Comunicación Alternativa // ISSN 2145-390X

COMUNICADO CONGRESO DE LOS PUEBLOS APOYA PARO CIVICO EN ARAUCA Y DENUNCIA PREJUCIOS AMBIENTALES POR MULTINACIONALES

Por: Congreso de los pueblos.
Fecha de pubicación: 15 de febrero de 2013.

COMUNICADO A LA OPINIÓN PÚBLICA: 
 
 
Congreso de los pueblos asume como propia la huelga de
SINTRACARBÓN en Cerrejón, el paro cívico en Arauca y el grito social contra el daño ambiental causado por  la Drummond.
 
 
 


El país vive una nueva coyuntura de paz; son múltiples las voces que quieren opinar y participar desde diversas lógicas  e intereses, unas para no quedarse por fuera de las oportunidades políticas de la misma, otras por coherencia con su propuesta de país. Como Congreso de los Pueblos creemos importante un escenario de participación decisoria para la sociedad, especialmente para sectores populares y democráticos que han estado en minoría y exclusión,  ¡que se escuchen las voces de quienes libran luchas por una vida digna! que planteemos la paz desde el ciudadano, los campesinos, los indígenas,  las comunidades negras, los jóvenes, los trabajadores, los estudiantes, los golpeados por este sistema de muerte, por eso nos resulta determinante la pregunta por ¿cuál es ese país en paz que el ciudadano-a de a pie piensa?
 
El actual gobierno tiene como uno de sus bastiones el desarrollo de la “locomotora minero-energética” en el marco de un modelo extractivista; se ha instalado el boom  en el que se destaca la llegada al país de muchas empresas extranjeras. Pero la realidad en los territorios donde se implementan los proyectos de la locomotora, rompe la armonía de las comunidades; destruye el medio ambiente, cambia la vocación y posibilidades productivas de campesinos, afros e indígenas; esta lógica de explotación cambia los micro modelos económicos, afecta la salud de la población, sobreexplota la mano de obra; pero lo más grave, es la persecución y agresión a quienes se oponen a la implementación de dichos proyectos.
 
Han sido las comunidades las que se organizan y resisten a los procesos de explotación del Quimbo, Hidrosogamoso e Hidroituango, a la explotación aurífera en el Páramo de Santurbán, de La Colosa y Marmato; al  proyecto de explotación carbonífera en el Río Ranchería; muchas comunidades que no comparten el modelo de explotación libran grandes batallas, resisten con  la movilización social, proponiendo otros modelos de vida y de relación con la naturaleza, proponiendo modelos de vida, a los modelos de muerte.
 
Hoy los obreros de El Cerrejón defienden sus derechos movilizándose y yendo a la huelga; en Arauca las organizaciones sociales inician un paro cívico contra el megaproyecto del Oleoducto Bicentenario y las petroleras; en Barrancabermeja la Unión Sindical Obrera le presenta al país una propuesta en materia petrolera y la sociedad grita en contra del daño ambiental causado por el derrame de carbón de la Drummond; son las comunidades, es la clase popular la que con la movilización y la lucha construye propuestas de país, de paz.
 
Todos estos movimientos, sus exigencias y propuestas deben recibir la mayor solidaridad del pueblo colombiano. Deben servir para que el gobierno nacional entienda que es necesario habilitar espacios democráticos en los que se discutan, propongan y acuerden modelos alternativos de explotación de los recursos en nuestro país, como parte de la “construcción de una paz estable y duradera”.  Creemos que ese modelo debe partir de reconocer la soberanía nacional, cambiar la lógica de explotación en la que la naturaleza sea una mercancía, debe pensarse en un modelo en armonía con la naturaleza; un modelo en el que las empresas paguen la deuda social y ambiental por el daño causado producto de la explotación indiscriminada, en especial las multinacionales.  Un modelo en el que el manejo de las reservas esté por fuera de la lógica del mercado, que permita potenciar las visiones alternativas al desarrollo con los planes de vida en los territorios; donde los derechos de la madre tierra y del ser humano garanticen su existencia y continuidad... en esencia un modelo de vida.
 
Llamamos al pueblo colombiano a respaldar solidariamente los movimientos de resistencia en los territorios; exigimos a las autoridades locales y nacionales las garantías suficientes para la continuidad de las acciones y permanencia en los territorios por parte de las comunidades, y proponemos al gobierno nacional que acordemos un escenario en el que desde las propuestas de las comunidades construyamos una propuesta de paz duradera, una propuesta de paz integral,  en el que entre otros elementos discutamos el manejo soberano de nuestros recursos en beneficio del pueblo colombiano.
 


 
Paz es soberanía, trabajo digno, buen vivir y respeto a la naturaleza
¡Los Pueblos tenemos la palabra, construimos vida digna y mandatamos por la paz con justicia social!

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