Por Omar Rincón*
Fecha de publicación: 26 de diciembre de 2011.
Congresistas discuten de televisión, de lo cual nada saben ni quieren saber, ¡sólo quieren salir en ella! ¡Ministro de Tic´s favorece a los empresarios y operadores de tecnologías, y dice que no ve televisión! Y a nadie, absolutamente a nadie le importa.
El Congreso de Colombia aprobó sin problemas, sin discusión, la nueva ley de televisión con base en que “la televisión es un servicio público de competencia de la Nación”. Pero la verdad es que el concepto de nación que tienen es muy perverso: la televisión convertida en simple tecnología, el futuro digital dejado al mercado, la autoridad de la televisión entregada a los políticos. No importa para nada resolver los problemas de fondo: la televisión regional convertida en órganos de propaganda de los gobernadores, la ausencia total de fomento a la creación y a la producción de contenidos, la necesidad de crear nuevas señales y nuevos canales. Y la verdad somos tan tontos que ni siquiera miramos otras experiencias donde se están haciendo mejor las cosas: España, Argentina, Brasil.
Un proyecto hecho para la defensa de los canales privados, la televisión por cable y el dios mercado. Un proyecto en contra de los creadores, lo público, la autonomía y la independencia. Los grandes ganadores: Caracol y RCN, los políticos y los empresarios de telecomunicaciones. ¿Por qué pasó esto? Porque el ministro de TIC's (Tecnologías de la Información y la Comunicación) dice que “ya nadie ve televisión” y es obvio: él es un enviado especial de los dueños de las telecomunicaciones, le importan los aparatos, no los contenidos, ni la creación; porque Caracol y RCN no quieren competencia, así podrán seguir siendo tan malos y nada les pasará; porque los políticos quieren burocracia para ellos y en televisión hay mucha.
Lo bueno: ¡Que se acaba ese monstruo come plata y defensor de Caracol, RCN y los políticos, llamado CNTV, Comisión Nacional de Televisión!
Lo ignorante. La nueva Autoridad Nacional de Televisión (ANTV), financiada por el fondo de televisión, que debería ser para producir televisión y no gastarlo en burocracias (¡Ver historia de la CNTV!). Sus funciones son un canto a la bandera o un homenaje a la ignorancia, porque se ha demostrado que el problema no está en el control de contenidos: “garantizar el pluralismo e imparcialidad informativa, la competencia y la eficiencia en la prestación del servicio (...) la ANTV será el principal interlocutor con los usuarios del servicio de televisión y la opinión pública." Y ahora más cuenta chistes…
Eso mismo hacía la CNTV y nunca logró nada. ¡Los contenidos no se controlan, se producen! Y quieren ver más de lo mismo, la ANTV “diseñará e implementará estrategias pedagógicas para que la teleaudiencia familiar e infantil puedan desarrollar el espíritu crítico respecto de la información recibida a través de la televisión"; no se han dado cuenta que esto ha fracasado, no sólo en la CNTV sino en el mundo entero. Y la ANTV “sancionará cuando haya lugar a quienes violen los derechos de la familia y de los niños”; otra vez lo mismo de siempre, ¿no era esta la función de la CNTV? Y en 15 años no hizo nada, no se puede hacer nada. Pero para lo que sí va a servir la ANTV es para dar puestos a los políticos: “adoptará la planta de personal que demande el desarrollo de sus funciones", lo mismo que antes.
Lo perverso. Y ahora sí lo que importa: ¿Cómo nos repartimos los cargos? “La ANTV tendrá una Junta Nacional de Televisión integrada por cinco (5) miembros así: (1) El Ministro de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, o el Viceministro delegado; (2) Un representante designado por el Presidente de la República; (3) Un representante de los gobernadores del país; (4) Un representante de las universidades públicas y privadas; (5) Un representante de la sociedad civil”. Lo mismo que con la CNTV pero peor: ahora metieron a los gobernadores en el negocio con lo cual los canales regionales seguirán siendo su órgano de propaganda, y además garantiza unanimidad porque gobernadores más representante del presidente, más su ministro TIC's, eso da mayoría para siempre. Y de las universidades y la sociedad civil nada se puede esperar, ya que en la vieja CNTV nunca eligieron a un profesional competente como su representante. Lo que quiere decir que se acaba la CNTV y se crea de nuevo. El principio fundamental de autonomía del sector ahora sí se acabó.
¿Quieren saber las profesiones habilitadas para manejar el servicio público de televisión? “Derecho, comunicación social, periodismo, psicología, sociología, economía, educación, negocios internacionales, administración financiera, pública o de empresas; ingeniería de telecomunicaciones, eléctrica, electrónica, mecatrónica, financiera, civil, de sistemas o mecánica; cine y televisión”. O sea todos pueden aspirar. Y otra vez lo mismo que la CNTV: el director será elegido por la mayoría simple de los miembros de la Junta Nacional de Televisión.
Lo ináudito. La televisión es un cadáver exquisito: fragmentado. La ANTV tendrá toda esa burocracia y poder para “ejercer el control y vigilancia por el cumplimiento de las normas relacionadas con los contenidos de televisión” y “otorgar concesiones” con mayoría del gobierno en esa junta. Y el negocio de la televisión digital y las licencias y el poder y la creación audiovisual será un asunto tecnológico, como si fuera el celular o cualquier aparato y por eso la regulación del servicio será hecha por “la Comisión de Regulación de Comunicaciones, CRC." Y para la competencia empresarial está “la Superintendencia de Industria y Comercio."
La pregunta. La televisión se hace, se produce, se crea. Y en Colombia hay muchos creadores que no pueden trabajar porque no hay pantalla (más canales), ni financiamiento (fondos concursables). Entonces, se crea el Fondo para el Desarrollo de la televisión y los contenidos. ¿Para qué? Para más de lo mismo de antes y de siempre: canales regionales de los gobernadores, señal del Presidente y Señal Colombia: “mínimo el 60% de sus recursos para el fortalecimiento de los operadores públicos del servicio de televisión”. Entiéndase por fortalecimiento lo mismo que antes: burocracias y equipos. Y "el Fondo de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones – FONTIC - destinará para el fortalecimiento de la televisión pública y los contenidos digitales y audiovisuales como mínimo el 10% de los ingresos derivados de la asignación de los permisos para uso de las frecuencias liberadas con ocasión de la transición de la televisión análoga a la digital”. Única mención a lo digital: y es lo que está aquí, y allegó. Antes con la vieja ley tendría que ir al fondo de la televisión pública el 100%, ahora sólo el 10%.
Conclusión. Se acaba la CNTV, nace la ANTV. Y todo sigue igual, pero peor para los ciudadanos y creadores. Ahora, todo el poder estará en el gobierno, y para mejorar el reparto de bienes: se invita a que participen directamente los gobernadores. La unidad nacional para que todos ganen, menos los ciudadanos y los creadores.
¿La autonomía de la televisión? Se acabó. El Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones manda, luego el gobierno toma el control de todo. ¡Adiós autonomía!
¿Quién controla y vigila? La ANTV. ¡Igualito que en Venezuela y los países que criticamos!
¿Quién regula este servicio público? La Comisión de Regulación de Comunicaciones. Luego es una técnica, es un asunto de aparatos y no un servicio público.
¿Quién asigna frecuencias? La ANTV que es gobierno y gobernadores. ¡Para uso político! En el gobierno Uribe se pagaba con notarias, ahora se pagará con señales de televisión.
¿Regulación de franjas y contenido de la programación, publicidad y comercialización? La ANTV. Una autoridad que cuesta mucho para hacer algo que no se puede hacer como lo demostró la vieja CNTV.
¿La competencia entre canales? La Superintendencia de Industria y Comercio. ¡Sólo es un negocio, nada de pensar en que es un servicio público!
¿Otorgamiento de concesiones? La ANTV: o sea el Gobierno.
¿Administración, gestión y control del espectro radioeléctrico? La ANTV: léase el gobierno.
¿El Fondo para el Desarrollo de la Televisión y los Contenidos? Todo para los operadores públicos que han fracasado durante más de 20 años, y nada directamente para los creadores.
¿La televisión pública? Seguimos igualito y peor: canales regionales en manos de los políticos y el 60% de recursos va para ellos. Nada para los creadores, todo para burocracia.
¡Lo mismo de antes, y peor! Y a nadie le importa... a nadie. Los canales y medios privados no dijeron nada porque les beneficia; los investigadores y profesores de televisión no dijeron nada, ni idea por qué; la sociedad civil está muda. Coorta, literalmentenclusión: a nadie le importa la televisión. ¡Qué desperdicio!