FUNZA Y LOS ETERNOS EXCLUIDOS
Por: El Libelo.*
Fecha de publicación: 1 de agosto de 2012.
Afiche del evento del "Festival de juventudes" liderado por la alcaldía de Funza, Cundinamarca.
Sólo rechazo y perplejidad puede suscitar el día de la juventud que celebra la alcaldía municipal de Funza este domingo 5 de agosto. La garantía de derechos no está dada para un amplio porcentaje de la población joven del municipio, que no sólo no se siente identificada con el espectáculo en cuestión sino que critica el constante rechazo que promueve la administración pública hacia el adolescente, sin subvalorar, claro está, sólo uno que otro proyecto que pretende apoyarlos, en especial en educación.
Este evento que pretende ser, una vez más, escenario público de la llamada política de juventud, en realidad subvenciona el espacio de deliberación como lo es la misma ejecución del plan de juventud en pro de su propio detrimento, pero en favor del espectáculo mediático en que se ha convertido cada uno de los actos del alcalde…. En Funza, ya es bien sabido para los jóvenes y en realidad para un porcentaje importante de la población que su alcalde presenta la evaluación de su gestión sólo con fotos, grandes titulares de prensa pagados incluso en medios nacionales, y pequeños párrafos de referencia informativa; sin embargo, los porcentajes, cifras y presupuestos nunca han aparecido en las reseñas de su administración, lo que convierte cada evento en un comodín visual que legitima la mala administración de los recursos, la exclusión y la parafernalia.
La política de juventud municipal, el subtítulo del evento con el cual de nuevo hacen partícipes a los jóvenes en la caricatura de gobierno, se está diseñando desde hace por lo menos cuatro años, por sectores y pobladores involucrados en las dinámicas culturales, sociales y políticas. Un esbozo de proceso se presentó en la administración pasada, cuando de manera inconsulta contrató a una organización externa sin ninguna injerencia local, para diseñar la política pública de juventud. El proceso buscó su legitimidad con la inclusión de los jóvenes del municipio, quienes no respondieron masivamente, pero sí muchos líderes juveniles, que siguen asistiendo consuetudinariamente a distintas reuniones en donde han sido convocados, y que sin embargo no han tenido la correspondiente periodicidad del caso. El hecho es que la política se diseñó a costa de las ideas de la juventud por un ente externo, y sin el compromiso de la administración o del Concejo municipal, órgano encargado de aprobarla. Sería quizá por este último motivo que el ex alcalde Jorge Rey promovió la adopción de la política de juventud mediante decreto municipal, a escondidas de los mismos beneficiarios de la ley: así que al día de hoy tenemos unos lineamientos de la política pública de juventud aprobados por decisión unilateral del alcalde municipal, y que aún así pueden no constituir la política pública en sí, dado que el documento debería ser aprobado por el Concejo municipal que es la rama que aprueba los proyectos legislativos locales.
De esta manera, ante los ojos de la administración, estamos en ejecución de la política pública de juventud, o por lo menos de su implementación. Desde esta somera caracterización, se entiende el por qué un evento de parafernalia mediática contiene el ingrediente secreto puesto en su subtítulo: “política pública de juventud.” En aras de la transparencia y garantía de derechos que pregonan, vale la pena criticar de manera pública el acto, cuando los miembros base de la política de juventud, es decir los que vienen trabajando desde hace cuatro años, no están incluidos en la programación, no fueron tenidos en cuenta, los excluyeron. Lastimosamente para los jóvenes del municipio, estas no son las únicas decisiones que los afectan y donde no son consultados; quizá el mejor ejemplo de ello lo constituye hoy el nefasto toque de queda para menores de edad. Y aún más, en las mismas instancias de representatividad oficial, son directamente excluidos, a no ser por connotados líderes que hacen ingentes esfuerzos por impedirlo, como el caso del Cabildo Popular Mhuykyta que logró incorporar a los jóvenes a la mesa del Consejo de Política Social del municipio, instancia en la cual no eran tenidos en cuenta hasta hace apenas un mes; o, por ejemplo, en el Consejo municipal de cultura, en donde no pudieron votar las asociaciones juveniles en su propio sector, sino que votaron los niños y jóvenes que fueron llevados a las votaciones para que votaran por los mismos funcionarios públicos que a la postre quedaron elegidos. Los eternos excluidos, pues, están en esta orilla, la orilla de los que son más, pero que poco se pronuncian, y si lo hacen, de inmediato podrán ser objeto del saboteo oficial y la censura digital.
Si esta administración tuviera cierto grado de madurez política abriría los espacios a la interlocución, al diálogo, fomentaría la realización de cabildos juveniles, de asambleas sectoriales, propiciaría la organización juvenil a través de la apertura de convocatorias públicas de proyectos. Sin embargo, esta administración cree que por ser la primera autoridad del municipio, puede tomar medidas arbitrarias, policivas y restrictivas para el joven, aún cuando éste tenga mejores propuestas. Si la alcaldía de Funza fuera madura políticamente nunca echaría a un funcionario público destacado, como ya lo hizo, sino que potenciaría sus propias capacidades; y finalmente, si fuera una administración abierta, decente, y responsable, hubiese promovido un festival de la juventud con todos los sectores que componen este amplio nicho poblacional, y no solamente con un puñado de ellos, y a costa de un presupuesto público invisible, muy poco digno de un municipio que ahora es de segunda categoría.
* El Libelo es el proceso de comunicación alternativa gestado por El Macarenazoo en el municipio de Funza, Cundinamarca.