Por: Carlos Alberto Castaño.
Fecha de publicación: 1 de marzo de 2013.
Fotografía: Carlos Alberto Castaño. Paro cafetero, febrero 27 de 2.013. Boquerón, Ibagué, Tolima.
A medida que el pueblo se ahoga en la miseria, porque la riqueza se sigue acumulando en unas pocas familias, la resistencia parece ser la única alternativa para reivindicar y exigir los derechos. Para acallar la voz, la clase privilegiada sigue fortaleciendo su aparato represivo, y lo peor de todo utilizan a los mismos hijos del pueblo para reprimir al pueblo. Los policías se envalentonan cuando portan ese uniforme, se vuelven gomosos y valientes persiguiendo campesinos en las motos, pero cuando el pueblo se levanta, se llenan de miedo y hasta se caen sólitos.
Un solo hombre de principios, con conciencia y con dignidad vale más mucho más que mil hombres uniformados, armados esperando una orden para atropellar y matar.