Como sentencia de la canción de Silvio Rodríguez...
La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para avanzar.
Eduardo Galeano
Por: Sandra Paola Castro, El Macarenazoo.
Fecha de publicación: 5 de octubre de 2018.
Plaza de la Revolución, Cuba. Foto: El Macarenazoo.
- No idealices a Cuba - dijo el tropero mientras exhalaba la última bocanada de su cigarrillo mentolado, con filtro, y tomaba una buena bocanada de su Heineken.
En Colombia no había visto el Macondo descrito por García Márquez, ese paraíso lo vine a encontrar en La Habana Vieja. Una ciudad detenida en la utopía de la consolidación del sueño socialista. Con lágrimas en los ojos y las piernas aún temblando, vi entre cielos azules, despejados como me gustan, tan azules que no hay nubes en el andar, la icónica imagen de Ernesto “Che” Guevara, junto a Camilo Cienfuegos: “Vas bien Fidel”; y la figura del eterno comandante casi en cada calle de La Habana. Razón tienen en mi país de mandarnos a Cuba (como si nos mandaran a la mierda) cada vez que un pensamiento de izquierda sacude los cuerpos dóciles de mis compatriotas. Papas dulces, arroz con fríjoles, carne de cerdo, pollo, guayaba, refresco de cola y limón, emparedado de queso con jamón, carne desmechada, cerveza importada y nacional, y agua, mucha agua, dulce y salada. Era un Macondo, como la construcción imaginaria de un pueblo que siempre soñé.
No se equivocan con mandarnos a Cuba, porque allí está el ímpetu de nuestras lecturas, la prueba viva del triunfo de una revolución ¿Quién se atreve a decir que fue fracasada? Si en cada una de sus calles aún se respira lucha, cultura y patria:
“Ese era el camino que tenía que seguir la Revolución: el camino de la lucha antiimperialista y el camino del socialismo, es decir, de la nacionalización de todas las grandes industrias, de los grandes comercios, la nacionalización y la propiedad social de los medios fundamentales de producción” (Castro, F. 1961). Foto tomada de Radio Rebelde.
Basta con comparar en estos días en que llegué a Colombia, las desoladoras noticias de corrupción, los ataques y violaciones a niñas, apenas bebés, para darme cuenta de la diferencia que nos lleva un Estado como Cuba. Y es que quienes se quedaron detenidos fuimos nosotros, pobres colombianos siempre tapando el umbral de nuestras penas en alcohol, pensando que todo está bien, prefiriendo la muerte antes que la vida. Qué desdichados somos al ver la televisión y no encontrar más que novelas de narcos y putas ¿Cómo le pedimos al mundo que nos trate diferente si eso es lo que vendemos? Aún estando en otra nación no dejamos de comportarnos como adefesios inconscientes de bebida y triunfalismo vano ¡Qué vacíos tan profundos!
“Las ideas por las cuales he luchado toda la vida no podrán morir y vivirán durante mucho tiempo” (Castro, F. 1 de mayo de 2003).
Foto tomada de Televisión Cubana.
Prendí el televisor de aquel cuarto silencioso en una calle de San Francisco, en La Habana, un poco llevada por la curiosidad que las comunicaciones habían dispuesto, la falta de cobertura de la Internet es un tema que no me dejaba de afanar, solo hasta ver el nivel de dependencia en el que estamos frente al aparato celular, me doy cuenta de la servidumbre voluntaria de mis ojos clamando al objeto como extensión de mi cuerpo y… ¿qué importa que el mundo no me encuentre? Había que vivir de otra manera, tenía que escuchar al otro, ver las calles calurosas y empedradas, de paredes altas y grises, de abanicos que retumban como ideas sin fin en la cabeza, de amores furtivos y apasionantes, con amaneceres deslumbrantes frente al mar, un mar abierto también de historia, como en Playa Girón. En ese malestar evocado por la cultura, abro mis ojos a la pantalla televisiva, aún lo recuerdo atónita… Nunca había visto lo que era la televisión educativa, desde una idea altamente socialista. Si en Colombia algún programa se presentara con las frases de revolucionarios como Martí; Cienfuegos; Fidel, Raúl, etc., como lo presencié aquella mañana de domingo, no quedamos vivos ese mismo día. Aquí hablar de revolución es que te pongan un camuflado y te tilden como guerrillero, aparezcas muerto a la semana de tu desaparición, en un monte muy lejano del lugar en el que siempre habitaste. Pues el concepto de guerrilla para el pueblo colombiano es otro, es el peor cáncer, no lo puedes pronunciar, porque llegan las “águilas negras” a ponernos una bala en la cabeza… que aún no llega, pero la estamos esperando.
“A todos nos llegará nuestro turno, pero quedarán las ideas de los comunistas cubanos, como prueba de que en este planeta, si se trabaja con fervor y dignidad, se pueden producir los bienes materiales y culturales que los seres humanos necesitan, y debemos luchar sin tregua para obtenerlos” (Castro, F. abril de 2016).
Sentenció Fidel durante el VII Congreso del Partido Comunista de Cuba, en su último discurso: “se pueden producir los bienes materiales y culturales que los seres humanos necesitan”; y atentos a la parrilla televisiva del domingo 23 de septiembre de 2018: Noticiero cultural, Mesa redonda, Vivir del cuento, Más allá del cine: Farinelli, El castrado. Bélgica- Francia- Italia/drama biográfico, Tele cine: mi nombre es John Lennon; Universidad para todos; Programación educativa; Diálogo abierto; La otra mirada... y un conjunto de documentales y eventos deportivos, que al ver de qué se componía la programación, yo solo podía pensar ¡Cuánta razón tenía Fidel! Así empezó el proyecto educativo de radio Sutatenza en Colombia, en tiempos de radio, cuando intentaron llevar una radio al pueblo con carácter educativo, en un momento en que se arengaba “La educación nos hace libres” que invitaban a los campesinos y obreros a sumarse al movimiento revolucionario y cultural que propició la fundación de las primeras escuelas radiofónicas, llevando la educación al hogar, permitiendo a muchos acercarse por primera vez a procesos de alfabetización, transformando la vida rural en Colombia, desde una forma de entretenimiento, que resultaba ser formativo. Por eso es que la educación no ha podido ser gratuita en Colombia, nos haría libres y este gobierno opresor no podría con tanto. El 10 de octubre de 2018 las universidades públicas, saldrán a marchar una vez más por el derecho a la educación gratuita ¡Una vez más! Pues aquí la educación está solo concebida desde la mano de obra, desde el saber ejecutar, pero no para pensar, ese es otro de los grandes retos de quienes nos movilizamos por los derechos de los ciudadanos, una educación con libertad de pensamiento y cátedra, al alcance de todos y todas. Ejemplo que tomaron países como Brasil, con Paulo Freire, por una educación para la liberación.
Foto: Colprensa
Se acabó esa idea nada más en corriente, pero en Cuba se mantiene, ni en Colombia con la cantidad de herramientas comunicacionales e informáticas, logramos que los ciudadanos se “enganchen” a una programación educativa, porque aquí no queremos que nos enseñen, queremos que nos eDUQUEn (aludiendo a la figura de Iván Duque, el actual presidente de Colombia, quien representa la continuación del uribismo). Es decir que lo que necesitamos es comportarnos como cerdos consumidores, no de valores culturales, sino de la basura arrojada por el capital para los países tercermundistas, del afán del hombre moderno, de la fugacidad del tiempo, en palabras de Bauman: de lo líquido; en palabras del profesor Fajardo: de lo efímero.
- No te quedes en Colombia ¿Vas a esperar a que te maten? - prosiguió el cubano, que ahora se soltaba su cabellera larga y se ataba un lazo en su cabeza como queriendo controlar los risos de su pelo negro.
Eso hizo Jaime Garzón, creyó en la idea. Le llegó la muerte, en aquella época de la guerra en Colombia donde tantos asesinatos a periodistas y defensores de los derechos humanos hubo, Jaime dio la vida por Colombia, para darnos una lección agonística que lo que debiera ser la política…y lo mataron… y nada ha cambiado.
“¡Cómo que no hay líderes, si somos más de 30 millones contra esa franja pequeña! Es una franja muy pequeña que se ha apoderado de los medios de comunicación, que se ha apoderado de todas las cosas” (Garzón, J. 1995. Foto tomada de Wikipedia.
¿Vale la pena dar la vida por la lucha? Le pregunté un día a Jaime en una carta que le escribiría, no con el ánimo de que la contestara, pues sería imposible. En efecto mi idea nunca fue hacerle esa pregunta, solo quería evocar el parecido de la conmemoración de su muerte, con mi natalicio, que fue el mismo de Fidel Castro, de quien también llevo su apellido, y no creo en casualidades. Pero en la comprensión de su historia me cuestiono si valdrá la pena ¡Claro que vale la pena, la lucha y cada gota del ímpetu de la idea por revelarse contra el sistema! Pero ¿Vale la pena en Colombia?
Querido Jaime,
Quien iba a pensar que tantas cosas tendríamos en común, una mañana del 13 de agosto de 1999, en que apenas con 11 años que cumplía ese día, miraba un acontecimiento que el mundo recordaría siempre, el día de tu asesinato. Mi padre llegaba también con malas noticias, después de casi 20 años trabajando en un mismo lugar, lo habían despedido. No es casualidad haber nacido en la misma patria y ahora después de tantos años tener la conciencia de lo que las investigaciones que alcanzaste representaban para el gobierno entrante, que ahora lleva más de 16 años en el poder (…)
Por supuesto que tengo miedo, esa es la función del ejercicio de poder que gobierna en mi patria. Tengo miedo de morir como Jaime, que conmemoren los días de mi muerte cada año, pero que mi legado no sirva para nada más que adornar una pared en un grafitti sobre la 26. Este es un país sin memoria, de cobardes que prefieren ver cómo aumenta día a día la canasta familiar, de educación imposible, para gente posible, de una movilidad inmóvil y de un pueblo que se conformó con la violencia como un letargo eterno de su historia.
“A mí no me da miedo que me maten; a mí me da miedo que me dejen como a Navarro Wolf” (Garzón, J. 1999) dijo Garzón cuando lo amenazaron de muerte, no lo dejaron como Wolf ¡Lo callaron para siempre! En la plaza de la revolución, la imagen del “Che” va acompañada de la arenga “¡Hasta la Victoria Siempre!” así también lo hizo Jaime.
"Hasta la victoria siempre", dice en lo alto de este edificio en La Habana, Cuba. Foto: El Macarenazoo.
Cada una de mis lecturas conducían a Cuba, pero nunca imaginé que fuera mágica, sociedad sin tiempo ¿Quién no quiere hacer eterno el momento en que más feliz fue? Lo hicieron eterno, calles, avenidas, escenarios, teatros, billetes y monedas, todo lleno de nombres que ocupan gran parte de mi biblioteca y de la construcción de mis ídolos. Llevo años pensándome qué es lo políticamente correcto, la correspondencia entre el poder y la guerra, el antagonismo de los gobiernos actuales ¡Y me pasa como ramalazo Cuba!
No, yo no iba a eso… simplemente iba detrás de un concierto de Silvio Rodríguez, de una idea por echar raíces que cambió cuando el Guapuchero me dice –Primero viaja, conoce más el mundo, y luego decides qué hacer. ¡Qué grande es el mundo y qué corto es mi tiempo!
Desnuda y con sombrilla
Silvio Rodríguez
Tú sentada en una silla
yo de pie con expresión de lord
tu desnuda y con sombrilla
yo vestido pero con calor.
Tú con uñas y con dientes
mirándome de frente
con brillo de matar.
Yo retrocediendo un poco
llenándome de un loco
deseo de sangrar.
Tú besando tus rodillas
yo discreto pero sin rubor
tú creando maravillas
yo soñándome esquimal sin sol.
Tú con un ritmo tan lento
buscando un alimento
frotado con alcohol.
Yo de pronto ensimismado
mirándote alelado
colmada de licor.
Tú ardiente y sin capilla
yo quitándome el sombrero alón
tú dispuesta la vajilla
yo al filo de mi pantalón.
Yo a punto del delirio
extraigo un solo cirio
que poso ante tu flor.
Tú susurrando un misterio
de un no sé qué venéreo
me das un protector.
Cañón autopropulsado SAU-100, calibre 100 mm, desde el cual el comandante en jefe Fidel Castro, logró impactar al buque norteamericano Houston durante la invasión mercenaria por Playa Girón en 1961. Foto: El Macarenazoo.
Y así es como retumba Cuba en las disonancias de mi corazón, en un aeropuerto llamado José Martí. El pueblo cubano tiene razones de peso para levantar monumentos a sus próceres, que defendieron su patria por encima de las potencias mundiales, pero los que dirigen son hombres y no dioses y “de estos hombres se hace un pueblo”. Aquí en mi Colombia tierra querida, los libros de historia darán como héroe a Juan Manuel Santos, ex presidente de la república y premio Nobel de Paz, quien en tiempos de Uribe cuando fue ministro de defensa, planeó los atentados de los falsos positivos contra los muchachos de Soacha. Lo que más miedo me da de tener hijos en esta patria boba, es que crezcan con la impresión de tan desdichado juego de la historia.
- Muerta no haces nada - me dijo ¡Pero viva tampoco sé si lo he hecho! Al empezar la construcción del periódico El Macarenazoo y de los medios alternativos y populares que han sido parte de mi construcción como docente y periodista, siempre estuvieron en mí las palabras de Martí, cuando escribe sobre la fundación del periódico Patria:
Nace este periódico, por la voluntad y con los recursos de los cubanos y puertorriqueños independientes de New York, para contribuir, sin premura y sin descanso, a la organización de los hombres libres de Cuba y Puerto Rico, en acuerdo con las condiciones y necesidades actuales de las Islas, y su constitución republicana venidera; para mantener la amistad entrañable que une, y debe unir, a las agrupaciones independientes entre sí, y a los hombres buenos y útiles de todas las procedencias, que persistan en el sacrificio de la emancipación, o se inicien sinceramente en él; para explicar y fijar las fuerzas vivas y reales del país, y sus gérmenes de composición y descomposición, a fin de que el conocimiento de nuestras deficiencias y errores, y de nuestros peligros, asegure la obra a que no bastaría la fe romántica y desordenada de nuestro patriotismo; y para fomentar y proclamar la virtud donde quiera que se la encuentre. Para juntar y unir, y para vivir en la pasión de la verdad, nace este periódico (…) Eso es patria en la prensa. Es un soldado. Para el adversario mismo será parco de respuestas, y en vano se le querrá traer a escaramuzas inútiles porque cada línea de los periódicos de la libertad es indispensable para fundarla: aún el adversario hallará en nosotros más bálsamo que acero. El arma es para herir, y la palabra para curar las heridas. Pero en nuestro campo no reconocemos adversario. Nuestra virtud nos escuda, y nos envolvemos en ella (Martí, J. 1892)
Un legado que desde niña me pensaba, al principio no desde la cuestión de género, un poco impulsada por la rebeldía de la edad, otro tanto por el inconformismo de la historia que se avecinaba, y las dicotomías morales que representa haber estudiado en un colegio de religiosas, así empezó el delirio por la prensa, un proyecto que impulsamos desde el municipio de Funza, y que no tuvo eco, pues éramos jóvenes aficionados, más que experimentados. La Universidad Distrital, gloriosa, pública, gratuita, creyó en esta lucha. Un camino nada fácil de transitar, en un país en donde falta la libertad de prensa, de expresión, y hoy nada más que decir: ¡Somos periodistas! a secas, pero decir lo que se piensa, en este país de paracos, no es una opción.
¡Claro que me iría para Cuba! En una especie de autoexilio, de triunfalismo a la derecha, que sigan perdiendo ¡Militantes de izquierda! Pero eso sería darle la razón y ceder ante el miedo, y yo soy como el necio…
EL NECIO
Silvio Rodríguez
Para no hacer de mi ícono pedazos
Para salvarme entre únicos e impares
Para cederme un lugar en su parnaso
Para darme un rinconcito en sus altares
Me vienen a convidar a arrepentirme
Me vienen a convidar a que no pierda
Mi vienen a convidar a indefinirme
Me vienen a convidar a tanta mierda
Yo no sé lo que es el destino
Caminando fui lo que fui
Allá dios, que será divino
Yo me muero como viví
Yo quiero seguir jugando a lo perdido
Yo quiero ser a la zurda más que diestro
Yo quiero hacer un congreso del unido
Yo quiero besar a fondo un hijo nuestro
Dirán que pasó de moda la locura
Dirán que la gente es mala y no merece
Más yo seguiré soñando travesuras
(Acaso multiplicar panes y peces)
Yo no sé lo que es el destino
Caminando fui lo que fui
Allá dios, que será divino
Yo me muero como viví
Dicen que me arrastrarán por sobre rocas
Cuando la revolución se venga abajo
Que machacarán mis manos y mi boca
Que me arrancarán los ojos y el badajo
Será que la necedad parió conmigo
La necedad de lo que hoy resulta necio
La necedad de asumir al enemigo
La necedad de vivir sin tener precio
Yo no sé lo que es el destino
Caminando fui lo que fui
Allá dios, que será divino
¡Yo me muero como viví!
Así que a pesar que este escrito ha arrojado una impresión fatalista sobre mi nación, cada adagio no es una generalización, está criticando específicamente a las acciones de quienes teniendo la oportunidad de elegir, lo hicieron por el títere de Uribe, va dirigido a aquellos que no se cansan de consumir las historias de narcotraficantes, prostitución, drogas y paramilitares que impulsan los medios colombianos, a quienes como fuente de información solo asumen a los canales privados, que manejan un tipo de verdad, construida por ellos mismos, por el poder; a quienes diariamente hacen corrupción y denigran las acciones políticas y la construcción de ciudadanía popular y comunitaria, en ellos desato mi inconformismo. Pero no podría generalizar, no, sobre todo cuando en los últimos años parece que se suman más voces, en la construcción de estos tejidos en red, que nos crean una idea de sujetos políticos, diferente ¿Por qué la palabra diferente sigue causando tanto miedo? Aún me queda la esperanza de una acción puesta en mi carrera como docente, a los futuros comunicadores, quienes tendrán que cuestionarse todos estos temas de dominio público, y saber dirigir sus palabras, investigaciones y desafíos hacia la construcción de una mejor nación, a mis ciudadanos X, quienes apenas empiezan el ejercicio de la oposición crítica desde las nuevas ciudadanías, que en mis palabras encuentren el eco de la revolución, yo pude ver lo que parecía una utopía, lo vi hacerse realidad, en Cuba, es posible acercar la idea, ya no desde el socialismo, porque el capitalismo avasallador y su neoliberalismo como construcción de sociedad y patria, deben mostrarnos nuevas formas de conducción política, deberá ser bajo los principios de gobiernos social- demócratas.
De entrada sabíamos que este escrito no cumpliría el carácter vinculante de la primera frase: “No idealices a Cuba”, pero estoy segura de que mis lectores ya anticipaban el desenlace, pues esta nación puntualiza mi idea de Estado, donde me parto en dos, en Cuba donde quedó mi corazón y en Colombia para salir del abismo. Yo duermo todas las noches con la idea, de que en cada salón de clases ¡También se hace patria!