SOÑAMOS CON UN PAÍS DONDE CADA CORAZÓN SEA CAPAZ DE LATIR CON LA ALEGRÍA DE LOS OTROS Y SENSIBILIZARSE CON EL DOLOR DEL PUEBLO
Por: Movimiento Jaime Bateman Cayón.
Fecha de publicación: 22 de marzo 2010
Es un orgullo poder estar aquí con ustedes. colombianas y colombianos que día a día se levantan en búsqueda de un futuro mejor para sus familias. Así como ustedes están hoy aquí, hay millones de personas que no han podido ingresar a la Universidad, otras que jamás podrán hacerlo porque trabajan o se mueren de hambre y otras que nunca lo han pensado. Ese es el ideal de país que aquí se tiene: el reino de la desigualdad.
¿Por qué hay tantas diferencias entre unos y otros? Lo único que tiene de democrático este país es la muerte: a todos nos llega. La vida, en cambio, es un privilegio, colombianos de otras épocas, trescientas mil personas nos enseñaron eso con la sangre que derramaron por la nación entera.
Campesinos y campesinas fueron alejados de sus tierras, perseguidos y asesinados. Y ahí estuvo la mujer colombiana: sin una ayuda diferente a la de sus manos, levantó a una y otra generación. Cantidades de jóvenes que no conocen a sus padres y que ven en ellas, como muchos de nosotros, un ejemplo de valentía, un ejemplo de heroísmo.
¡Qué alegría tener madres como las que tenemos en Colombia! ¡Qué alma tan guerrera las de estas mujeres nacidas en un país que no las toma en cuenta! Mujeres que, aún en las dificultades, hemos salido adelante, hemos demostrado hasta la saciedad que no habrá fuerza en el mundo que nos haga desistir. Y nuestro objetivo es cambiar este país. Hacerlo justo para todos nuestr@s herman@s, padres, madres, prim@s e hij@s.
Hoy, ya no es lo mismo que en 1908, cuando quemaron vivas a 129 mujeres trabajadoras por exigir un sueldo y condiciones laborales dignas. Ellos ya no quieren hacer eso, porque saben que nadie les perdonará que lo hagan de nuevo. Los dueños de las empresas ya no muestran ante el “público” la función. Ahora queman sueños, cercenan esperanzas y pretenden castrarnos la mente. Pero ya no le es posible. Aprendimos de ellas, nuestras hermanas, a no dejar que los intereses de unos pocos pasen por encima de los de las mayorías. Y las mayorías queremos vivir bien. Y las mayorías queremos trabajar, estudiar y avanzar hacia un país realmente democrático. Y hacia allá dirigimos todos nuestros esfuerzos. Para que las nuevas generaciones de colombian@s no sea de esclavos, para que nuestros niños puedan vivir su infancia, puedan reír y aprender.
Para que puedan llorar. Pero que ese llanto no sea nunca más porque tienen hambre y su madre no puede darles de comer. Que no sea porque les mataron a algún familiar. Que esas lágrimas no sean jamás por el rechazo que le impone la sociedad. Las próximas generaciones no verán más la gloria de los ricos y la miseria de los otros.
Hoy recordamos a todas las mujeres que han luchado por un mundo mejor. A nuestras madres que hoy nos tienen aquí, ante ustedes, buscando el sueño de los pueblos, el poder del pueblo, la democracia. Seres hermosos que nos han enseñado a luchar por la dignidad. Por la dignidad de miles de personas que se mueren de hambre mientras otros de colesterol alto. De sobrepeso. No podemos permitir que la ignominia asesine a más jóvenes, a más soñadores…
¡Mujeres! Es hora de cambiar el país. Nosotras somos las dadoras de vida. Ahora, seamos las dadoras de DIGNIDAD para nuestros pueblos. Junto a nuestros compañeros, hombres valiosos que han entendido que la lucha no es contra nosotras, sino contra quienes nos hunden en la miseria y en el olvido. Con ustedes, con ellos, y con el empuje de la juventud, vamos a hacer de Colombia una nación amplia, generosa y para todos y cada uno de los colombianos.
Recordamos hoy a Policarpa Salavarrieta, María Cano, Carmenza Cardona Londoño “la Chiqui”, Clementina Cayón, que con su ejemplo nos enseñaron que la vida es expresión del más grande amor hacia el pueblo.
"¿Cómo va a existir democracia en un país que es gobernado por una minoría extravagante, que pasea por el mundo comiendo caviar, tomando champaña, mientras el pueblo, cada vez más, ve empequeñecerse la canasta familiar?" Carmenza Cardona Londoño. Chiqui.
Comandante Bateman: ¡Cumpliremos!
Universidad Distrital Francisco Jose de Caldas - 9 de Marzo de 2010