EDITORIAL A MEDIA CUADRA
Por: A Media Cuadra
Fecha publicación: 27 de abril 2010
Recuerda que el trabajo te vuelve inútil, te enferma, te cuesta, se te mete en la piel como un reloj intranquilo y frío, te deforma. ¿Cuántas horas, cuántos minuteros, cuántos desayunos a medias, cuántas heridas? ¿Y todo para qué? Si ya sabes que nunca llegará lo suficiente para vivir como ellos dicen que es la vida. El trabajo te desplaza, te aglomera, te trasnocha, te crucifica, y siempre, siempre, te pasa la cuenta. Si no tienes trabajo te cuesta, te enfermas, te vuelves inútil, te señalan los inquisidores con su media moneda y te lanzan a los perros que sí muerden.
Todo lo pagas, las ganas de comer, el sueño, el agua, el suelo, el aburrimiento, la puerta del horno, el papel que dice que puedes transitar y trabajar en libertad, la vulgar copia de tu ciudadanía, todo te lo van a cobrar, pues ya casi nada es tuyo, todo sigue en venta, hasta las piedras que dormían tranquilas muy abajo en los abismos de la tierra. Si no trabajas te acecharán los colmillos de la escasez, la pobreza o la miseria. Te hacen pobre para que trabajes. Aunque hagas las cosas bien, aunque hagas las cosas mal, aunque trabajes por amor a lo que haces o dejaste de hacer, recuerda que tú también tienes un precio.
Pero pensemos en el cuerpo o en los olores, en las pieles que te tocan o en la saliva, en los insectos que surcan la flor de tu consuelo. Siente lo que pasa en tus labores, la mano que cae en la herramienta, el papel atrapado entre los dedos, la voz saliendo en su conjunto, la luz del sol sobre el tablero o el escritorio; piensa en cada movimiento, en cada desatención, en cada mirada, en eso que te sucede o te va sucediendo, en toda la fuerza de los que contigo están en la refriega y el empeño de la vida. Sé consciente entonces de cada poro, cada codo, cada aire. Hazte responsable de tus acciones que ya los pasos se calientan, no te canses más, sal a la calle.
Primero de mayo de 2010, día de los trabajadores.