Comunicación Alternativa // ISSN 2145-390X

COLOMBIAN WAR... IMPORTANT DECLARATION

Mi cuerpo fue asesinado cuando apenas era un joven, nunca conocí el motivo. Sabía que había personas a quienes no les gustaba que existiéramos personas a las que nos interesara la vida de los demás, personas que no éramos egoístas. Me han asesinado ya de varias maneras, en distintos lugares, me han dado balazos, cortado, quemado, desfigurado, torturado. Vivo aún gracias a cada persona que me conoció y a las personas a quienes no quieren que esto siga sucediendo. Gente que nos recuerda alegres junto a nuestras familias y amigos, nos imaginan estudiando, escribiendo, cantando y bailando. No cometí crímenes; fuí víctima de ellos a nivel constitucional y de los convenios internacionales.

Fui buscado, identificado, perseguido, capturado, desaparecido, interrogado, torturado y asesinado. Intenté huir desplazándome, dejando mi vida atrás, me siguieron, como perros de caza utilizaron toda la información y la tecnología con la que cuentan para volver a localizarme hasta darme muerte. Intenté en varias ocasiones denunciar y contar públicamente lo que yo sabía y había visto, la forma en la que se corrompen las personas al servicio del poder y la riqueza egoístas. Vi que habían muchas cosas mal, en todo caso yo siempre busqué una forma para mejorar las cosas para mi y la gente de mi lugar, para todos, especialmente los menos favorecidos o sea la mayoría. Yo no tenía ninguna ideología más que la de buscar hacer el bien para todos, por eso trabajé en las organizaciones sociales que nos decían por ley, como las juntas de acción comunal, las asociaciones, comités y muchas otras que se inventaron. De nada sirvió para que no me asesinaran y por el contrario las mencionaron como uno de los motivos para decretar mi muerte.

No sabía yo que como trabajador, estudiante, líder comunitario, me estaba prohibido participar. Durante largos meses que ya suman años mi familia iba de aquí para allá, con todo perdido por las manos de mis asesinos; las entidades gubernamentales proveían tanta información y papeleos para protegerme como para informar qué nuevos movimientos daba y así poder recopilar información para redactar listas siniestras para que la muerte fuera tras nosotros. Mis familiares igualmente han sido objeto de la persecución, maltratos, intimidación, agresiones, violaciones, tratada con hostilidad, desamparada socialmente por los organismos competentes.

Como mujer he soportado ser maltratada, violada, he tenido que quedar sola por el asesinato de mi compañero, mis hijos han quedado desprotegidos, sin alimentos y sin techo. He sido obligada a presenciar actos barbáricos contra otras personas adultas y menores, forzada a dejarlo todo atrás, obligada a callar, interrogada hasta mentir, abandonada por el temor natural de las personas a ser involucradas. Después de haber matado a mi hermano fuimos violadas mis hermanas y tía, hoy día lo siguen haciendo, pues cada vez que quieren abusan de nuestra tía bajo amenazas de muerte, ella nunca ha querido contar lo que le sucede.  Hoy una de ellas vive en Medellín y la otra en Apartado. Estuvimos en Bogotá en el 2007, pero no pudimos sostenernos y retornamos a principios de 2008. Nos queda el camino de la justicia porque no somos gente que prefiera la venganza.


Amauta.

 


 
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