Comunicación Alternativa // ISSN 2145-390X

MENTIRAS SIONISTAS HASTA EN COLOMBIA. ¡VIVA LA INTIFADA!

 

Por: Sergio Vargas. Opinión.
En el afán de Israel por colonizar la Franja de Gaza y así extender el imperio sionista hasta el mar rojo, el imperialismo mundial ha emprendido la horda genocida contra el pueblo palestino, tratando de exterminar cultural, política, y por supuesto físicamente un legado de una comunidad milenaria. Aunque es bien conocida la masacre que sufrió el pueblo judío a manos del nazismo alemán, ésta misma caterva de asesinos modernos israelíes emulan a la perfección las tácticas guerreristas que desde antaño han sumido a la orbe en una decadente espiral de guerra y de sistemáticas aniquilaciones impunes contra la propia humanidad. Estos veinte días que el mundo lleva presenciando un lento y doloroso holocausto palestino, han servido para que varias voces lideradas por los medios del sistema traten de hacer ver la masacre como un mero “conflicto”, y las diferencias como una “división de opiniones.” Es así como, frente a las innegables evidencias de violaciones a los derechos humanos, tratan de excusar las acciones israelíes y distanciar dos supuestas y únicas orillas, obviando de plano que entre el blanco y el negro están los grises.

 

Ayer, en el Especial de La Noche, de RCN, el embajador del Estado Terrorista de Israel asumió esa posición de catalogar al otro, contrario a sus opiniones, como cómplice, colaborador y sujeto tolerante de las supuestas acciones terroristas de Hamás contra Israel. Por ejemplo, para él, la digna actitud de los presidentes Hugo Chávez y Evo Morales de expulsar a los embajadores sionistas de sus territorios es tomada como una posición diplomática que se inclina a apoyar el “terrorismo de Hamás”, que no consintió el diálogo como salida… como si Israel hubiera preguntado o dialogado al invadir la última semana de diciembre esa pequeña región del medio oriente, la Franja de Gaza, territorio palestino, y con esto haya asesinado a miles de niños, mujeres, hombres, ancianos que sólo se escondían de las abominables bombas de fósforo, imposibles de controlar con la simple agua. La actitud de la periodista de RCN también dista mucho de la realidad, pues aunque parece mostrarse imparcial y equitativa con la información, al tener también en el set al embajador palestino, títulos y comentarios que aporta centran la discusión en temas que protegen los intereses sionistas. Decir que Israel emprendió esta ofensiva contra Hamás es una de las mentiras más sonadas en la mayoría de medios del mundo. ¿Cómo creer que las fuerzas armadas israelíes, que cuentan con el apoyo de los Estados Unidos, saben las posiciones de Hamás, cuando los titulares diarios apuntan a pensar lo contrario? Ayer, la sede de las Naciones Unidas fue destruida; días antes un camión de ayuda de la ONU, identificado, también fue atacado; también se han destruido escuelas con niños a bordo; también se han destruido hasta los propios cementerios… ¿dónde buscarán a los terroristas? Todo parece indicar que, en caso de que sí estuviesen en una ofensiva contra Hamás, los objetivos se confirmarán después de atacar todo lo que se mueva y respire en esa pequeña zona densamente poblada.

 

Al arrojar sus ilegales bombas de fósforo sobre una región pequeña, es imposible no considerar que la periferia no salga afectada; las imágenes muestran cómo actúan esos racimos de bomba: Son centellas que se esparcen y dividen en el cielo antes de caer de manera poco controlada en todo lo que se atraviesa, porque el fósforo es capaz de traspasar todo muro y por supuesto toda carne y huesos humanos. Las cifras de heridos y muertos dan cuenta de la hecatombe, pese a que el gobierno de Israel reitera y se sacude los cabellos en que esos números están siendo manejados por los “terroristas,” los mismos que han colocado a la población civil como trinchera, como, lo que ellos aún persisten en llamar, “escudos humanos”, hipótesis que deja de ser verídica con la lectura diaria de los titulares de prensa del mundo entero: “Una ataque israelí deja 3 muertos en una escuela de la ONU en Gaza donde unas 450 personas se habían refugiado de los ataques” (www.20minutos.es); “Israel mata a 40 palestinos cerca de una escuela de la ONU en Gaza”(Europa Press); o el titular de hoy viernes de El Tiempo: “Israel admite su error al bombardear sede de la ONU.” Los observadores internacionales también apuntan a desmentir esta vaga e hipócrita hipótesis: “Esta mañana hemos comprobado que la sin razón de Israel no tiene límites y mientras acusan al movimiento Hamas de utilizar a la población como escudos humanos, Tel Aviv impide a esa misma población que huya del territorio y les bombardea” (Carla Fibra, corresponsal de la cadena SER en Oriente Próximo). Con estos reiterados, cínicos y públicos ataques contra la población inerme, ese ruin argumento de atacar al movimiento político de Hamas queda en el suelo, y se evidencian por enésima vez las reales pretensiones de los verdugos israelíes: Apoderarse de un territorio ajeno, para así saquear con libertad los recursos naturales que permitan su sobrevivencia como un pueblo que eligió Dios para… destruir el mundo.

 

Decía el aún embajador israelí en Colombia, que ellos también estaban interviniendo la zona debido al choque de los dos principales partidos palestinos: Al Fatah y Hamás, éste último, al parecer aprovechando la coyuntura para aniquilar a los contrarios de su misma sangre. Versión que de inmediato fue negada por el diplomático palestino en Bogotá, de Al Fatah, reiterando que los asuntos internos los resuelve el mismo pueblo palestino, que las diferencias profundas no son tampoco una excusa para asesinar indiscriminadamente. Hamás ganó las elecciones en el seno del pueblo palestino; su ministro del Interior, Said Siyam, asesinado ayer, fue expulsado por el movimiento que hoy en día lidera Mahmmoud Abbas, presidente de la Autoridad Nacional Palestina, de Cisjordania, región norte de los asentamientos palestinos en Israel. Así, Hamás, contando con el apoyo popular, decidió gobernar desde hace dos años la Franja de Gaza, construyendo infraestructura y mejoras en las condiciones de vida del pueblo palestino; construyendo cohetes caseros y pequeñas armas con las cuales defender a la población, diariamente sitiada por el gobierno israelí, dotado de miles de millones de dólares gringos, de una capacidad militar extraordinaria (uno de los Ejércitos mejor preparados del mundo, a tal punto que el gobierno colombiano trajo a sus instructores al país para que dictasen curso a las bandas paramilitares) y de una connivencia universal para tolerar sus fines particulares. Las discusiones que marcan el itinerario de los medios masivos de propaganda, centran la discusión en unas causas y unos protagonistas que validan la posición de los mercenarios sionistas; son muy pocas y a veces nulos los análisis de las características reales de la población, una comunidad alejada por un muro más grande y ancho que la división de la Alemania postnazi, una gente que padece hambre, desempleo, miedo, terror, por los excesivos controles que ejercen los invasores israelíes para todos los moradores. Hamás no tiene otra opción que acatar su mandato de defender, aunque no sepa a dónde lanza sus rústicos cohetes, su cultura.

 

En esas circunstancias, las afirmaciones serias y serenas del embajador israelí en Bogotá contrastan con la verdad aterradora. Afirma él que ellos sí tienen compromisos humanitarios al permitir, ojo, tres horas diarias de cese al fuego, que entren alimentos y medicinas. ¿Será que tres simples horas diarias, que aún así no cumplen, basta para justificar que en las restantes 21 horas prueben las futuras bombas de invasión en la población de condición social más baja, porque son palestinos? Es más, ese humanitarismo que contrasta de forma tajante con el muro de la infamia, no lo cree nadie: en días pasados las agencias del mundo reportaron la muerte de un trabajador de la ONU que llevaba alimentos en un vehículo y fue atacado en ese periodo de “ayuda humanitaria”, ¿cómo entonces, el embajador se atreve a defender dichos asesinatos mientras pregona que ellos sí han acatado las famosas tres horas sin fuego? Tres horas en que las tropas se dedican a llenar los helicópteros de bombas, los fusiles de balas, y el mundo de propaganda oficial falsa, que fielmente es seguida por lacayos al servicio de los mismos asesinos: RCN, El Tiempo, etc., etc., y ya sabemos la lista…

 

A la cadena radial de RCN, llamaron ansiosas las personas por expresar su opinión sobre la guerra en Oriente Medio, y es curioso ver cómo muchos aún creen que Israel “tiene derecho a defenderse”, ¿defenderse de qué, de unas simples piedras palestinas o, máximo de unos cohetes mal elaborados que no tienen la misma inteligencia de las potentes bombas israelíes y mucho menos las miras infrarrojas de los cazas? Hubo otros que llamaron a Uribe a expulsar al cuerpo diplomático israelí y seguir el ejemplo de sus colegas de la región, a lo cual otra oyente muy afanosa llamó para decir que el mandatario criollo no tenía nada que ver… Estamos ad portas de las Tercera Guerra Mundial, y el satélite en el hemisferio de Estados Unidos, al que algunos han calificado como un Israel latinoamericano, sí tiene que ver; más cuando el presidente Uribe es condecorado por su similar gringo con la medalla a la lambonería y al beneplácito imperial. Si tiene que ver porque esa es la forma en que actúan los asesinos. Todos los gobiernos legítimos deberían rechazar al terrorista Estado de Israel, desechando la posibilidad de diálogo que ellos mismos rechazaron. La Intifada es nuestra lucha por liberar a Colombia, a Palestina, a Irak y a todo el mundo de las salvajes fauces del capitalismo mundial, que los malditos encapuchados, los revoltositos, los antiimperialistas, los de izquierda dan en llamar al unísono: El imperialismo, cuya forma de extenderse la conocemos hoy al otro lado del mundo y acá también.


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