿Qué tanto influyó su cargo en el Consejo de Facultad y sus declaraciones ante entes judiciales para crear un escándalo de semejantes proporciones?

 
"Estoy en Francia": 26 de enero de 2010. Comentario en Facebook.

En la carta en cuestión, Deamar Herreño certifica que tenía un escolta dentro de la propia universidad: “La estudiante esta (sic) amenazada por grupos ilegales al margen de la ley por lo que goza del acompañamiento de un escolta por parte del grupo Creer donde se encuentra vinculados (sic) estamentos del Estado, Ministerio del Interior, Vicepresidencia de la República, Policía Nacional, Secretaría de Gobierno (Alcaldía Mayor de Bogotá), por lo que su caso lo lleva en curso la Fiscalía 240 y 241”. Según los seis hechos que enumera en esa carta, el escolta estuvo presente en la mayoría de ellos, excepto uno: “El día 6 de mayo baja de la universidad en compañía de un amigo, hora 4:30 aproximadamente, y cuando estábamos frente a la Iglesia unos hombres, supuestos policías, se movilizaban en una moto, quien ellos (sic) me dispararon en los pies. Esa situación se presenta de salir sola, por lo que el escolta no estaba conmigo”. Que un estudiante sea hostigado por grupos irregulares o por el mismo Estado es de suma indignación, y cobra especial importancia si en realidad estos hechos ocurren tan cerca del campus (la Iglesia a la que se refiere es la capilla ubicada en la calle 26 A con carrera 4A, a sólo dos cuadras de la Facultad, y principal corredor de movilidad peatonal). Pero no se tienen indicios de hechos similares ocurridos con otros estudiantes, funcionarios o profesores de la universidad. Entonces, ¿de qué se trata?

 
Durante el Foro Social Mundial en Brasil. Foto de Facebook.

Algunas opiniones de compañeros de clase, publicados en El Tiempo como comentarios de la noticia que se indicó atrás, dan cuenta de un alto nivel de mentira que es detectada por sus coterráneos; Soluro escribe: “Es difícil creer en lo que Deamar dice. La conozco y realmente puede llegar a ser muy mentirosa, lo peor es que a pesar de ser mala estudiante, la van a premiar con una beca en España. Esto es cosa de locos, no entiendo cómo le van a dar beneficios a una estudiante que en la universidad no mostró actitudes de respeto frente a los demás y viene ahora a decir estas cosas. La verdad no me sorprende de ella. Se aprovechó del momento, ella es así oportunista, estoy casi segura que nada de lo que ella dice ha sido así. Sólo quiere dar mala imagen a la universidad y obviamente, las directivas, para que no siga hablando barbaridades (cosas que a ella nunca le han sucedido) prefiere enviarla a estudiar al exterior”. La solicitud de Deamar, entonces, fue la de “culminar mi carrera, ya que sólo me falta la materia (de) trabajo de grado, embriología y práctica profesional II”, fuera del país. Solicitud que fue aplazada, hasta septiembre de 2008, cuando estalló el escándalo mediático de Parody; la universidad sí corrió finalmente con los gastos de viaje y estadía de Herreño en España, eso ya hace más de un año, pero en el momento de escribir este artículo, al parecer, la UD aún le sustentaba su exilio voluntario. ¿Acaso no le faltaba sólo una materia?

 

El papel de Herreño en la UD fue otro aparte de estudiar y vender golosinas en un puesto que curiosamente daba tres veces el salario mínimo mensual. Esta reinsertada acudió varias veces a entes judiciales para denunciar, al parecer, los hostigamientos que recibía. Pero basta verificar sólo una declaración de un folio, para comprobar que eso era lo menos importante. Según se constata en la declaración que ella efectuó el 16 de septiembre de 2008 ante el fiscal especializado Jorge Iván Piedrahita Montoya, hoy destituido e inhabilitado por 20 años (entre otras por abuso de autoridad –se uniformaba para realizar pesquisas, allanamientos y capturas, y grababa protestas universitarias– y otras irregularidades cometidas en su cargo –como pedir la base de datos completa de cinco universidades desde 1992 a la fecha, lo que violentaba los derechos de los ciudadanos colombianos a su integridad, privacidad y presunción de inocencia, entre otras–), Herreño compareció, según reza en el mismo expediente, para “aportar datos a la presente investigación”, se trata del proceso 65.635 de la Unidad Nacional contra el Terrorismo, uno de los tantos procesos que ayudó a desenmascarar a Piedrahita como un instigador. Deamar Herreño, en pocas palabras, delata aquí a decenas de personas que, según ella, hacen parte de grupos guerrilleros, con nombres propios en algunos casos, apodos y detalladas referencias físicas de los involucrados. Según pudo investigar el MZO, entre ellos se encuentran importantes líderes, gestores culturales, estudiantes comunes, y funcionarios del gobierno universitario, que produjeron en Herreño falsas calumnias, infundadas y sin mayores pruebas. Sus falsas declaraciones condujeron a que muchas de estas personas fueran perseguidas y amedrentadas en esos días, en pleno furor del auge antisubversivo de medios y oficialismo.

 

Apartes de este talante son los que se encuentran en esta declaración, que perjudican no solamente a quienes son nombrados ahí, sino al conjunto del estudiantado y sus grupos u organizaciones de base: “Manuel* es alto, de cabello largo, moreno, tiene gafas. Se viste como de ropa ancha y de morral terciado, y se coloca una bufanda de cuadritos, es de cara delgada, es moreno, él trabajaba en Bienestar Institucional, sé que vive en los edificios del Salitre con una muchacha… yo tuve un encontrón con esa persona en un Festival de Orquestas, eso hace cuatro años, yo estaba vendiendo cervezas, y entonces le dije: a mí qué me va a decir guerrillero malparido, él era encargado de la parte de la cultura de la universidad”. Opiniones subjetivas y falsas presuposiciones son las que abundan en la declaración de seis páginas sin espacios, y la única a la que el MZO pudo acceder. En la anterior, se evidencia un total desconocimiento por parte de la estudiante por los actos culturales, pues es sabido que aunque los jóvenes aprovechan estos eventos masivos para beber, los funcionarios de la universidad están en la obligación de preservar el orden, tratando, por lo menos, de impedir que se venda licor dentro del campus. Caso contrario, la universidad podría verse expuesta a sanciones del Ministerio de Educación. Eso no significa que quien toma una posición de bienestar y cuidado con la sede sea un “guerrillero”.

 

El desconocimiento de Herreño es mayor, teniendo en cuenta que en ese entonces se identificó como una estudiante de décimo semestre, y dijo en la misma declaración: “Yo conozco a una persona que le dicen la Gorda* que pertenece al grupo que tiene en la bandera un martillito, de color rojo es la bandera y el martillo es negro, esos son los guardias rojos”. No sólo estigmatiza la simbología de ideologías políticas, sino que desconoce su real significado, y pretende enjuiciarlo.

 
Con la hija del comandante Che Guevara, al fondo. Durante el Foro Social Mundial de Brasil

Este medio de comunicación también aparece reseñado en la declaración. Según Herreño, este grupo de comunicación tiene algo que ver con movimientos insurgentes porque conocen, saludan o entablan conversaciones con personas que, para ella, son claras referencias guerrilleras. Incluso asevera que un miembro del MZO dijo que Alfonso Suárez, ex decano de la Facultad, “era paramilitar”, y que por ello este le había interpuesto una demanda. Nunca el MZO ha dicho que Suárez, hoy en día profesor de la Licenciatura en Física,  haya sido o sea paramilitar. Por el contrario, el MZO sí sufrió las imposiciones del funcionario en su despacho, quien para la segunda edición impresa de este medio, patrocinado por la universidad (abril 2006), colocó una cantidad exagerada de obstáculos para su impresión, a tal punto que nunca la autorizó, y fue necesario entonces recurrir a otras dependencias de la institución, exceptuando la Decanatura. Asimismo, la demanda que colocó Suárez en contra de los líderes del MZO no fue por injuria o calumnia, sino por constreñimiento ilegal; nunca Alfonso Suárez o su representante se presentaron ante la Fiscalía, como sí lo hicimos nosotros, por lo cual el proceso se archivó. Herreño sabía de esta demanda, en un momento en que ninguna otra persona lo sabía.

 

En síntesis, para Deamar Herreño son potenciales sospechosos todos los líderes y gestores culturales o sociales, estudiantes, profesores o funcionarios, que han debatido en algún momento ante la palestra pública problemáticas internas o nacionales. En la declaración en cuestión, por lo menos una veintena de personas aparecen reseñadas, incluido Jorge Rodríguez, secretario académico de la Facultad: “Jorge Rodríguez (…) me dio a entender que podría hacer un acercamiento con la guerrilla, porque yo le comenté sobre mi caso, y él tiene información sobre documentos que yo he radicado sobre las amenazas”. Rodríguez, en una ocasión, alertó a miembros del MZO sobre el peligro de hablar de Herreño, frente a lo cual se había tenido prudencia hasta la revelación de los documentos de este artículo. La labor de inteligencia de Herreño incluyó también la de tomar fotografías: “Alias Guarnizo*, estudia derecho en la Nacho, lo tengo en fotos, él es el que está hablando, no le he visto la cara, es delgado, tengo fotos de esa persona en mi celular (…)”.

 

Uno de los datos curiosos es que al igual que la versión de la Policía, el DAS y otros organismos de seguridad del Estado, Herreño también asevera que las papas explosivas se guardan en el pasto: “Ellos (los supuestos milicianos) tienen, dentro del mismo pasto; guardan las papas bombas (sic), inclusive un señor con una guadaña explotó una (…)”.

 

Estas acciones hicieron parte del perjuicio al movimiento estudiantil, que desde entonces teme tomar posiciones más radicales, y además porque muchos dirigentes estudiantiles o líderes sociales relacionados con la universidad han sido desaparecidos, ejecutados o capturados, como el caso del profesor William Javier Díaz Ramírez, detenido desde el 14 de noviembre de 2008 en la Penitenciaría La Picota, quien lideraba la realización de charlas y seminarios con el Taller de J’ormación Estudiantil, TJER, en las Universidades Distrital y Pedagógica. Como agravante, se recuerda que Herreño nunca fue destituida de uno de los cargos más altos a los que puede llegar un estudiante, y que hasta ahora no se han elegido reemplazos para la representación de la Facultad, debido a que el día de las elecciones de 2009 se presentó un boicot a las urnas.

 

La punta de lanza que no se evidenció en su momento, para hacer estallar un escándalo preparado, y que tuvo como protagonistas a Gina Parody y algunos concejales de Bogotá, entre ellos Felipe Ríos (que en un acto burdo se puso una capucha para demostrar, según él, que alguien tapado intimida en todo caso), que expusieron el caso de Deamar Herreño, es sólo una cara visible de todo un aparato gubernamental para controlar la población, tomándose cargos públicos y acusando deliberadamente a la población organizada. Las políticas inocuas de la ley de reinserción, entre otras razones, han permitido no solamente que en las aulas de clase no se pueda hablar tan abiertamente, sino que incluso sea un peligro organizarse o gestar eventos de impacto, donde se cuestione de frente el estado de cosas del sistema. Así lo demuestran los montajes judiciales que se han montado al amparo de supuestos correos y computadores, así como de declaraciones infundadas e injuriosas.

 

*: Nombres cambiados por seguridad.


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