Por: Se le Tiene.
Fecha de publicación: 15 de marzo de 2013.
Es un hecho cierto que en la actualidad el tema de la producción, comercialización y consumo de sustancias psicoactivas consideradas ilegales, concita el interés general de muchos sectores de opinión en diferentes partes del mundo. Mientras la apuesta estatal por el prohibicionismo fracasa en medio de fenómenos de violencia, corrupción y devastación ambiental, algunas corrientes independientes de pensamiento plantean explorar otras alternativas distintas a la represión.
Por ejemplo, en Colombia desde hace varios meses se aprecia una confluencia de procesos y colectivos que han logrado acumular valiosas experiencias en torno a la defensa de la prerrogativa que tienen los individuos para portar marihuana destinada al consumo personal. Por cuanto pese a que la institucionalidad del Estado ha reconocido la legalidad de una cuantía de dosis mínima, equivalente a veinte gramos, la autoridad policial jamás ha querido reconocer la validez de tal derecho.
No cabe duda que semejante desconocimiento intencional se sigue prestando a un sinnúmero de atropellos por parte de gran cantidad de uniformados.
Y es que en un país como el nuestro donde la pobreza, el saqueo de presupuestos públicos, la mentira oficial, la masacre y la impunidad se han vuelto tan cotidianos; los poderes descargan -ya sea en un parque, un puente o una esquina- su capacidad punitiva contra quienes sólo quieren fumarse un porro sin meterse con nadie. Porque esos mismos poderes actúan sabiendo que cuentan con la aprobación mojigata de una sociedad inundada de complejos cobardes, desagregados de una concepción hipócrita de la genuina realidad de lo que ocurre en estos tiempos.
Así que llegó la hora de exigir el cese inmediato de las redadas policiales para perseguir consumidores no problemáticos de cannabis. ¡Ya no más auxiliares bachilleres esculcando morrales, ni más patrullas motorizadas requisando bolsillos y manoseando braguetas! No es represaliando con arresto, bolillo e insultos a quienes la están pasando bien sin convertirse en ningún factor de perturbación, la manera como se garantiza la tranquilidad de los vecindarios.
Por el contrario, el diálogo, la argumentación inteligente, la preservación ecológica de los espacios y el ejercicio responsable de la acción de consumir sin afectar a terceros, constituyen las conductas que pueden dar lugar a la apertura de un itinerario de medidas que terminen en la despenalización definitiva de los usos íntimos de sustancias psicoactivas.
Entre tanto, por considerar la autonomía para decidir sobre sí mismos como el valor supremo que nos emancipa de la obediencia propia de los sometidos, hoy, anunciamos la determinación irrenunciable de seguirnos trabando.
NO MÁS U.P.J. PARA LOS KOLINOS
MARCHA, ABRIL 2013, BOGOTÁ.
CARNAVAL CANNABICO COLOMBIANO, MAYO 2013.
ENCUENTRO NACIONAL CANNABICO 24 Y 25 DE MAYO 2013.