Por: Guillermo Andrés Castro Rozo.
Fecha de publicación: 18 de septiembre de 2015.
¿Te imaginas un jaguar, en peligro de extinción, con alma de tigre? Es posible en "Colombia, magia salvaje."
Frases como “el jaguar con alma de tigre” o, refiriéndose a una especie en particular en los llanos orientales, parafraseando “si usted fuera una hembra cocodrilo", el sonido de apareamiento del macho, "le resultaría irresistible”; evidencian un posible vacío conceptual del documental multimillonario “Colombia, magia salvaje.” Y es que comentarios donde no se le da al jaguar lo que es del jaguar, o a la hembra cocodrilo de los llanos orientales lo que es de esta especie, se repiten a lo largo y ancho del documental, que usa imágenes extraordinarias de la geografía y fauna nacionales, que con una narración estereotipada ahondan en el papel de mero entretenimiento del cine, por encima de una labor que debería ser más pedagógica y cultural.
Una cosa es ver la página web oficial del documental, en donde, por ejemplo, con el tema de los cocodrilos llaneros se hace un interesante artículo de acercamiento al tema científico, y otra ver la puesta en escena final. El documental repite lo que se sabe con imágenes impresionantes. No hace un registro medianamente más exhaustivo del comportamiento animal que permita identificar rasgos que no sean los evidentes, los que dan las imágenes, o las que sugiere el guión del narrador. Documentales de este estilo en todas las partes del mundo no están repletos de la verborrea científica necesaria, pero se refleja en la producción final que los procesos de investigación se realizaron.
Lo acertado del documental es su realización impecable, logrando las imágenes extraordinarias que miles de personas ya han comentado en el país. Pero que esto no pase por alto la honda vaguedad que significa mostrar imágenes y comentarlas con lo evidente, por un lado, y con lo meramente trivial y poco analítico que significa darle la explicación a lo que vemos. La película en Colombia será un éxito (y es con E mayúscula, de por sí), porque la ciudadanía no conoce las maravillas de nuestro país y genera un mediano interés ambiental, pero no correrá la misma suerte en el exterior, en donde la analogía planteada por Julio Sánchez Cristo entre el alma del tigre y la del jaguar, no será comprendida; o donde las imágenes destellantes de la megaminería no serán importantes al no decir que representan los intereses transnacionales.