Comunicación Alternativa // ISSN 2145-390X

AUTORIDADES INDIGENAS RECUPERAN SU TERRITORIO ANCESTRAL OCUPADO POR BASE MILITAR EN EL HUILA

Por: CCAJAR, CRIHU
Fecha de publicación: Miércoles 8 de febrero de 2012


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Foto: Archivo (Prensa Rural)

Luego de varios años de resistencia, el pasado 27 de enero, el Ejército Nacional, retiró del territorio del Resguardo indígena Guambiano Páez, las instalaciones de la base militar del Batallón de Infantería 26 Cacique Pigoanza, que de manera ilegal e inconsulta afectó por más de 11 años los territorios ancestrales, ubicados en la inspección de Belén, municipio de La Plata, departamento del Huila.

La Base militar que se empezó a construir a mediados del año 2003, fue ampliándose en los territorios indígenas, constituyéndose en una amenaza permanente para los integrantes de la comunidad. Los habitantes del resguardo llegaron a la región reubicados, luego de que un temblor y una avalancha del río Páez afectara de manera considerable la zona donde residían, en la frontera de los departamentos del Cauca y del Huila.

Este logro sin antecedente para los pueblos indígenas se dio luego de que, en el marco de la II Caravana Internacional de Juristas , las autoridades del resguardo, un delegado del Consejo Regional Indígena del Huila -CRIHU- y el comandante del Batallón de Infantería, Teniente Coronel Luís Erazo Arteaga, firmaran una acta el 25 de agosto de 2010, en la que se acordaba la reubicación de la base militar Belén y se establecía un plazo de un año contado a partir de la fecha para ello.

Es preciso anotar que la reubicación de la Base Militar fue solicitada por la comunidad indígena en varias oportunidades. A mediados del 2003, las autoridades ancestrales, expresaron su incomodidad y los daños causados ante el Comandante de la Base Militar y el Ministro de Defensa, quienes ignoraron sus peticiones y la gravedad que representaba para los indígenas.

En julio de 2011, fecha en la que se cumplía el acuerdo para reubicar la Base Militar acordada un año antes, las autoridades castrenses incumplieron el acuerdo y solicitaron a la comunidad indígena, un plazo de seis meses para su reubicación. Petición que fue acogida en un gesto de buena voluntad, quedando establecida la entrega del territorio ocupado – tal como se dio – el pasado 27 de enero de 2012, a pesar de la insistencia por solicitar un nuevo plazo, en el marco de una reunión realizada el 21 de enero de 2012, con las autoridades indígenas del resguardo, quienes, en una muestra de autonomía y autodeterminación, expresaron su negativa, manifestaron el abuso de la buena voluntad de parte de las autoridades castrenses y se ratificaron en el retiro inmediato de la Base Militar de los territorios ancestrales.

Para la memoria de la resistencia indígena:

El acta de entrega fue firmada por el Sargento Arley Sierra Pérez, en representación del Teniente Coronel Fernando López Colmenares, comandante Batallón No. 26 Cacique Pigoanza quien entregó el predio de 200 metros cuadrados perteneciente al cabildo indígena La Reforma, al gobernador Floriberto Andela Cuene, siendo observadores: Constanza Arias, Defensora del Pueblo del Huila y Alfonso de Colsa, Responsable Territorial del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo Humano, Huila –PNUD-.

En el acta se garantiza que “el terreno se encuentra limpio de material explosivo que atente contra la integridad del personal o habitantes de la población” y que en un plazo de 8 días a partir de la firma del documento se “den por terminadas todas las obras correspondientes al desalojo de la base militar incluyendo la destrucción de las trincheras y el retiro de todo el material que se necesite para la instalación de la nueva base, por lo cual se dará por terminado el proceso de entrega del predio al Resguardo indígena”.

Por su parte, las autoridades indígenas solicitaron que se entregara cercado el predio y que la población civil no participara en las obras de levantamiento de la base militar, ni hiciera presencia en los terrenos del cabildo sin su autorización.

Con un sentido ritual de purificación de la tierra, los cabildantes de La Reforma, en compañía de los gobernadores de los Resguardos Juan Tama, La Estación Talaga, Potrerito, San Miguel, La Gaitana, Los Ángeles, Nuevo Amanecer, Misak, entre otros, del Huila y el Cauca, seguidos de las organizaciones acompañantes y la guardia indígena, volvieron por primera vez, luego de 11 años de espera, a su territorio sagrado, el mismo en el que cultivarán y construirán casas para las nuevas familias del Resguardo.

Para ellos, tal como lo señaló Leonardo Homen Quinayas, presidente del CRIHU, al igual que los mayores del Resguardo La Reforma y gobernadores de otros pueblos indígenas del Huila y del Cauca que acompañaron la jornada, “este es un hecho histórico, de gran importancia para la unidad de nuestros pueblos y la defensa de nuestros territorios.”

Ahora el reto para los indígenas guámbianos y páez, es liberar las tensiones generadas por la reubicación de la base militar con algunos de los representantes de la población campesina, que ven con incertidumbre no contar con la presencia de los militares en la zona, así como hacer uso de los recursos que les otorgue la ley para la reparación por los daños causados durante la toma de sus terrenos.

De esta manera se dio cumplimiento a la Constitución Política Colombiana de 1991 que declara en el artículo 63 las tierras comunales de grupos étnicos como inalienables, imprescriptibles e inembargables, y en los artículos 286 y 329 se determina que los territorios indígenas son entidades territoriales y se les brinda protección.

Las luchas de los pueblos indígenas por la defensa de la madre tierra constituyen un ejemplo de resistencia y autodeterminación en el reconocimiento de su identidad y territorio, reconocida a la luz de la Constitución Nacional y tratados internacionales en materia de protección y promoción de los pueblos indígenas

El Colectivo de Abogados “José Alvear Restrepo”, y la Corporación de Abogados y profesionales SurColombianos – CAPS – organizaciones acompañantes en este proceso de resistencia, solicitamos a las autoridades nacionales e internacionales, realicen un seguimiento frente a este proceso indígena y exigimos condiciones de respeto a la vida y dignidad de los pueblos indígenas en Colombia.

Cosmovisión indígena:
Los indígenas guámbianos y páez aún mantienen su lengua natal guambiana y Nasa yuwe, que hablan con cierta fluidez tanto jóvenes como mayores. De tradición agrícola, el trabajo de la tierra constituye su principal fuente de sustento, la “madre tierra” hace parte de  su cosmovisión y es para ellos una realidad amistosa y benévola. Comunidad y tierra constituyen una unidad en la cual ninguna de sus partes puede sobrevivir independientemente. Como pueblos originarios buscan desde la relación con la tierra y la autonomía de su territorio, como parte fundamental de su cosmovisión, la recuperación total de su identidad étnica y sus costumbres culturales.

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