Por: Periódico Techotiba.
Fecha de publicación: 1 de octubre de 2014.
Al ser un territorio tan rico resultamos siendo un país muy pobre. Nuestra tierra no sólo está llena de agua, sino que además nos puede proveer alimento en cualquier época del año. Sin embargo, más de 13 millones de colombianos están en la pobreza y cerca de 4 millones están en la total indigencia. Sin contar con todos los otros que nos vemos a gatas para estirar lo poco que ganamos. Un país bien administrado para todos de lejos nos permitiría vivir bien. Pero hay gente que se excede y se queda con muchísimo más de lo que le toca. Obviamente lo que más vale en nuestro país ha sido la tierra y sus recursos naturales. Por ella se han hecho guerras para despojar a la gente de su origen y guerrilleros para recuperarlo, que han llegado hasta contaminar a la Pachamama y desangrar hermanos en su afán por mantenerse en la pelea.
Si al gobierno le conviniera administrar para todos, dejarían de inventarse impuestos, pensarían en mantener el ecosistema y no entregarlo a devoradoras empresas extranjeras que destruyen los territorios y se llevan nuestro oro, petróleo, carbón, madera, agua, bananos, etc., etc., etc. Se alimentaría a los pobres y se les devolvería la tierra a todos los campesinos e indígenas desplazados, pero en la actualidad sólo 1.095 predios se han restituido de los 159.000 que había propuesto el gobierno para este año. Ni qué decir de la meta que se han propuesto de 300.000 para los próximos cuatro años. Lo más posible es que no la cumplan. No les interesa, por eso sólo han nombrado a 39 de 150 jueces para devolver la tierra.
La paz podría ser un camino, pero no nos confiemos, nos pueden estar metiendo gato por liebre. Sin embargo hay cosas interesantes. Esta es una síntesis de los puntos que van negociados en la Habana:
1. Los campesinos comenzarían a salir de la pobreza a través de una remuneración digna con seguridad social, educación, vivienda y empleo y con un Estado que incluiría al campo a través de vías, distritos de riego, electrificación y ayuda para la comercialización de sus productos.
2. Entregar títulos a los campesinos y devolver la tierra que los terratenientes se robaron.
3. Hacer que los terratenientes paguen impuestos y que la tierra que hay se ponga a producir.
4. Promover la participación de las comunidades en la construcción del territorio con el fin de acabar con el clientelismo.
5. Generar la soberanía alimentaria para que en el campo y en todo lado se coma bien.
6. Garantizar y financiar las políticas de oposición a través de medios comunitarios (como éste) e institucionales. Además de un fortalecimiento a organizaciones sociales y creación de nuevos partidos políticos con candidatos territoriales elegidos por personas de ese mismo lugar disminuyendo las mafias electorales.
7. Cambiar el orden público por uno que promueva el respeto a los derechos humanos a través de una cultura de tolerancia que “dignifique el ejercicio de la política y brinde garantías para prevenir cualquier forma de persecución de dirigentes por sus actividades políticas, opinión u oposición. Esto sin estigmatizar ideas y actividades políticas diferentes.
8. Controlar los recursos que se entregan a pauta política con el fin de no comprar periodistas y promover la objetividad en la información frente a las campañas.
9. Desarticular la cadena de valor del narcotráfico buscando a quienes financian el negocio y a su vinculación con empresas y partidos políticos.
10. Las FARC dejarían las armas para convertirse en un partido político.
Por supuesto hay una innombrable sanguijuela expresidencial a quien no le conviene estos acuerdos, pues afecta sus negocios. Pero si lo miramos con una escasa inteligencia promedio lo que se propone nos conviene a todos. Aclaramos que no por saber leer lo que sucede en nuestro país somos terroristas, como lo señaló (frente a todos los que están en desacuerdo de su idea egoísta de gobierno) el susodicho personaje oscuro al que todos conocemos porque nos mandó durante ocho tristes años, en el debate que le hicieron en el senado este mes por parapolítico. Del cual salió corriendo.
Habrá que ver si se cumplen estos acuerdos o si no comienzan a buscar a los de las FARC para quebrarlos cuando se reinserten como lo hicieron con muchos del M19. Lo que sabemos del gobierno Santos es que sigue entregando nuestro recursos a empresas extranjeras, así que nada raro sería que las zonas despejadas por las FARC sirvieran para abrir corredores por donde seguirían extrayendo nuestros recursos de manera inconsciente con el planeta y con nuestra vida, dependiente de él.
Desde el pueblo y desde nosotros: la gente, seguiremos produciendo comunicación alternativa y ferias de comunicación popular como la que llevaremos a cabo el próximo 4 de octubre en el parque de Bellavista, al fondo de Patio Bonito. Allí seguiremos construyendo el tejido social mediante arte y cultura, además llevaremos muchos medios para que ustedes puedan tener otra visión que les permita ir entendiendo que es lo que sucede en nuestro barrio y más allá.