Por: Comunicadorxs Populares / Radicales Libres / F. Sakina Iwoka
( Artículo 8 )
Fecha de publicación: 20 de enero de 2014.
“Solo el pueblo salva al pueblo”.
(Leer artículo anterior) Hacemos particular llamado para que la legítima indignación masiva frente a este acto arrogante e ilegitimo de la oligarquía, no se convierta en una cortina de humo para esquivar, consciente o inconscientemente, el análisis en profundidad sobre el proceder de la izquierda o seudoizquierda que se viene gestando en nuestro país.
Nuestro deber es retornar al quehacer revolucionario desde la política, desde lo social, desde la cotidianidad, y que desde hace ya mucho tiempo se encuentra en los anaqueles del olvido. Es con ello con lo que se deben reconciliar aquellas personas y sectores que predican la Democracia, pero que la niegan en su entorno. La ausencia de la ética ha llevado a la división, a la dispersión, a proyectos individuales y egocéntricos rodeados de calenturientos adeptos. Es en el hermanamiento con la ética, con la coherencia que se podrá avanzar en la unidad en torno a la Justicia, la Libertad, la Dignidad. Continuar obstinadamente haciéndole el quite a este reto es seguirle permitiendo a la antidemocracia que se señoree con sus “victorias”.
La participación política a través del sistema electoral imperante, no es síntoma de Democracia, la democracia es mucho más que eso, es Poder Popular, es construcción de liderazgos colectivos protagonistas de su presente y su futuro, hombres y mujeres militantes de la vida Digna. La Democracia tiene que ver con la equidad y la justicia social real que no nos la brinda un mesías, un caudillo, un emperadorzuelo, ni se pierde donde no la hay. La democracia total nada tiene que ver con políticas subsidiarias ni asistencialistas. La democracia total solo es posible por fuera del sistema capitalista y del neoliberal, por fuera de la representatividad. La democracia total va más allá de las urnas, solo es posible en una revolución, individual y colectiva. La democracia total es con todos, por todos y para todos, no se decreta, se construye y se conquista. La democracia total no se mide por el número de partidos políticos de izquierda, ni porque sus militancias lleguen al establecimiento. En la democracia total debe haber más movimientos sociales y populares articulados construyendo nación que partidos políticos representándolos. El camino hacia las elecciones debe ser un medio y nunca un fin.
Nuevamente esta oligarquía da muestra de su coherencia con su proyecto de clase y de poder. A quienes los confrontamos, nos corresponde retomar el rumbo del hombre nuevo del que nos hablaban con ejemplo muchos de nuestros mártires. Solo así podremos superar el nauseabundo olor que produce tanta pequeñez, tanta mezquindad, tanta incoherencia, tanta retórica populista, tanta ausencia de Grandeza.
“Nuestra responsabilidad es con todo el pueblo, con todo el movimiento democrático, con sus consignas concretas antimonopolistas, de Libertades Democráticas…” (Instalación 8ª. Conf. M-19, 1982).
"Todo para todos, nada para nosotros." (EZLN-1994)
De la Serie "Colombia, Todo Esto Huele Mal."