Por: Asfadec (Asociación de Familiares y Amigos de Personas Desaparecidas en Ecuador).*
Fecha de publicación: 3 de abril de 2015.
La desaparición de Carolina Garzón fue una de las razones de la conformación de Asfadec en Eccuador. Foto: Archivo.
Ante las declaraciones emitidas por el presidente Rafael Correa en su Enlace Ciudadano 415 en la ciudad del Puyo, provincia Pastaza, sobre las personas desaparecidas en Ecuador exponemos lo siguiente:
- PRIMERO, todas las personas tenemos el derecho a pertenecer a una asociación u organización de forma libre; este derecho es reconocido por la Constitución en el Artículo 66 y es reconocido por diferentes instrumentos internacionales de derechos humanos. El deber del Estado es la promoción y protección de las asociaciones cuando sus objetivos y pretensiones son legítimas. Por ello, ratificamos nuestro derecho a organizarnos en la Asociación de Familiares y Amigos de Personas Desaparecidas en Ecuador- Asfadec; así como ratificamos los objetivos, misión y visión que de manera legítima persigue y defiende esta Asociación. Estamos plenamente convencidos que la unidad, el trabajo en equipo y la búsqueda colectiva de nuestros familiares desaparecidos es un recurso idóneo y adecuado para encontrar a nuestros seres queridos desaparecidos en el país, ya que pese a algunas medidas adoptadas por el Estado, éstas aún se muestran insuficientes. Nuestros hijos, hijas, madres, padres, hermanos, amigas… siguen desaparecidos.
- SEGUNDO, agradecemos el intento que el Gobierno realiza para adoptar acciones que nos permitan encontrar a nuestros familiares. No obstante, señalamos que:
a) La creación de la Unidad Especializada en Investigación en Desapariciones y la Dirección Nacional de Delitos contra la Vida, Muertes Violentas, Desapariciones, Extorsión y Secuestros (Dinased) todavía no cuentan con los elementos necesarios para enfrentar esta problemática. Pues pese a la capacitación a los agentes de la Dinased en temas de desaparición uno, dos o tres meses no son suficientes para adquirir una experticia sobre el fenómeno. Tampoco la Policía cumple con la aplicación de los protocolos de búsqueda de personas desaparecidas que aún están dispersos en las diferentes entidades de justicia. Por ejemplo, el Artículo 11 del ‘Protocolo de actuación para la búsqueda, investigación y localización de las personas desaparecidas, extraviadas o perdidas’ del Consejo de la Judicatura que establece que cuando una persona desaparece, la Policía Nacional debe dar alertas y coordinar con las instituciones públicas y privadas en el área de salud, morgue, terminales, aeropuertos, alertas en redes sociales, entidades financieras, medios de comunicación…para agilizar las búsqueda. Sin embargo, esto no sucede pues no hay una base de datos que cruce toda esta información.
Asimismo, en varias ocasiones hemos denunciado que la Unidad de actuaciones Administrativas de la Fiscalía que investiga la desaparición de personas y que está integrada por cinco fiscales en Pichincha se encuentra incompleta, ya que solo cuenta con un secretario o asistente y no con un “equipo multidisciplinario conformado por peritos, psicólogos, trabajadores sociales e investigadores sociales e investigadores civiles y policiales, antropólogos, médicos” como lo anunció el fiscal general del Estado, Galo Chiriboga, en la presentación de la ‘Estrategia de atención integral para enfrentar la situación de personas desaparecidas en Ecuador’, el pasado 7 de julio de 2014. De esta manera, no se trata de una unidad especializada ya que los funcionarios a la fecha no han recibido la formación y/o especialización requerida.
b) El Ministerio del Interior ha señalado que se han realizado 10.060 diligencias, de 50 casos de desaparecidos, de las cuales 7.445 son diligencias judiciales, 2.140 son diligencias operativas y 475 pericias. Sin embargo, cabe mencionar que el número de diligencias no significa efectividad, ya que muchas de ellas son realizadas sin rigurosidad técnica que requiere la investigación. Esto debido a la falta de capacitación y de conocimiento en desapariciones. Además este número de diligencias que mencionan son de 50 casos. En Ecuador, según datos de la Fiscalía General del Estado, se registran 1606 personas desaparecidas hasta enero de 2015.
c) El apoyo psicológico, social y asistencia legal es otro de los acuerdos dados con el presidente Correa en la cita del 11 de diciembre de 2013. Sin embargo, las autoridades buscan cumplir este, en algunos casos, cuando los familiares están próximos a reunirse con el presidente Correa. (La tercera reunión con el Presidente se realizó tres meses después de lo establecido). Pero aun así los acuerdos no se cumplen, ya que solo quedan en llamadas del Ministerio de Salud y de Inclusión Social para citas que no se concretan. Algo similar pasa con los abogados que proporciona el Ministerio de Justicia a los familiares, ya que hasta el momento y pese a las diversas solicitudes, el Ministerio no ha entregado a los familiares un informe escrito sobre el desempeño y/o recomendaciones que puedan realizar estos funcionarios asignados a cada caso.
d) El Sistema de Recompensas es otro de los acuerdos presidenciales, pero a la fecha desconocemos cuáles son los criterios con los cuáles se decide visibilizar a las personas desaparecidas. Según el Ministerio del Interior, “como parte de la campaña de difusión, se han realizado cápsulas a nivel nacional en medios televisivos, con una frecuencia promedio de 283 emisiones por caso. Cada 15 días se alternan 10 casos”. Frente a esto nos preguntamos ¿Es suficiente 238 emisiones del rostro de una persona para que alguien proporcione información? ¿Es equitativo al visibilizar unos casos y otros no? ¿Es eficiente el Sistema de Recompensas? Según la página web del Ministerio, en el 2014 el sistema 1 800 Delitos registró 3.334 llamadas de las cuales 38 pertenecen a desapariciones y otros delitos. 38 llamadas de la cuales el Ministerio del Interior no logra ni siquiera concretar cuántas son específicamente de desapariciones.
TERCERO, ante el dolor de que nuestros seres queridos todavía se encuentran desaparecidos hace uno, dos, tres, cuatro, cinco…diez, 20, 25 años, la sociedad se ha mostrado solidaria. Por esta razón, la Asociación de Familiares y Amigos de Personas Desaparecidas en Ecuador (Asfadec) no solo está integrada por familiares de desaparecidos sino por amigos, como reza su nombre. Nos preocupa que, pese a esta aclaración que hemos hecho desde el año 2012, fecha de la creación de la organización, aún las autoridades busquen deslegitimar nuestro accionar. Nuevamente, nos acogemos y apelamos al principio de solidaridad, sororidad y humanidad que tiene por antonomasia el ser humano frente al otro que busca a su ser querido desaparecido o que exige justicia por un familiar encontrado sin vida.
CUARTO, frente a las declaraciones publicadas en diario La Hora, el 6 de marzo de 2015, que cita: “son promesas incumplidas, trámites que no avanzan…”, durante la reunión con el presidente Correa que se realizó el 5 de marzo, reconocemos como nuestra esa frase pronunciada por José Luis Rodríguez, que hizo eco de las inconformidades de los familiares de las personas desaparecidas y muertes impunes que realizaron el plantón en los exteriores del Palacio de Carondelet. Esto como un acto vigilante de la participación de los familiares de los desaparecidos. Por lo antes expuesto ratificamos que los acuerdos no se han cumplido. Están incompletos. Son fachadas sin resultados. Los fiscales rotan. Los cuerpos de los expedientes aumentan. Las diligencias se repiten y nuestros seres queridos siguen desaparecidos.
También, de acuerdo a testimonios de los familiares que participaron en el plantón de 5 de marzo de 2015, informamos que ese día, a las 11:53, los familiares fueron víctimas de un ataque de un grupo de personas que ofendieron e insultaron a los padres, madres, hermanos de las personas desaparecidas con las siguientes frases: “Por qué no cuidas a tus hijas, porque las tienes trabajando en el cabaret, por eso es que desaparecen”, “Porque son drogadictos, gais y alcohólicos, por eso les desaparecen”.
Rechazamos de forma categórica estos comentarios y ratificamos que todas las personas tenemos derecho a circular libremente sin tener miedo a ser desaparecidos o a sufrir atentados contra nuestra integridad física y psicológica.