Comunicación Alternativa // ISSN 2145-390X

LA ALIANZA PARA EL PROGRESO, NO FUE DE PROGRESO.

A propósito de los 47 años de ciudad Kennedy, es importante reflexionar si realmente hubo los beneficios planteados por la Alianza para el Progreso o si simplemente fue un programa de respuesta a las enormes simpatías que despertó la revolución cubana a lo largo y ancho de América Latina.

Cuando el presidente Kennedy presentó la Alianza para el Progreso planteo que era: "Un programa revolucionario y un vigoroso esfuerzo para desarrollar e industrializar las economías de América latina reduciendo al mismo tiempo y  progresivamente las diferencias relativas que separan a los países ricos e industrializados de las repúblicas latinoamericanos".  Cuestión  que en la realidad no se ha dado, pues lo que  medio promovieron fue la sustitución de importaciones que ya venia andando desde la década de los cincuenta, que  géneró algún tipo de industria, pero totalmente dependiente de la economía norteamericana en el marco de libre comercio y para rematar muchas de ellas fueron acabadas o fusionadas por los monopolios multinacionales en los últimos veinte años de barbarie Neoliberal.

La presentación  oficial de la Alianza para el Progreso se hizo en el Consejo Interamericano Económico y Social de la OEA (CIES) en agosto de 1961 en Punta del Este, Uruguay. Pese a que la delegación Norteamericana quería hacer ver en esta conferencia que la Alianza para el Progreso era un programa exclusivamente económico y social, quedó en evidencia que era una acción política para aislar la revolución cubana. Así lo expresó Ernesto Che Guevara en esa conferencia: "Yo me pregunto, señores Delegados, si es que se pretende tomarnos el pelo, no a Cuba, porque Cuba está al margen, puesto que la Alianza por el Progreso no está hecha para Cuba, sino en contra, y no se establece darle un centavo a ella, pero sí a todos los demás Delegados. ¿No tienen un poco la impresión de que se les está tomando el pelo? Se dan dólares para hacer carreteras, se dan dólares para hacer caminos, se dan dólares para hacer alcantarillas; señores, ¿con qué se hacen las carreteras, con qué se hacen los caminos, con qué se hacen los alcantarillados, con qué se hacen las casas? No se necesita ser un genio para eso. ¿Por qué no se dan dólares para equipos, dólares para maquinarias, dólares para que nuestros países subdesarrollados, todos, puedan convertirse en países industriales-agrícolas, de una sola vez? Realmente, es triste."

Algo que no cuenta la historia oficial es que detrás de la alianza para el progreso llego un programa militar denominado Plan Laso (Latin American Security Operation) que: "Como ha mostrado Dennis Rompe, hubo en efecto un plan Laso para América Latina diseñado en Washington en el marco de la política de contrainsurgencia posrevolución cubana que impulsó el gobierno de John F. Kennedy con la Alianza para el Progreso. Este proyecto global se "españolizó" bajo el nombre de Lazo en la también llamada Operación Soberanía contra Marquetalia y el resto de los enclaves comunistas. En otras palabras, Laso, con 's', fue el diseño estratégico elaborado por los expertos del Departamento de Defensa en Washington y Lazo con 'z' fue la adaptación táctica en el terreno de batalla realizada por el Estado Mayor del Ejército Nacional."(1)

La alianza para el progreso finalmente se convirtió en una demagogia más y tan solo se limitó a dar "ayudas" para programas de vivienda, acueductos y entrega de tierras en algunos países latinoamericanos y como lo dijo el Ché, nada para superar el subdesarrollo. A  nosotros nos tocó vivienda y es así como con bombos y platillos las elites colombianas lanzan el programa de Vivienda de Ciudad Techo, haciéndole creer a la gente que las casas eran regaladas por los norteamericanos, cuestión que no fue cierta, pues del valor total del proyecto, la Alianza para el Progreso tan solo aportó el 30% a través del Banco Interamericano de Desarrollo BID, el resto corrió por cuenta del presupuesto nacional y del esfuerzo y trabajo de los primeros adjudicatarios, recordemos que la esencia del proyecto fue la autoconstrucción.

En conclusión. el mito fundacional de Kennedy se da realmente por el trabajo y esfuerzo de los primeros adjudicatarios, pues fue al calor del trabajo colectivo como fueron construyendo sus casas y supermanzanas, lo de la Alianza para el Progreso tan solo fue un paquete chileno más del imperio norteamericano, tal como lo es hoy el tan mentado TLC.

 

Mauricio Castellanos

Bogotá, 16 de diciembre de 2008


(1)    Autor/Fuente: Eduardo Pizarro Leongómez, IEPRI.

 


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