Por: El Macarenazoo.
Fecha de publicación: 18 de septiembre de 2017.
Ya concluida Expo Cundinamarca, la feria multimillonaria en la que el gobernador Jorge Rey se enfocó para limpiar la imagen de corrupción que ha impregnado su ejercicio como funcionario público y al departamento en general, se comienzan a saber las cantidades de dinero usados en el certamen. Por todo lado se giró plata para poder desarrollar este evento; sólo el tema logístico y operativo del certamen costó 2.200 millones de pesos. El Fondecun (Fondo de Desarrollo de proyectos de Cundinamarca) giró montos desde cinco hasta 80 millones a todos los municipios del departamento para que éstos desarrollaran sus actividades expositoras particulares en este mega evento.
Los raudales de dinero que se movieron, ayudaron a que se olvidaran en medios los temas de corrupción ligados con el gobernador: desde mediados del año pasado se vienen realizando acciones judiciales en contra de personas ligadas con Jorge Rey, muchos de los cuales ya están encarcelados: ejemplos significativos de ellos son el del alcalde de Girardot Fabián Villalba; el exalcalde de Madrid Giovanni Villarraga y el exalcalde de Mosquera, Álvaro Rincón. Y además una decena de funcionarios de la Gobernación se encuentran investigados por la Fiscalía General de la Nación. Entre ellos, el exalcalde de Funza, la cuna natal del gobernador, Jorge Enrique Machuca, gerente de la Empresa de Licores de Cundinamarca, donde se produce uno de los tragos más apetecidos del departamento, el aguardiente Néctar. Machuca ha sido relacionado en las investigaciones del cartel del volteo de tierras en la sabana de Bogotá, y que – de acuerdo con fuentes cercanas en la Fiscalía – tendrá nuevas revelaciones este mismo mes.
Varios medios de comunicación fueron acuciosos en la réplica de la información relacionada con la mafia del volteo de tierras, pero muchos han dejado rápidamente el tema de lado, debido a la propia agenda informativa; sin embargo, posiblemente no sea la única razón. Los contratos de pauta publicitaria pagan los favores del silencio. Míremos:
El contrato No. 5320170261 de 2017 firmado entre la Empresa de Licores de Cundinamarca – en cabeza de Machuca – y la cadena radial colombiana Caracol, llama la atención en un presunto entramado de intereses y de despilfarro de dinero. Teniendo como objeto del contrato publicitar los productos de la Empresa de Licores de Cundinamarca con ocasión de Expo Cundinamarca, la entidad pagó a Caracol 350 millones de pesos por 232 pautas publicitarias de 30 segundos en La W Radio. Esto significa $1'508.620 cada una. Aunque la cifra parezca exagerada, lo cierto es que una pauta publicitaria en La W es tremendamente costosa: en el horario Triple A, en el Noticiero de La W, hay cuñas de 30 segundos que pueden costar hasta 4 millones cada una; y otras, como en Deportes W, que son de menor cuantía que el promedio pagado en el contrato por cuña. Ademas, de acuerdo al contrato hay 110 cuñas que se obsequiaron (se llaman de “valor agregado”) en emisoras del grupo radial, como La Luciérnaga, 40 Principales, Tropicana, entre otras.
En Colombia, donde el salario mínimo es de $737.717, se la ha exigido a los funcionarios públicos cautela en la administración de los dineros públicos, lo que significa que los mismos sean usados de manera responsable, con prudencia, y con suma austeridad. Muy lejos del ideario democrático, entonces, se encuentra este ápice de los múltiples contratos que se realizaron para realizar con éxito Expo Cundinamarca.
Al mismo tiempo en que el evento se desarrollaba y las pautas multimillonarias se pagaban, los niños de los colegios públicos de Facatativá padecían de hambre, porque no se les están entregando los refrigerios escolares desde finales del mes de agosto. En ese municipio hay aproximadamente 21.184 estudiantes de colegios públicos. Si a cada uno se le garantizara un refrigerio que costara en promedio 2.000 pesos, y se usara la plata que onerosamente gastó la Licorera de Cundinamarca, se les podría dar refrigerio a todos los alumnos durante, por lo menos, ocho días seguidos, y sobraría plata. Pero así no fue la cosa, porque en la promoción del evento y del alcohol se gastaron más de dos salarios mínimos por el pago de cada pauta.