Por: Catalina Carmona Ruíz
Fecha de publicación: 8 de abril 2011
II Jornadas Internacionales: Mujeres Derechos Humanos y paz en Colombia
Valencia 1,2 y 3 de abril 2011.
Caminaban lentamente, cada paso era un avance, un guiño hacia los sueños, un deseo que se iba a cumplir, tal vez las ganas de una vida mejor para todas las personas. Caminaban en la plaza Aida, Marta, Betty, Leonora, Claudia y muchas más. Mujeres que iban cruzando la Plaza de la Virgen mientras Manuela Sáenz asomaba mirando a sus compañeras con los ojos certeros al porvenir, recordando los dolores y trabajos que vivió siendo líder en la revolución de América Latina.
En aquellos tiempos cuando vivió Manuela, 1797 a 1856, el Imperio español azotaba las tierras y las gentes del otro lado del océano. Manuela en la performance era reconocida por más cosas que haber sido compañera de Simón Bolívar. Ella quién fue perseguida y exiliada, era reconocida por su trabajo constante en la revolución que transformo la vida de muchos latinoamericanos.
Manuela gritaba: “el amor es la única verdad que sobrevive”, mientras le mostraba al mundo que a pesar de su tiempo ella también pudo ser una mujer viajera, política e intelectual. Allí estaba Manuela Sáenz en la Plaza el pasado domingo 3 de abril en la performance “100 manuelas por la Paz en Colombia en la plaza de la Virgen de Valencia”, era el cierre de las II jornadas internacionales: Mujeres, Derechos Humanos y Paz en Colombia.
En esta conferencia participaron más de 200 mujeres desde el viernes 1 al 3 de abril. Durante estos días discutieron propuestas para la construcción de la paz en Colombia. En ellas se enfatizó que la solución del conflicto armado que afecta a Colombia desde hace más de medio siglo debe ser desde una salida política y no a través de la guerra armada.
Durante los tres días participaron 30 expertas en problemáticas de género, derechos humanos y paz. Además, se afirmó en el comunicado de prensa leído en la Plaza de la Virgen de valencia: que la violencia sexual es un crimen de lesa humanidad que no ha sido reconocido y continúa siendo impune en Colombia. Se enfatizó sobre la respuesta pacífica de las mujeres ante el conflicto armado en Colombia, además de querer crear alianzas para la búsqueda de una salida negociada al conflicto armado. Se reclamó la protección de la diversidad cultural de las comunidades afrocolombianas, campesinas e indígenas.
Se habló también que la madre tierra es amenazada por la locomotora agroindustrial y extractiva que se impone haciendo desplazar a las personas de sus regiones o quitándoles la tierra. También se mencionó la necesidad de que la comunidad nacional en Colombia e internacional hablen de la problemática de la mujer colombiana.
Durante el encuentro se realizaron diversas ponencias sobre los temas para la construcción de la paz en Colombia, por ejemplo en el Bloque II Buscando la Paz en Colombia hablaron Marina Gallego de la Ruta Pacífica de las mujeres y Martha Alexandra Gutierrez de la Organización Femenina Popular (OFP) y el Movimiento social de Mujeres contra la guerra y la Paz en Colombia.
Martha Gutierrez señaló a que en un escenario posible de negociación y solución política del conflicto armado “No basta sólo con el cese al fuego” hay dos temas a tener en cuenta: “Las dos cosas que no se pueden olvidar tiene que ver con el territorio y con el tema del desarrollo que están de la mano. Dependiendo qué modelo de desarrollo se impulse va a haber una forma de abordar el territorio y tiene que ver con un modelo que realmente permita el efectivo gozo de los derechos de todas y todos. Y esto significa autonomía en los territorios en el uso del suelo, en el reconocimiento de la propiedad sobre el territorio, en la posibilidad de tomar decisiones sobre el territorio y sobre un protagonismo de la sociedad civil por encima de lo militar, tiene que ver con transformación de cosas estructurales.”
Marina Gallego señaló en la ponencia que podríamos hacernos un mapa mental de mujeres: “el mapa del horror: que lo hemos visto a través de la denuncia que hemos hecho acá sobre lo que están viviendo las mujeres en medio del conflicto armado, el mapa del dolor: que también se ha expresado acá con los llantos y los quiebres de voz y lo que recordamos que sucede en nuestro país que tenemos cada día que dejarlo ir, dejarlo ir y seguir, levantarnos y seguir viviendo y trabajando por lo que creemos y el mapa del miedo, también y si sobreponemos todos estos mapas, vernos que es una situación que requiere urgentes salidas”