Por: comité local de Revoquemos el congreso, Funza (Cundinamarca).
Fecha de publicación: 11 de julio de 2013.
Botaron 1'396.944 firmas en el Congreso el día de ayer los promotores nacionales de la iniciativa por la revocatoria del Congreso.
Con sorpresa, perplejidad y una clara insatisfacción ciudadana los promotores locales en el municipio de Funza, Cundinamarca, recibieron la noticia de que el comité nacional de la iniciativa de la revocatoria del Congreso realizó el día de ayer un encuentro en la institución más defenestrada hoy por hoy en el país, y botaron por sus balcones cientos de formatos de firmas que se recogieron en todo el territorio nacional. Informó el senador Camilo Romero que botaron, en un supuesto acto simbólico, 1'396.944 firmas ciudadanas por las ventanas y dentro del recinto del Congreso de la República. Para el comité local de nuestro municipio, este hecho es totalmente contradictorio con el propósito de la iniciativa, que quería revocar a los congresistas, que fungen como representantes de la politiquería, la corrupción, el clientelismo y el latente proselitismo político.
Criticado por medio país por escribir series que realizan apología a la violencia paramilitar, Gustavo Bolívar, hasta último momento fungió como promotor, sin que escuchara los reclamos ciudadanos para que dejara de serlo... ¿Será proselitismo o politiquería?
Se necesitaban 1'586.510 firmas para poder impulsar la iniciativa vía referendo. Lo que consideramos es que no se hicieron a drede los esfuerzos ingentes y necesarios para recolectar todas las firmas, que decenas de cientos de miles de ciudadanos promovieron y aún siguieron recolectando hasta hace un par de horas en todo el país. Tal es nuestro caso, que aunque aparecíamos dentro de la página web de la iniciativa, los promotores decidieron con una insulsa y extraña disculpa decir que no encontraban nuestros datos y por eso no se comunicaban con nosotros. Igualmente, el 28 de junio asistimos a la oficina de recolección de firmas, y nadie nunca apareció para atendernos y recoger las rúbricas. De esta manera, nos hemos quedado con 381 firmas en total que recolectamos en la segunda fase de la iniciativa. Y en buena hora y afortunadamente se quedaron en nuestro poder, ya que haberlas prestado para que se hiciera un show y botarlas en el Congreso, realmente se constituye en un acto de irrespeto hacia los firmantes, los que creyeron en esta iniciativa, y de inmadurez política, ya que un acto más digno sería haber sido continuar con el proceso ante la Registraduría nacional y haber sentado el precedente al presentarlas.
En el municipio de Funza se recogieron firmas en la calle y en el punto de recolección.
De esta manera, el comité local de Funza, Cundinamarca, hace el siguiente balance de las firmas recolectadas:
Al finalizar la segunda fase de recolección de firmas para la iniciativa popular de referendo constitucional que permitiría revocar el mandato a los congresistas del país, el comité de impulso en el municipio de Funza, Cundinamarca, informa que en el punto de recolección local recepcionó un total de 381 firmas de ciudadanos inconformes con el accionar de los representantes legislativos. Las firmas se dividen en dos grupos, las que se recogieron en el municipio, y las que llegaron vía correo desde el municipio de Chiquinquirá, en Boyacá en donde fueron recogidas por el promotor local Alexander Hernández. Estas últimas suman un total de 134 firmas, ciudadanos que depositaron su rúbrica en el municipio boyacense, la mayoría oriundos de allí, pero también se consignaron algunos provenientes de Yopal, Santa Marta, Bogotá, y los municipios del departamento Saboyá, Tunja, Caldas y Simijaca.
En cuanto a Funza, que receptó en el punto de recolección oficial, y algunas en la calle, los ciudadanos que dieron su respaldo a la iniciativa ciudadana por sancionar ejemplarmente a los congresistas corruptos, fueron en total 243, la mayoría del municipio, pero también se registraron pobladores de otras partes del país, como Mosquera, Madrid, Bogotá, Yopal, Villavicencio y Barranquilla. Desde Funza, precisamente, se realizaron en su momento cuestionamientos éticos al promotor nacional de la iniciativa, el libretista de la serie Tres Caínes, Gustavo Bolívar... y aún hasta el último momento llamó a que el escritor diera un paso al costado y dejara de representar a quienes no lo habían elegido como un digno vocero de la campaña. En Funza, vale la pena acotar, todo el trabajo de recepción de firmas se hizo de manera voluntaria, y no se contó con ningún presupuesto para la recolección de rúbricas. Hay que tener en cuenta que por tratarse de una iniciativa nacional, cualquier ciudadano colombiano en cualquier parte del país podía depositar su rúbrica de apoyo, y por esto es que se registraron en lugares distantes de su residencia habitual varias firmas.
En buena hora, las firmas no fueron entregadas para que no fueran arrojadas por los balcones del congreso colombiano.
De esta manera, aunque no muy significativas a nivel nacional, pero imprescindibles, estas 381 firmas le hubieran podido aportar a la evolución de la iniciativa, que requería de un mínimo de 1.586.510 válidas para continuar su trámite como referendo constitucional. Mientras se preparaba el acto de ayer en donde se botaron las firmas para que se las llevara el viento, el revocomóvil, la iniciativa para recoger más firmas, dejó misteriosamente de informar sobre su recorrido. Al mismo tiempo, también, los congresistas a quienes aún queremos revocar siguieron sumando razones para que la ciudadanía se pronuncie contra ellos: promovieron y avalaron el ascenso de generales de la Policía Nacional implicados en escándalos judiciales, como el ex comandante de la Metropolitana de Bogotá, general Francisco Patiño, implicado en el asesinato del grafitero Diego Felipe Becerra; así mismo avalaron contrareloj la reforma a la salud que aunque avala el derecho a la salud, no exige al Estado garantizar el mismo; y, por si fuera poco, les dio un espaldarazo a los militares con el fuero de inmunidad para que los mal llamados falsos positivos puedan obtener una garantía constitucional, pues dentro del articulado quedó establecido que los miembros de la fuerza pública podrían atacar a civiles si los uniformados los consideran miembros de grupos insurgentes.
Temíamos que la iniciativa, de cara a las elecciones legislativas del próximo año, se convirtiera en un desesperado acto proselitista, y lamentablemente todo indica que así sucedió.