Por: Gianni Lara – Sumando voces* (Agencia Techotiba).
El 14 de julio Ronald Pantin, director de la multinacional canadiense Pacific Rubiales, que opera en el Meta, anunció el hallazgo de un nuevo pozo petrolero a 80 kilómetros de Campo Rubiales de donde se podrían extraer los mismos 230.000 barriles diarios que hoy se producen en Rubiales.
El barril de petróleo está en 86 dólares; si son $1.985 pesos el dólar, cada barril estaría costando $162.970, multiplicado por los 230.000 barriles diarios, tendríamos $37.483'100.000 diarios de ingresos por el petróleo. Con tanta bonanza económica podría afirmarse que el departamento y hasta el país no pasaría ninguna necesidad, y más teniendo en cuenta que somos el tercer productor de petróleo en la región después de Venezuela y Brasil.
A pesar de ello al recorrer las cerca de 18 horas que existen de Bogotá a Pacific Rubiales y al observar la reja que ha puesto la multinacional sobre la carretera colombiana para controlar el paso de la población indígena y campesina junto al letrero: PROPIEDAD PRIVADA poco después de la vereda El Oasis, se va deteriorando la calidad de vida de la población, donde el Estado sólo hace presencia mediante la fuerza pública para cuidar a las multinacionales que extraen nuestros recursos naturales.
En el mismo mes de julio, poco después del anuncio de los nuevos hallazgos, se levantaron protestas por parte de los trabajadores y de la población en Campo Rubiales y en Puerto Gaitán. Las protestas que se han mantenido de manera irregular hasta el día de hoy tienen distintas causas: la existencia de empresas que son subcontratadas por Pacific Rubiales que evitan el contrato directo con la petrolera, aunque ésta determina los salarios; la baja asignación salarial que no es justificable con los gastos que tiene un empleado y el costo de vida en un municipio petrolero; la corrupción en la obtención de los empleos, pues un trabajador debe pagar hasta $600.000 para mover las influencias que lo llevarán a trabajar en la empresa; y las condiciones de vida y represión a las que está sometido un trabajador en un lugar que parece más un campo de concentración por las rejas, el control y la cantidad de fuerza pública en el lugar dotada con lo último en armamento. “Si nos ven muy ansiosos a la hora de salir, o si no le caemos bien a la guardia pueden impedirnos la salida hasta el otro día o retenernos por horas, todo depende del genio del guardia”, fueron las declaraciones de uno de los empleados recogidas por Agencia Techotiba.
Los empleados trabajan 21 días y salen 7 a descanso, pero si tenemos en cuenta las dificultades para llegar al lugar, y otras contrariedades el descanso puede resultar siendo de tres días. Ello ha promovido la masiva disolución de las familias, la depresión y la pérdida de estabilidad emocional de los empleados de la compañía petrolera. Las condiciones laborales han mejorado con la protestas, pero en muchas ocasiones el desplazamiento hasta el lugar de trabajo que puede llevar más de tres horas no está contemplado dentro de la jornada laboral. Es decir, se le incrementa en 6 horas la jornada laboral a un trabajador. Por si fuera poco, está el hecho de las duras exigencias del terreno que pueden hacer que un empleado esté varias horas expuesto al sol con una temperatura de 24 °C en promedio en un hueco que puede estar a seis o siete metros bajo el nivel del mar.
La población se ha unido a las manifestaciones porque consideran que Pacific Rubiales no representa un beneficio para ellos (pues mucha de la mano de obra viene de otros lados) y menos para el territorio. La carretera está totalmente deshecha, es como andar por un río de polvo rojo, la polvareda ha generado enfermedades pulmonares tanto a habitantes como trabajadores, y ha impedido la práctica de la agricultura o de la ganadería; de no ser por el grueso pasto que crece de manera irregular estaríamos frente a un gigantesco desierto. Al buscar petróleo se hacen enormes huecos con ANFO que secan muchos de los aljibes, pues cuando encuentran agua en vez de petróleo, bajan el nivel de las aguas y los pozos se secan. Los ríos están contaminados ya que las aguas residuales usadas en la extracción son depositadas en caños, fincas y al río Tillava. Cuando hay derrames no son tratados adecuadamente y no hay control o procesos de reciclaje para la gran cantidad de material plástico que es usado en el territorio para el transporte de alimentos.
Puerto Gaitán, el municipio que más recibe regalías en el país, tiene también la tasa de mortalidad infantil más alta: 61 niños por cada 1.000 nacidos según el DANE. Algunos de ellos pertenecen a la etnia Sikuani que son quienes padecen con mayor crudeza los estragos de la explotación petrolera, aspiran las nubes de polvo que dejan los camiones que sacan el crudo, no pueden pescar o cazar porque los ríos están contaminados y los animales se adentran cada vez más en la selva; la agricultura es incierta en estos terrenos estériles. Trece niños han muerto de inanición en lo que va corrido del año, en el mismo periodo se han recibido 65.000 millones de pesos en regalías. Así que la corrupción (representada en el arco que costó más de 2.500 millones de pesos ubicado a la entrada del municipio) es otro de los principales males que agobian a esta región del país.
Una salida a corto plazo sería la movilización de la población y de los trabajadores con el objeto de presionar a las multinacionales y al gobierno de la región a transformar las condiciones de vida y empleo. A mediano plazo es esperable la nacionalización de los recursos naturales y a largo plazo el control de la extracción y el cambio del uso del petróleo por la producción de energía a partir de fuentes renovables como el viento, la energía térmica o eólica. Sin embargo, esta postura no parece estar de acuerdo con los planes del gobierno o de las multinacionales que siguen prefiriendo engordar su patrimonio a cambio de la vida de las personas y el cuidado de la madre tierra. La mejor demostración es la firma del Tratado de Libre Comercio durante la semana pasada que hará que las condiciones de miseria y exclusión que propaga la petrolera por toda la región del Meta, se extiendan por todo el país de manera legal, mientras los sindicatos hacen proselitismo político con la desgracia ajena y los ciudadanos paseamos indiferentes frente al saqueo criminal que hacen a nuestro planeta.
* Sumando Voces es el medio de comunicación creado por la Corporación Almendra, organización gestada por El Macarenazoo.