Comunicación Alternativa // ISSN 2145-390X

LA MISERIA ES BUENA.

"Proceso de Unidad Popular del Suroccidente Colombiano, desde 1999 para la historia…"

Octubre 17 de 2008

"La miseria es buena, siempre que se mantenga aislada, dentro del orden y en silencio." Así se escribió durante el paro del mes de noviembre de 1999 en el suroccidente colombiano. La política del desplazamiento forzado recibía los dólares siniestros para su ejecución por parte del Estado colombiano y de los mercenarios nacionales e internacionales, como también por parte de los legisladores que afirman: "el desplazamiento con leyes que imponen a los pueblos campesinos es el robo definitivo de sus tierras." En este escabroso festín, la estadística de la concentración de la tierra escribe su inventario con las manos de los asesinos de los pueblos, escritura que se hace con la sangre de los pueblos masacrados. Esta misma escritura ha producido leyes como la ley 811 o más conocido Estatuto de Desarrollo Rural, en donde nuevas formas de esclavitud se renuevan bajo el nombre de cadenas productivas, la vieja política fascista de las corporaciones creadas por Benito Mussolini a principios del siglo XX.

Frente a esta realidad, la verdad de los pueblos no es otra que la lucha popular. No la esperanza mutilada por las leyes del despojo; las leyes del despojo que son forjadas y acatadas por los menesterosos del corazón, los mismos que empujan a los pueblos a implorar justicia hasta las puertas de la ignominia, aquellas puertas repudiadas ya por Manuel Quintín Lame.

El decoro de los pueblos está en el cultivo amoroso de sus tradiciones de lucha. No está en la traición de su historia, en la traición a una memoria que olvida la realidad vivida por los que han sido primero, los hombres y  mujeres que han dejado su testimonio dentro de una historia de lucha que los pueblos aún no terminamos de narrar. Nuevas realidades en el horizonte de lucha de los pueblos, son realidades que tan sólo los pueblos pueden nombrar.

La palabra de los pueblos funda nuevas realidades; no la palabra de las oligarquías mercenarias, como tampoco la palabra de los que buscan la conciliación con la historia sangrienta que pone como portada de sus crímenes la promesa que jamás van a cumplir. No es el tartamudeo de quienes buscan la conciliación con una realidad fundada en la muerte de los pueblos. La palabra de los pueblos es acción creadora donde la vida de los pueblos se ejerce desde la soberanía de su propia voz.

Las luchas de los pueblos no buscan los oficios de los traficantes de la representación que arrojan buenos dividendos, pero someten a los pueblos y a sus organizaciones a los intereses del capital. El capital, que es expropiación y robo de las riquezas de los pueblos, expropiación y robo de sus políticas, y muerte de las organizaciones populares, expresa los intereses de los capitalistas, jamás los intereses de la vida de los pueblos; la vida de los pueblos es hoy la más alta expresión de solidaridad, porque los pueblos narran su historia en el presente de la lucha popular.

Coordinación Departamental Cauca

 Proceso de Unidad Popular del Suroccidente Colombiano. (PUPSOC)


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