Comunicación Alternativa // ISSN 2145-390X

MONSANTO AHORA TIENE A SU SERVICIO AL MAYOR EJERCITO DE MERCENARIOS DEL MUNDO

Por: Actualidad EBR.
Fecha de publicación: 26 de marzo de 2015.


Fuente: The New York Times
Foto Archivo. The New York Times.

Si algo le faltaba a la nefasta corporación Monsanto era un Ejército oficial de asesinos a sueldo. Monsanto ya es literamente la corporación “Umbrella” de Resident Evil (video juegos y sus derivadas peliculas), pero en el mundo real. Controla el suministro de alimentos, comparte financistas con la industria farmacéutica y fabrica armas nucleares y biológicas. Así lo revela un reporte de Jeremy Scahill para The Nation donde expone que el ejército mercenario más grande del planeta, (conocido antes como Xe Services), el “servicio” criminal de inteligencia la antes Blackwater ahora Academi, fue vendido a la corporación transnacional Monsanto.

Tras incontables denuncias internacionales por violaciones a la Ley, y habiendo adquirido fama por sus masacres de civiles en Irak y otros países, Blackwater cambió su nombre en el año 2009 a Xe Services y más recientemente al sonoro y elegante nombre de Academi con el llamativo eslogan “Elite Training. Trusted Protection," ó en español “Entrenamiento Élite. Protección Confiable”. No obstante, continua siendo el mayor contratista privado del Departamento de Estado de Norteamérica (USA), como una agencia secreta de “servicios de seguridad” que practica terrorismo de Estado dándole al gobierno la posibilidad de negarlo y lavarse la manos con sus propios “ex-agentes”.

Muchos militares y ex oficiales de la CIA trabajan para Blackwater o alguna de las empresas vinculadas que creó para desviar la atención de su mala fama y generar más lucros vendiendo sus nefastos servicios –que van desde información y espionaje hasta infiltración, cabildeo político y entrenamiento paramilitar– a otros gobiernos, bancos y empresas trasnacionales. Según Scahill los negocios con trasnacionales –como Monsanto, Chevron, y gigantes financieros como Barclays y Deutsche Bank– se canalizan a través de dos empresas que son propiedad de Erik Prince, dueño de Blackwater: Total Intelligence Solutions y Terrorism Research Center. Éstas comparten oficiales y directivos de Blackwater.

 
Uno de ellos, Cofer Black, conocido por su brutalidad siendo uno de los directores de la CIA, fue quien hizo contacto con Monsanto en 2008 como directivo de Total Intelligence, concertando el contrato con la compañía, para espiar e infiltrar a organizaciones de activistas por los derechos de los animales, contra los transgénicos y otras sucias actividades del gigante biotecnológico.


Contactado por Scahill, el ejecutivo Kevin Wilson de Monsanto se negó a hablar, pero posteriormente confirmó a The Nation que habían contratado a Total Intelligence en 2008 y 2009, según Monsanto solamente para hacer seguimiento de “información pública” de sus opositores. Dijo además, que Total Intelligence era una “entidad totalmente separada de Blackwater”.


Sin embargo, Scahill cuenta con copias de los correos electrónicos de Cofer Black posteriores a la reunión con Wilson de Monsanto, donde les explica a otros ex agentes de la CIA, usando sus direcciones electrónicas de Blackwater, que la discusión con Wilson fue que Total Intelligence se convertiría en el “brazo de inteligencia de Monsanto”, espiando activistas y otras acciones, incluido “que nuestra gente se integre legalmente a esos grupos”. Monsanto pagó a Total Intelligence 127 mil dólares en 2008 y 105 mil dólares en 2009.


No asombra que una empresa de “ciencias de la muerte” como Monsanto, que se ha dedicado desde sus orígenes a producir tóxicos y desparramar venenos, desde el Agente Naranja hasta los PCB (policlorobifenilos), agrotóxicos, hormonas y semillas transgénicas, se asocie con otra empresa de matones.


Academi (antiguamente conocida como Blackwater), el ejército privado más poderoso del mundo, anunció que tiene un nuevo dueño, al que no identificó. Tampoco dio a conocer la suma invertida en la operación de compra. 
Según el sitio SoutWeb.org, el feliz comprador de Academi no es otro que la transnacional de la biotecnología Monsanto.

Creada en 1901, Monsanto comenzó fabricando la sacarina utilizada en el proceso de producción de la Coca-Cola. Durante la Segunda Guerra Mundial, proporcionó el uranio utilizado en el proyecto Manhattan. Durante la guerra de Estados Unidos contra Vietnam, produjo un poderoso herbicida –el tristemente célebre Agente Naranja– destinado a defoliar la jungla vietnamita. En los últimos 30 años, Monsanto se ha convertido en líder mundial de la producción de organismos genéticamente modificados (OGM). Hoy en día ocupa el lugar 206 en la lista de las transnacionales estadounidense más importantes.


Academi fue creada por Erik Prince en 1997 bajo el nombre de Blackwater Worldwide. Esta firma desempeñó en Afganistán e Irak un papel comparable al de la Orden de Malta durante la guerra de Nicaragua. 
Algunos dirigentes suyos están vinculados a las iglesias evangélicas financiadas por el Pentágono: la presidente Billy Joe (Red) McCombs, quien ocupa el lugar 347 entre las personas más adineradas de Estados Unidos; John Aschcroft, ex secretario estadounidense de Justicia; y el almirante Bobby R. Inman, ex director de la National Security Agency (NSA) y director adjunto de la CIA. Academi también trabaja fundamentalmente para el gobierno estadounidense, participó en la toma de Trípoli (la capital libia) y actualmente se dedica al reclutamiento de combatientes que son enviados a la yihad en Siria.

El impresionante crecimiento de Blackwater se debe en gran parte al proyecto de privatización de las fuerzas armadas de Estados Unidos impulsado por Donald Rumsfeld mientras estuvo a la cabeza del Departamento de Defensa. Como resultado del fracaso de esa política y de las actuales restricciones presupuestarias, Washington ha limitado las tareas confiadas a Academi a contratos de vigilancia o de escolta en ciertos teatros de operaciones y a la realización de operaciones secretas «no reconocidas». La reputación de Academi le ha permitido igualmente obtener contratos para el envío de mercenarios a pequeños Estados, esencialmente en el Golfo Pérsico.

Según SouthWeb.org, la venta de Academi corresponde a la entrada de la Bill and Melinda Gates Foundation en el capital de Monsanto. Creada por el fundador de Microsoft y el especulador Warren Buffet (los dos personajes más adinerados de Estados Unidos), ésta es la fundación «filantrópica» más importante del mundo.


Junto a la Fundación Rockfeller, la Bill and Melinda Gates Foundation ha impulsado la Alianza por una Revolución Verde en África (
AGRA, siglas en inglés), cuyo objetivo es favorecer en ese continente el uso de las semillas que produce Monsanto.

Los inicios de la relación Bill Gates y Monsanto
Casi simultáneamente con la publicación de este artículo en The Nation, la organización de agricultores orgánicos Vía Campesina reportó que la Fundación Bill y Melinda Gates compró 500.000 acciones de Monsanto, pagando más de $ 23 millones de dólares, lo cual es una acción que destruye la mascara de “filantropía” . Otra asociación entre criminales que no fue inesperada.


Bill Gates controla más de 90 % del mercado de patentes en el mundo de la computación, además de promocionar y financiar campañas de vacunación para laboratorios genocidas, y siendo responsable de experimentación ilegal con fármacos en países subdesarrollados, mientras Monsanto controla el 90% del mercado mundial de semillas transgénicas y semillas comerciales a nivel global, habiendo fundado Pharmacia, hoy de Pfizer.


En otras palabras: no existen peores monopolios en el sector industrial, ni tampoco tan vastos. La propia existencia de estas entidades implica que la Tierra es subyugada por un régimen financiero totalitario el cual en sí mismo niega el principio de “competencia de libre mercado”. Tanto Gates como Monsanto son extremadamente agresivos defendiendo sus monopolios mal habidos.


Siguiendo ordenes de la familia Rothschild, tanto Gates como Monsanto se dedican a destruir la agricultura orgánica en todo el mundo, lo cual tuvo inicio, principalmente, mediante la “Alianza para una Revolución Verde en África” ​​(AGRA), que operó como un caballo de Troya para privar a los campesinos africanos pobres de sus semillas tradicionales sustituyéndolas por semillas transgénicas. Para ello, la Fundación contrató a Robert Horsch en 2006, quien fuera director de Monsanto. Ahora Gates obtiene grandes ganancias obedeciendo las políticas de despoblación impulsadas por la banca sionista global.


¿Por qué las cacerolas no sirven?

Political Blind Spot en su artículo “Yes, Monsanto Actually DID Buy the BLACKWATER Mercenary Group!" denunció que "muchos agentes de la CIA y ex militares trabajan para Blackwater o compañías relacionadas, las cuales buscan desviar la atención de su mala reputación y obtener cuantiosos beneficios comerciales. Estos mercenarios venden sus servicios que van desde información ilegal hasta inteligencia de infiltración, lobbismo político y entrenamiento paramilitar – para gobiernos, bancos y corporaciones multinacionales. Acorde a Scahill, los negocios con Monsanto, Chevron, y gigantes financieros como el Barclays o el Deutsche Bank, se canalizan a través de dos empresas cuyo propietario es Erik Prince, dueño de Blackwater: Total Intelligence Solutions y Terrorism Research Center. Estos organismos comparten funcionarios y directores con Blackwater.

Uno de los directores, llamado Cofer Black, quien se hizo famoso por su brutalidad como dirigente de la CIA, fue quien hizo contacto con Monsanto en el año 2008 siendo cabeza de Total Intelligence. Monsanto contrató sus servicios para espiar e infiltrar organizaciones de derechos humanos, de animales, y actividades anti-transgénicas (además de ejercer control sobre otras corporaciones biotecnológicas y farmacéuticas).


La corporación Monsanto no sólo asesina personas con sus productos químicos, sino también a balazos y mediante “accidentes”. Sus víctimas son periodistas, activistas, políticos y cualquiera que suponga un obstáculo para sus planes de expansión. Al ser contactado por Scahill, el ejecutivo Kevin Wilson de Monsanto rehusó hacer comentarios, pero más tarde se confirmó a The Nation que Monsanto contrató a Total Intelligence durante 2008 y 2009, según la corporación “sólo para efectuar un seguimiento de información pública, de sus opositores”.


El ejecutivo de Monsanto también proclamó que Total Intelligence era una “entidad totalmente separada de Blackwater”. Pero Scahill tiene copias de correos electrónicos de Cofer Black, emitidos luego de la reunión con Wilson de Monsanto, donde se explica a otros ex agentes de la CIA, utilizando casillas de Blackwater, que la discusión con Wilson decantó en la suposición de que Total Intelligence se convirtió en “el brazo de inteligencia de Monsanto”, “para espiar activistas y otras acciones, como integrar legalmente a estos grupos”. Monsanto pagó a Blackwater 127.000 dólares en 2008 y 105.000 en 2009.


No resulta sorprendente que una corporación extensamente dedicada a la ciencia de la muerte como Monsanto, que se dedicó desde sus inicios a producir venenos tóxicos como el Agente Naranja, los PCB (bifenilos policlorados), pesticidas, hormonas, semillas modificadas genéticamente, e incluso la bomba atómica, se asocie con otra empresa de asesinos y mercenarios.


 
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