MALDICION JAPONESA
Su padre lucía un anillo de calavera; en la otra mano sostenía una botella de cerveza; era finales de los 70. La madre le ocultó esa foto por años.
En algún lado leyó que las fotografías robaban el alma, pero Jhon opina diferente: un retrato en las manos de un niño es un espejo al futuro. Bobby tiene en una bolsa de papel con sus pocas fotografías a Maihe y su hermano muerto; él y los huevecitos de cangrejo, la de su padre, y la foto de cumpleaños del trucha (Scorpions-boys) – esa foto sí que es una mierda, porque no se ve nada –. Ahí entiende que los vampiros y los invisibles tienen una cosa en común, no se reflejan en los espejos ni en las fotografías.