Por: Comunicadorxs Populares / Radicales Libres / F. Sakina Iwoka (Artículo 5)
Fecha de publicación: 20 de enero de 2014.
(Leer Artículo Anterior) Tan “valiosa” es la mencionada directora, que además del acompañamiento que le hacen los cabildantes Celio y Argote, más los 4 asesores, también se le ha visto en su despacho, acompañada y “asesorada”, desde su presentación oficial a la entidad, de un “enigmático” personaje de nombre Daniel Prado Albarracín, quien se presenta como “abogado y gran amigo personal del alcalde Mayor Gustavo Petro”. Amistad ésta tan sólida con el alcalde que, entre otras cosas y jornadas, además de “ayudar” a la directora en “dirigir” al IDPAC, también le ha significado algunos contratos con la administración distrital, a través de su empresa personal Asesores Jurídicos en Derechos Humanos, SAS, constituida a principios de febrero del 2012, curiosamente un mes posterior al posicionamiento de su amigo el Alcalde Mayor (con el IDU por 350 millones de pesos; con la Unidad Administrativa de Rehabilitación y Mantenimiento vial, por 90 millones de pesos; con el Fondo de Vigilancia y Seguridad Vial, por 50 millones de pesos; con la Secretaría Distrital de Salud-Fondo Financiero, por 60 millones de pesos; y otros). Vaya, sí es rentable ser “gran amigo y abogado” de Gustavo Petro. ¿Cabe dentro de las posibilidades que en los términos contractuales de dichos contratos esté incluída la "asesoría” a la nueva directora del IDPAC? ¿O más bien, será a modu propio tal acompañamiento y asesoría, en gesto de “agradecimiento al favor” recibido de esta administración de la Bogotá Humana? ¡Un buen gesto! ¿O más bien, como pronostican algunas personas que le conocen: este Daniel Prado está perfilando la entidad como su fortincito electorero-clientelista? ¡Qué mal huelen estas prácticas!
Esto sucede sin reparos ni sonrojos en una entidad adscrita a la Secretaría de Gobierno, con un presupuesto para el 2013 de $23.254.988.000, con 108 empleados de planta y 188 contratistas por prestación de servicios (según datos hasta inicios de octubre del año pasado), y que en comparación con las demás entidades y secretarías del Distrito, posa de ser una de las más pequeñas. Dice el dicho: “en pueblo pequeño, infierno grande.” ¿Cómo serán los ambientes, las dinámicas administrativas, presupuestales, los cargos, etc., de las demás entidades de la Administración Distrital? ¿Será que el Alcalde Mayor de la capital es desconocedor de esta clase de episodios? ¿Será que estos manejos y “ajustes” son propios de su exacerbada “inteligencia”? ¿Acaso es así como se impronta y se hereda a la memoria colectiva la “Bogotá Humana”? ¿O será que este lema, cómo lo reconoció el mismo alcalde, en verdad, es “sólo poesía”?
De la Serie "Colombia, Todo Esto Huele Mal."