Por: El Macarenazoo.
Fecha de publicación: 21 de junio de 2016.
El alcalde Manuel Montagu, sentado, junto a amigos, entre ellos Luís Arturo Pardo Acosta. Sindicado de ser autor material de envenamientos de perros. Foto: Archivo.
Parece existir una fina conexión entre envenenadores de mascotas y la Alcaldía Municipal de Funza, Cundinamarca. Ésta es la hipótesis de una investigación adelantada por este medio de comunicación en torno a los sucesos de muertes de animales en un barrio de este municipio, Villa Diana, que al parecer – según indican los hallazgos – sería la punta del Iceberg de una prueba piloto de control de la población canina y felina no acorde con los estándares de protección animal y que a su vez reflejan un nulo uso humanitario de las herramientas de esterilización que existen.
Esta es la denuncia
Algunas mascotas del barrio Villa Diana de Funza venían presentando síntomas de envenenamiento en los últimos días; muchos animales han muerto allí, inclusive se difundió un video de un perro de hogar que había amanecido muerto hace una semana.
Sin explicación alguna sobre el modus operandi con el cual supuestamente se estarían envenenando perros en ese barrio, los vecinos decidieron mantener la alerta sobre sus mascotas, y niños en general. Pero la semana pasada, uno de los residentes del barrio sorprendió en flagrancia a un sujeto que se identificó como funcionario de la Alcaldía de Funza, y que estaba regando veneno en ese sitio. El presunto funcionario adscrito a la Secretaría de Salud se identificó con el nombre de Fabián Pardo. Éste indicó que el veneno que estaba rociando estaba autorizado por la entidad a la que pertenecería, y que sólo era para roedores, inofensivo para mascotas, según sus palabras. El ciudadano que lo cotejo indicó, como se escucha en la grabación, que la principal preocupación era por los niños que circundan el lugar y juegan ahí. Así mismo manifestó que en ningún momento se la ha informado a la comunidad de campañas de este tipo por parte de funcionarios de la Alcaldía y que tampoco se les ha dicho en qué consiste este plan de limpieza y de qué están hechos los venenos. Pese a que la norma dice que se deben poner avisos y el veneno empaquetado para que quepa sólo un roedor, esto no se hace.
Fabián Pardo, el presunto envenenador, que fue descubierto en flagrancia por un residente del barrio. Dice ser de la Secretaría de Salud, la misma en la que laboró su padre, siendo Montagu, secretario de salud. Foto: Archivo.
El veneno en cuestión es un preparado anormal, el cual decidimos cotejar con un experto. Increíblemente señaló que otras personas ya habían ido antes a consultarle y que igualmente los envenenadores se estaban identificando ante la comunidad como funcionarios de las Alcaldías de Funza y Mosquera. El experto nos explicó qué era el veneno y sus efectos. Es un bloquecito de veneno con comida, en este caso maíz principalmente; el cual está preparado artesanalmente, pues advirtió que comercialmente no se consigue ese elaborado. Y advirtió que el veneno, al desconocerse su procedencia, tampoco tiene un antídoto eficaz en caso de consumo: “el lío es que al ingerirlo no hay un antídoto, contrario a si tú tienes un veneno que en caso de intoxicaciones” ofrece la fórmula química y le indica qué puede tomar para contrarrestar el efecto venenoso, indicó el experto. “Cuando tú tienes un producto del que no haya antídoto tú haces un tratamiento paliativo,” lo que no significa que sea eficaz para contrarrestar el 100% de la dosis venenosa que haya consumido.
De tal manera que a través de preparados venenosos artesanales se está atentando contra cualquier ser vivo que pueda llegar a consumir dosis de estos bloquecitos con maíz, y del cual ya se detectó el modus operandi en el barrio Villa Diana de Funza, como una alerta para toda la población del municipio.
Los presuntos implicados
Luís Arturo Pardo Acosta siempre ha estado cuestionado por el movimiento animalista local por sus presuntas actuaciones irregulares en el tratamiento de perros y gatos callejeros, Acá una valla de cuando fue candidato al Concejo de Funza. Foto: Archivo.
Fabián Pardo, el envenenador descubierto en el barrio Villa Diana, es hijo de Luís Arturo Pardo Acosta, un funcionario público y persona muy cercana al actual alcalde de Funza Manuel Montagu. Pardo Acosta incluso trabajó en la misma dependencia oficial con Montagu cuando éste era secretario de salud en la administración anterior de Jorge Machuca. Y renunció a su cargo para poder aspirar al Concejo de Funza por el Partido Conservador, apoyando a su ex jefe, que a la postre resultó siendo electo como el burgomaestre municipal. Aunque el Partido Conservador en Funza tuvo su propio candidato a la Alcaldía, Óscar Uribe, los candidatos al Concejo no le apoyaron públicamente y en sus propagandas de campaña nunca le nombraron. Fuentes cercanas aseguraron que toda la colectividad en Funza terminó apoyando al candidato de Cambio Radical, Manuel Montagu, y dejando solo a Uribe. Es tanto así que los concejales electos por esa colectividad asumieron desde el primer día de posesión su respaldo unánime a la nueva Alcaldía en cabeza de Montagu, e incluso lograron los votos de todas las demás colectividades para poner como presidente de la corporación este año a su concejal Diego Guevara.
Protesta en 2012 contra Pardo y Montagu en la puerta de la Secretaría de Salud de Funza por su presunta participación en la desaparición de esta mascota. Foto: Archivo.
Luís Arturo Pardo Acosta siempre ha sido criticado por los animalistas y rescatistas de Funza al usar métodos anti humanitarios para el control de la población de mascotas y callejeros en el municipio. En enero de 2012, algunas personas fueron hasta la Secretaría de Salud, en ese momento en cabeza de Montagu, y rechazaron que el funcionario les haya arrebatado un animal, aparentemente con el fin de sacrificarlo. Muchas personas consultadas por este medio de comunicación aseguran que siempre han escuchado malas prácticas de control de la población animal por parte del actual alcalde, desde que desempeña cargos oficiales.
Los delitos
El actual envenenamiento de animales con la excusa de ser elementos de control de plagas como los roedores, estaría siendo causal de violaciones a las leyes colombianas que amparan el bienestar de las mascotas. La Ley 1774 de 2016 en el artículo 1° señala que los animales son “seres sintientes, no son cosas” y por tal “recibirán especial protección contra el sufrimiento y el dolor, en especial, el causado directa o indirectamente por los humanos, por lo cual se tipifican como punibles algunas conductas relacionadas con el maltrato a los animales, y se establece un procedimiento sancionatorio de carácter policivo y judicial”. También se incurriría en la violación de la Ley 84 de 1989 que estipula una “protección especial contra el sufrimiento y el dolor” de los animales. En el Artículo 6 de esta Ley se presentan una serie de hechos que son considerados por la legislación como actos de crueldad hacia los animales, y allí se específica que, entre otros, se encuentran: “causar la muerte innecesaria o daño grave a un animal obrando por motivo abyecto o fútil”, como al envenenar una mascota; “causar la muerte inevitable o necesaria a un animal con procedimientos que originen sufrimiento o que prolonguen su agonía”; y “abandonar substancias venenosas o perjudiciales en lugares accesibles a animales diferentes de aquellos a los cuales específicamente se trata de combatir”; y “envenenar o intoxicar a un animal, usando para ello cualquier sustancia venenosa, tóxica, de carácter líquido, sólido, o gaseoso, volátil, mineral u orgánico,” como en este caso.
La filosofa y activista animalista Martha Torres nos manifestó que es necesario “obligar a través de una acción popular ante el Tribunal de Cundinamarca a que se adopte de forma obligatoria y permanente, programas de esterilización y castración por parte de la Administración Municipal y que se lleve el proyecto de acuerdo al Concejo Municipal para autorizar dentro del presupuesto anual un porcentaje para estos gastos.” Y afirmó que “esto no sólo es un asunto de protección de animales sino de salud pública y por eso es necesario destinar recursos para estos programas. Pero lo más importante es que al existir pruebas contundentes, se debe denunciar penalmente a la Administración Municipal ante la Fiscalía y la Procuraduría y hacer una difusión masiva en los medios de comunicación.”
La Alcaldía de Funza no contempla en su Plan de Desarrollo programas de esterilización de animales callejeros
Sobre el tratamiento y atención a animales y mascotas, el Plan de Desarrollo “Juntos Avanzamos 2016-2019”, recientemente aprobado por el Acuerdo Municipal 005 de 2016, específica en su punto 137, los programas que esta administración adelantará por el tema de bienestar animal. En el mismo asegura que “se tiene un estimado de 11.133 mascotas en zona urbana y rural, número que tiende a crecer dado el crecimiento de la población no solo propia del municipio sino a la proveniente de otras ciudades (sic), que igualmente se traslada con sus mascotas.” Y enumera unos programas para la atención de mascotas, asegurando previamente que “este es un factor de salud pública y de convivencia ciudadana”, el cual “es prioritario para la Administración Municipal, generar estrategias de atención, prevención del maltrato animal y capacitación en adecuada tenencia de mascotas para toda la población del municipio.” Es de resaltar la Meta No. 444 del Plan de Desarrollo que prevé la “adecuación, mejoramiento y sostenimiento de la infraestructura del coso municipal.” Sin embargo, la mayor falencia es que allí no se enumeran programas de esterilización masivos para la población callejera ni para las de hogar; así como ninguna estrategia de prevención de sobrepoblación de animales, permitiendo, por ende la ocurrencia de actos delictivos, como lo es el envenenamiento. En síntesis, los programas allí estipulados estás más dirigidos a la manutención y atención de mascotas de hogar, que a los callejeros; y en ninguna parte del Plan de Desarrollo dice explícitamente “esterelizar”, o “esterilizaciones.”
En Mosquera también
Si en Funza se adelantan esta serie de envenenamientos, en el municipio vecino al parecer se estaría usando el mismo “modus operandi”. Algunos ciudadanos vienen denunciando la ocurrencia de un fenómenos similar al de Villa Diana, pero en Mosquera. Y al igual que en Funza esto no llama la atención de las autoridades ni de los organismos de control. Logramos conocer un derecho de petición que la ciudadana y animalista del municipio vecino Julia María García entregó al alcalde Emilio Casallas. En este escrito manifiesta su malestar por la presunta negligencia en la cual habría incurrido la Inspección de Policía al no atender el caso de dos envenenamientos de perros de hogar. Aseguró que la funcionaria Nelly Mora actúa con ignorancia sobre las leyes que protegen los derechos de los animales, y que por su displicencia posiblemente otros casos de maltrato hacia los animales pueden no haberse resuelto.