Por: El Macarenazoo.
Fecha de publicación: 7 de febrero de 2018.
En la imagen: Carlos Guillermo Granados, izquierda, acompañado de Raúl Emilio Casallas. El primero fue secretario jurídico y el segundo, secretario de desarollo social, en la alcaldía de Álvaro Rincón. Esta foto fue tomada recientemente, Granados ocupando el cargo de personero municipal, y Casallas, alcalde de ese municipio. Foto: Archivo particular.
El 10 de noviembre del 2008 se realizó supuestamente una capacitación a funcionarios públicos de la Alcaldía de Mosquera, especialmente dirigida a los principales secretarios y secretarias de despacho, denominada “responsabilidad social frente a lo público, valores y conductas”. Pese a lo pomposo del nombre y de la loable intención por la cual fue diseñada la capacitación, hay unos indicios que a juicio de algunos ciudadanos que han indagado el tema, demostrarían que el evento pudo no haberse realizado.
La capacitación fue contratada por el entonces alcalde Álvaro Rincón con Raúl de Jesús Agudelo Sosa. El contrato de un día de duración costó la no despreciable suma de $12.800.000. En los documentos que reposan del contrato en la admistración pública se da cuenta de que se desarrolló a satisfacción, sin embargo a través de derechos de petición y diferentes comunicaciones enviadas por un ciudadano entre 2009 y 2010, éste constató unas irregularidades que se derivarían del presunto desarrollo del evento.
El lugar del supuesto evento
El Macarenazoo conoció un amplio expediente que el ciudadano Diego Luís Loaiza recopiló, fruto de las cartas enviadas al despacho público, en donde se constata, en varias cartas, que diferentes funcionarios aseguraron que el evento se desarrolló en el Club Serrezuela. El 25 de noviembre de 2009, el entonces secretario general y de desarrollo intitucional Raúl Emilio Casallas Rodríguez, contestó en una respuesta a un derecho de petición que “el lugar sonde se llevó a cabo dicha capacitación fue en el Club Serrezuela.” El 28 de enero de 2010, de acuerdo al oficio SGDI-CE-008-2010, el entonces secretario general y Desarrollo Institucional (E) Nicolás García Bustos, reiteró que el evento se realizó en el club Serrezuela. Lo dijo también el 1° de febrero en el oficio SGDI-CE-012-2010 y el 5 de febrero, en el oficio SGDI-CE-016-2010. El 15 de febrero de 2010, a través de una carta, la entonces secretaria de educación Dolly Esperanza Ramírez Valero, aseguró también que se había realizado en el Club Serrezuela. Y Rubén Darío Torres, quien era funcionario de la Secretaría de Hacienda, también contestó a un derecho de petición el 19 de febrero de 2010, ratificando que el evento se había desarrollado en ese club. En seis respuestas de cuatro funcionarios se aseguró que el lugar fue el Club Serrezuela. Sin embargo, al mismo tiempo que estos funcionarios respondían a los derechos de petición, el club contestó una carta en la que aseguró que el evento no se realizó en sus instalaciones. De acuerdo a una carta enviada a Diego Luís Díaz, fechada el 4 de febrero de 2010, el club Serrezuela sólo le suministró a la Alcaldía alimentos y bebidas en 2008, en algunos eventos realizados por esa dependencia pública; sin embargo ninguna contratación coincide con la fecha de la supuesta capacitación a funcionarios, el 10 de noviembre de 2008. De tajo, el gerente general negó que la susodicha capacitación se haya realizado. Al ponerse de manifiesto que la Alcaldía mintió en las respuestas a los derechos de petición, la dependencia trató de resarcir el deliberado error, e informó en una nueva carta fechada el 4 de junio de 2010, que el evento se hizo en el Teatro Municipal de Mosquera.
Los asistentes
Lo insólito del asunto es que todos los funcionarios a quienes se les solicitó que informaran del lugar del evento, y contestaron que había sido en el Club Serrezuela, aparecen en la lista de asistencia de la capacitación. Además, la oficina de control interno da cuenta del presunto error de no informar bien del lugar de la capacitación, más de un año y medio después de realizarse el evento; justo cuando el ciudadano Díaz presentó denuncias formales ante los órganismos de control por las irregulirades que detectó.
¿Quién puede dar cuenta, entonces, de que el evento se realizó? De acuerdo a la lista de asistencia de la presunta capacitación, hubo 46 personas que estuvieron presentes. Varios nombres cobran relevancia, pues aparecen consignados allí los nombres de los principales secretarios de despacho, y como se dijo quienes contestaron los derechos de petición al señor Díaz. En el listado aparecen, también, José Luciano Rocha Gómez, Víctor Manuel Melo Ortíz y Héctor Jairo Mora Rodríguez. Estas tres personas manifestaron ante Notario que no asistieron a ninguna capacitación en la fecha en la que presuntamente aparecen sus nombres. Ante la Procuraduría, tiempo después, varios funcionarios, por el contrario, dijeron que sí asistieron a esa capacitación. Dentro de los que afirmaron que sí hubo el presunto evento estuvo Nicolás García. ¿Hubo fotos o videos de la capacitación? No. De acuerdo a una carta que contestó el entonces jefe de la Oficina de Imagen Corporativa de la Alcaldía, Andrés Rojas Avendaño, ese despacho no asistió a ese evento, y por tal razón no tienen ningún registro de que se haya realizado. ¡Pero ojo! Rojas sí aparece en la lista de asistentes… ¿Siendo el jefe de la entidad encargada de las comunicaciones de la Alcaldía, no pudo llevar una cámara? O sea, un evento multimillonario de un día, pagado por la Alcaldía, en donde fueron protagonistas todos lo secretarios, y en los que de acuerdo al presupuesto cada asistente le costó al municipio un poco más de $278.000, no tuvo ninguna importancia para la Oficina de comunicaciones, o peor aún: pudo no haber existido nunca.
Los implicados
El actual personero Granados, con el entonces secretario de gobierno Nicolás García, hoy gerente de la campaña de Germán Vargas Lleras en Cundinamarca. Foto: Archivo.
Al parecer el contrato maquilló un evento que nunca se realizó. Indicios como el lugar, la asistencia dudosa de personas y la inexistencia de un registro audiovisual, podrían dar cuenta de ello. ¿Entonces, quién está detrás de esto, o dónde se quedó la plata? En primer lugar, el contratista Agudelo Sosa aparte de ser un íntimo amigo de Álvaro Rincón, ganaba constantemente millonarios contratos en los tiempos de esa administración pública. Curiosamente uno de los más costosos es el Contrato No. 254 que es el que ejecutó la presunta capacitación de un día a los funcionarios. También aparece uno de dos días, por un valor de seis millones y medio de pesos, del 25 de abril de 2008; uno más, de 8 días de duración, por un costo de $3.600.000 del 6 de junio de 2008, entre otros. Agudelo, tiempo después, se desempeñó como director de Cundeportes del municipio de Funza.
La persona que hizo la interventoría técnica y cualificó el millonario presupuesto al contratista, fue el entonces secretario Raúl Emilio Casallas Rodríguez, quien después se desempeñó como diputado de Cundinamarca, y ganó la Alcaldía en 2015. Sin embargo, hoy está detenido respondiendo por los delitos de falsedad en documento privado y fraude procesal. Justamente, el cargo que ocupó como secretario al ejecutar este contrato no lo podía desempeñar al no ser profesional, un requisito indispensable para ejercer ese rol. Tanto Casallas, como el entonces alcalde Álvaro Rincón son de las entrañas del Partido de la U en el municipio. Rincón hoy está detenido en la cárcel de Funza, por delitos relacionados con el volteo de tierras en su municipio. A este par, hay que sumar a Nicolás García, también del Partido de la U, y quien aseguró siempre que el evento se había realizado en un lugar que no correspondía con la realidad, a pesar de que su nombre está consignado en la lista de asistentes. García fue también alcalde de Mosquera, y estuvo desempeñándose como mano derecha de Jorge Rey (Cambio Radical) en la Gobernación de Cundinamarca hasta hace muy poco. Hoy García es el gerente de la campaña de Germán Vargas Lleras en Cundinamarca.
En la lista de asistentes que habrían prestado su nombre para legitimar el presunto evento, o de pronto que les engañaron o no saben que aparecen allí consignados está también Carlos Guillermo Granados, quien se desempeñaba como secretario jurídico de la alcaldía de Rincón, y que desde la administración de Nicolás García es personero de Mosquera. Granados fue muy diligente para que al contratista se le pagara la cuantiosa suma por la presunta capacitación. El entonces secretario de hacienda Juan Carlos Espinosa Cruz también agenció disponiendo el presupuesto para el contrato y para que el contratista recibiera su dinero prontamente. Espinosa aparece igualmente en la lista de asistentes de la presunta capacitación.
Carolina Garzón Medina, que en el 2010 fue la secretaria general y de desarrollo institucional, quien realizó la aclaración de que el evento no se había desarrollado en el Club Serrezuela, sino en el Teatro municipal, pese a esa retractación, no aparece en la lista de asistentes a la capacitación. El otro que sí apareció en la lista de asistentes fue Andrés Rojas Avendaño, que como ya se dijo era el jefe de comunicaciones de la Alcaldía, pero no tomó ninguna foto del presunto evento.
Llama también la atención que en los asistentes al evento que aparentemente nunca se habría realizado, estuvieron algunos funcionarios que han continuado su carrera administrativa y política. Resaltamos los nombres del excandidato a la Alcaldía por el Centro Democrático, Alcides López; la exdirectora del Centro Cultural Bacatá de Funza, Marcela Jauregui, y el concejal cristiano de Bogotá Marco Fidel Suárez.
Al final, es válido señalar que el trabajo investigativo periodístico sostendría que la capacitación no se hizo y ese dinero que sí fue entregado al contratista, se perdió. Que hay exfuncionarios que habrían intercedido para legitimar el evento, pese a que éste no haya existido. Y que los indicios son precisos para determinarlo de esa manera. Pero en el papel que aguanta todo, la Procuraduría de bolsillo del departamento, encontró que el evento sí se hizo y que los documentos del contrato dan cuenta de ello, supuestas pruebas testimoniales de los implicados, y la declaración del propio contratista. Casi diez años después de la ocurrencia de este presunto chanchullo, los mismos responsables siguen siendo figuras públicas en lo local y departamental, y además han incidido y siguen incidiendo en las políticas públicas municipales y en las administraciones de turno; colocando a sus más íntimos familares en los principales cargos de la función pública.
Documentos
Los tres oficios en los que Nicolás García aseguró que el evento se realizó en el Club Serrezuela:
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La respuesta del gerente general del Club Serrezuela, donde dice que el evento no se realizó allí:
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Respuesta de otro funcionario a un derecho de petición, en donde se afirmaba que el evento se realizó en el Club Serrezuela:
Contrato cuestionado:
Acta del proceso de adjudicación:
Remisión de cuentas para el pago a contratista. Documento firmado por Carlos Guillermo Granados:
Carta de solicitud de disponibilidad presupuestal para la ejecución del contrato por parte de Raúl Emilio Casallas Rodríguez, dirigida a Carlos Guillermo Granados:
Una de las cartas autenticadas ante Notaría de un funcionario que dijo no participar en la presunta capacitación:
Presunta lista de asistencia:
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La retractación de la Alcaldía sobre el lugar el evento: