Comunicación Alternativa // ISSN 2145-390X

PETRO MOSTRO CARTAS PARA SALVAGUARDAR EL GOBIERNO DE LA CIUDAD

Por: Guillermo Castro, opinión.
Fecha de publicación: 11 de enero de 2014.


El alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, el pasado 13 de diciembre. Foto: MZO.

El alcalde mayor de Bogotá, Gustavo Petro, salió ayer, de nuevo, al palco del Palacio de Liévano, durante la movilización por la democracia y la paz que se cumplió en la capital. Aparte de su primer discurso, desde la puesta en marcha del golpe de Estado contra el gobierno de la ciudad por parte del procurador general de la Nación Alejandro Ordoñez, el de ayer fue más enfático, incisivo, directo y fuerte, que los anteriores. Petro se pronunció acerca de lo que es un golpe de Estado, que es la afrenta institucional que se le ha querido hacer a su gobierno; pero basó su disertación en el paso a seguir para defender su programa de gobierno: se trata de ya sea la revocatoria de mandato que convocó la Registraduría Nacional o la decisión del procurador de reafirmar su posición abusiva contra el burgomaestre.

En torno a la Revocatoria, que se haría el 2 de marzo, de manera simbólica el alcalde pintó su palma de la mano con la palabra No, en alusión al voto que debería depositar la ciudadanía para refrendar a la Bogotá Humana. Petro ha salido de esta manera a llamar a toda la ciudad a ejercer el derecho al voto y a la pregunta de “si está usted de acuerdo o no con la revocatoria del mandato al alcalde mayor”, la ciudadanía se incliné por el no. La propuesta viralizó redes sociales, y esta mañana eran cientos de fotos de la gente que mostraban el No en sus palmas. La propuesta es, sin embargo, una espada de doble filo. Ciertamente es más fácil llamar a la abstención, que en Colombia siempre ha merodeado el 50% y hasta más, que llamar a la ciudadanía a las urnas para refrendar, en teoría, el gobierno de la ciudad. Con una abstención que no supere al 55% del número de votantes de la última elección (octubre de 2011), cualquier resultado de la consulta de revocatoria será inválido.

Ahora bien, si se cumple el mínimo necesario de votantes el resultado debe ser considerado, y es ahí en donde cualquier voto será fundamental: ¡hasta por uno no más se puede perder o ganar! Incluso habría que ver la posible ocurrencia de un sinnúmero de variables: que algunos ciudadanos no comprendan la pregunta, y marquen por inercia , pensando que así se respalda el gobierno de la ciudad; y las trampas electorales que a través de carteles podrían manejar el resultado de la votación, de ahí la importancia de marcar los votos, marcarlos bien, y realizar un completo escuadrón popular anticorrupción, de veeduría y vigilancia sobre el procedimiento electoral. Un llamado a la abstención del gobierno de la ciudad hubiera significado una preocupación adicional en cuanto a convocatoria para la ultraderecha que promueve la revocartoria... ahora se les ha puesto más fácil, teniendo en cuenta el poder del oligopolio informativo que manejan y que día a día azuzan contra Petro, pese a que el mandatario alcanza altos niveles de popularidad en la ciudad. Por este motivo el llamado al No, en las urnas, al cual invitó ayer Petro no deja de ser una espada de doble filo, pero también al fin y al cabo espada, porque es consecuente del nivel democrático que quiere enarbolar el mandatario, que incluso los que estén en contra de él se puedan pronunciar, como lo dijo ayer. En síntesis, la propuesta petrista podría convertirse en un nuevo autoatentado, al igual que cuando eligió a Ordoñez como procurador, si con astucia, medios y movilización no se logra hacer respetar el clamor ciudadano.


Y es que la democracia queda muy cuestionada con el abuso de poder que no controla ninguna institución de un personaje nombrado por personajes dudosos en el Congreso de la República. El procurador podría en cualquier momento convocar a los medios de comunicación y dejar en firme su fallo de destitución e inhabilidad... y aunque pueda bajar cualquier sanción, como el de inhabilidad, que sería lo más plausible, la ciudadanía ya está atenta ante este anuncio. El discurso de Petro de ayer, por este motivo, no dejó de ser virulento porque se espera una respuesta drástica de Ordoñez, incluso a costa de las medidas cautelares que pueda tomar la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, y el mandatario fue énfatico en llamar al pueblo, no sólo de Bogotá, sino de toda Colombia, para que cuando suceda ese día la gente vuelva a tomarse las calles, “¡de todo el país!” Dijo Petro que la próxima movilización será convocada por el procurador general: “Señor procurador, ponga usted la fecha y la hora,” dijo refiriendose al posible anuncio que reafirme la posición retrograda del ministerio público. Aprovechó el alcalde para decir que acá no solamente se juega el proyecto de la Bogotá Humana, sino también de una Colombia Humana, sin mafias, sin corrupción, con política social, y por ello esa nueva convocatoria no puede ser una movilización más, sino todo un movimiento de indignación que haga que las personas pernocten días y noches en todas las calles y plazas de la democracia del país, de ser necesario.

Como es más plausible que aparezca un nuevo anuncio del procurador que ratifique la sanción a Petro, que la misma votación en urnas de la revocatoria, por lo cual estaría promulgado oficialmente el golpe de Estado, confirmo mi presencia para ese día en que de nuevo la ultraderecha haga merchandising de un poder que hoy ya no ostenta y está ya muy lejos de recuperar... ¡Petro se queda! ¡Petro no se va!


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