Por: Paola Andrea Chacón Tellez.*
Fecha de publicación: 8 de octubre de 2013.
A partir de hoy, la Plaza Distrital de Mercado Samper Mendoza recibe a 40 familias que viven de la comercialización de la hoja de tamal, quienes durante casi medio siglo trabajaron, en la calle, sobre la carrillera que colinda con la Plaza de Paloquemao, sin ningún tipo de protección contra el clima y otras adversidades.
Gracias a la concertación e inversión de más de $200 millones, el Instituto para la Economía Social-IPES y la Alcaldía Local de Mártires lograron adecuar un espacio digno dentro de la Plaza Samper Mendoza, para que estas familias ofrezcan su producto en condiciones dignas y seguras, como parte de un proceso de inclusión social y dignificación del trabajo popular y campesino de la Bogotá Humana.
Durante el mes de octubre los campesinos e indígenas que ingresarán a la plaza, estarán ajustando espacios y dinámicas propias de su trabajo, para garantizar la distribución de sus productos a los diferentes centros de acopio y venta, entre ellos las plazas de mercado de Bogotá y municipios aledaños.
“La clientela es la misma; lo importante de esta reubicación es que estamos en un lugar más seguro y tranquilo impulsando la venta a domicilio,” afirmó Olinda Rodríguez, campesina de Natagaima-Tolima.
De 11 p.m. a 5 a.m., los compradores podrán adquirir las hojas para hacer tamales y más de 200 especies de hierbas aromáticas, medicinales y esotéricas; entre otros productos.
La hoja de cachaco o de tamal proviene de la zona plana cálida del triángulo del Tolima, conformada por los municipios de Ortega, Coyaima y Natagaima, habitada casi en su totalidad por campesinos e indígenas descendientes del pueblo Pijao, muchos de ellos organizados en cabildos indígenas que se dedican a la agricultura y la ganadería en pequeña escala.
A estas comunidades se les reconoce como gestores del tamal, eje del patrimonio cultural inmaterial gastronómico del país y como salvaguardas de los conocimientos y de las prácticas ancestrales del mismo.
“Con este proceso de ingreso a la plaza, el mercado de la hoja de tamal fortalecerá su papel en la economía regional al abastecer y distribuir entre los consumidores, productos de uso tradicional y cotidiano brindando alternativas por fuera de los circuitos de las grandes superficies, y permitiendo que la población de la región central y de la capital pueda fortalecer su propia cocina y su soberanía alimentaria,” afirmo Jorge Pulecio, director del IPES.
La hoja de tamal no produce ningún cambio en las cualidades de los alimentos y el procedimiento de pasarla por el fuego, la hace aséptica, y de gran atractivo y economía por el carácter natural de este empaque, dándole un aroma particular y agradable.
* Jefe Oficina Asesora de Comunicaciones Instituto para la Economía Social - IPES, Alcaldía Mayor de Bogotá.