EL 14 DE MARZO EN FUNZA: EL DELITO ELECTORAL Y LA IGNORANCIA REYNARON.
Por: Comité Editorial El Libelo.
Fecha publicación: 23 de marzo 2010, Edición No. 35 El Libelo*
¿Una fiesta democrática que fue la más apacible de los últimos años? Tal vez en los niveles de seguridad que se les prestó a los corruptos y delincuentes de cuello blanco para realizar todo tipo de fechorías en los comicios del pasado 14 de marzo en todo el país. Ese día la gente tuvo la oportunidad de cobrar el hecho de que en el último periodo legislativo del Congreso se haya revelado cómo la maquinaria paramilitar actúa en connivencia con el gobierno, a través de líderes políticos, que poco a poco fueron encarcelados, en el escándalo de la parapolítica; casi todos los involucrados hacían parte de la coalición de gobierno, o lo que es lo mismo, de los partidos uribistas: La U, Partido Conservador, Colombia Viva, Alas, entre otros. Para el pasado 14 de marzo, familiares y testaferros de los delincuentes de cuello blanco (que también mandan a matar, como los que cargan fusil y dicen combatir la insurgencia) se dieron el lujo de presentarle al país un partido político meramente paramilitar, como el PIN (Partido de Integración Nacional): tanto sus recursos como sus integrantes tienen algo que ver con desplazamientos forzados, asesinatos a defensores de derechos humanos y periodistas, narcotráfico, etc. Lo más sorprendente es que los partidos involucrados en estas mafias salieron vencedores en las urnas. ¿Cómo puede ser?
El país fue testigo de todas las irregularidades que se presentaron ese día, de cómo se manejó la maquinaria electoral corrupta, y que ha dado hasta ahora como ganadores a los que ellos (el establecimiento, el sistema) querían que fueran elegidos, no realmente lo que el pueblo necesitaba o solicitaba. La lista es larga y sorprendente: Tarjetones marcados en la basura, trasteo de votantes, ausencia de puestos de denuncia electoral, constreñimiento ilegal al sufragante, compra de votos, compra de jurados y testigos, amenazas, y la lista continúa…. Todo un esperpento de democracia. Una falaz cortina de humo para legitimar los crímenes que planean desde el Congreso.
El sujeto de la derecha, identificado con escarapela de testigo electoral de Cambio Radical atacó a otro testigo electoral que denunció el trasteo de votos.
En Funza, como una ciudad eficiente susceptible de ser cooptada, también fuimos testigos directos de cómo se expresó ese delito electoral. Desde tempranas horas de la mañana del 14 de marzo por lo menos una docena de buses esperaban órdenes de los colaboradores de la campaña del candidato a la Cámara de Representantes Jorge Rozo, de Cambio Radical, frente a su sede de campaña en este municipio, ubicado en la calle 15 entre carreras 11 y 12. Los buses, como lo suponíamos, estaban transportando votantes de Bogotá hacia Funza, en lo que es un delito electoral de la mayor gravedad. Frente a esta irregularidad, tomamos una cámara de video y decidimos grabar para denunciar la situación. Encontrándonos en la esquina de La Capilla, un hombre identificado como testigo electoral de Cambio Radical trató de violentarnos, con injurias y manoteos quiso infructuosamente arrebatarnos la cámara, pero otro testigo electoral presente y periodista independiente, lo impidió. Los conductores de los vehículos tenían consigo listas de personas, posiblemente esos potenciales votantes que en el papel son mostrados como funzanos, provenientes de la ciudad de Bogotá y de municipios aledaños.
Cada bus tenía una persona que se colocaba en la entrada del vehículo anunciando su ruta, y con publicidad del candidato Jorge Rozo en mano. En Funza reynó el delito electoral con la aquiescencia de las autoridades civiles y de policía. Durante todo el día, los buses de Jorge Rozo transitaron libremente por rutas predeterminadas, frente a lo cual agentes de la policía hacían caso omiso, aún si los buses fomentaban obstrucciones al tráfico vehicular o “trancones.” Varias rutas incluso que transportaban votantes ida y vuelta del Colegio Cooperativo pasaron varias veces frente a la Estación de Policía con la mirada cómplice de estas autoridades. La policía en Funza tenía una orden de dejar movilizar estos buses, que hacían parte de Transportes Torres, contratista en el municipio. Es posible que los buses que contrató Jorge Rozo para transportar a sus electores no fueran pagados por él, sino por el municipio, o por nosotros mismos a través de los impuestos, pues hay certeza de que esa empresa está operando actualmente contratos millonarios con la alcaldía y sus instituciones, como la EMAAF (Empresa Municipal de Acueducto y Alcantarillado de Funza). ¿Será que la alcaldía en cabeza de Jorge Rey apoyó la campaña de Rozo, no solamente prestando sus vehículos contratados? Al parecer, sí participó de esa manera, pero no únicamente así, una denuncia de un ciudadano presentada ese 14 de marzo a las 9 a.m., en la Estación de Policía dice: “algunos vehículos de la Alcaldía (camionetas grises) se encuentran colaborando con la logística de la campaña.” También algunos testigos que no quisieron revelar su nombre, aseguran que hubo por lo menos una reunión en la Alcaldía, a puerta cerrada, donde Rey anunció su respaldo a Rozo y conminó a sus funcionarios a apoyarlo. Situación similar a la del alcalde de Mosquera, Luís Álvaro Rincón, quien está a punto de ser destituido por participar en proselitismo político (delito contemplado en la ley), al apoyar a Carlos Ferro al Senado y José Caicedo a la Cámara.
Todos estos hechos ocurrieron frente a los ojos de todos. ¿Pero qué hace la gente para evitar o denunciar estas irregulares prácticas? Lamentablemente debemos decir que se prestan para que los delincuentes de cuello blanco puedan actuar más cómodamente; la ignorancia reyna entre los ciudadanos de a pie. Aunque Alfonso Mahecha, delegado de la Misión de Observación Electoral (MOE) en Funza y Mosquera, aclaró ese día que los ciudadanos que quisieran denunciar ni siquiera lo hubieran podido hacer, dado que “en ningún puesto de votación de Funza y Mosquera hubo una mesa de justicia, como lo contempla la ley (…) Aquí se está violando la ley.” ¿Qué papel, entonces, cumplió la Personería Municipal, la Registraduría, y otros organismos encargados de velar por el correcto desarrollo de las elecciones, si no se apersonaron de colocar una mesa de justicia? Algunos denunciantes llegaron a la Estación de Policía, de allí fueron remitidos a la Registraduría, y de ahí de nuevo a la Estación… un circulo vicioso que posiblemente haya depositado en la basura las denuncias de los ciudadanos, al igual que fueron botados a la caneca tarjetones marcados en decenas de pueblos y ciudades de todo el país.
* El Libelo es el proceso de comunicación gestado por El Macarenazoo en el municipio de Funza (Cundinamarca).