Por: El Macarenazoo.
Fecha de publicación: 19 de enero de 2016.
La problemática del agua en Facatativá, Cundinamarca, tiene el agravante de la construcción masiva de proyectos de vivienda del interés privado, apoyado por el gobierno municipal. La punta del iceberg de la falta de suministro de agua se vivió el año pasado durante la adminstración de Orlando Buitrago, el mismo que no sólo construyó su propio condominio al amparo de su rol como primer mandatario, sino que también autorizó y promovió por lo menos dos proyectos de vivienda que aumentarían el déficit del preciado recurso vital del agua en esta parte de la sabana de Bogotá.
La constructora Amarilo está en pleno proceso de ejecución de uno de sus proyectos más ambiciosos en esta parte de la sabana, se trata de la Hacienda Aguaclara, que según su gerente, Mario Ciardelli, pretende finalizar con la entrega de 3.800 unidades de vivienda. Sin embargo, la Veeduría Ciudadana de Facatativá, conformada frente a la construcción de Amarilo, informó hace poco mediante un comunicado que, según el Informe Técnico 1476 del 9 de diciembre de 2015, emitido por la CAR (Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca), la constructora sólo tiene aprobadas 1344 unidades de vivienda, es decir un tercio de lo que ya están construyendo en el predio denominado “La Guapucha”.
En este predio conviven dos situaciones antagónicas: primero, es un área que el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) del municipio declaró como una “zona ambiental protegida”, cuyo uso, recordaron los veedores en el comunicado reciente, es el de ser un sistema de tratamiento de agua potable. Así mismo, es un nacimiento de agua, que estaría siendo explotado ilegalmente por la constructora; a tal punto que se conoció antaño un video de desperdicio masivo del líquido, frente a lo cual la CAR tuvo que negar un permiso de exploración de aguas subterráneas en mayo del año pasado. Segundo, el Concejo municipal aparentemente estaría intercediendo para que la constructora haga a toda costa el proyecto de vivienda, y para ello habrían cambiado el uso del suelo del sector, modificandolo de rural a urbano. Y dice al respecto, también la veeduría, que pese a que la normatividad local esté beneficiando a Amarilo, la constuctora sigue violando la Ley, pues ésta exige que “para efectuar este tipo de construcciones en predios como este, las viviendas que se construyan deben ser 100% VIS y VIP (vivienda de interés social y de interés prioritario).” En este caso el negocio de Amarilo es dejar un 40% de la vivienda para venta directa en estratos altos. En su página web, Amarilo dice que una unidad de vivienda en Aguaclara puede costar 189 millones de pesos. La empresa, pues, construye sobre un “nacedero”, como lo dijo a Colombia Informa Hugo Torres, violando el Artículo 47 de la Ley de Vivienda de Interés Prioritario, y que para el ciudadano “no se puede, por ningún motivo, tocar recursos estratégicos del municipio.”
La principal razón por la cual Amarilo estaría en el interés de usar la agua subterranea de este terreno radica en que se comprometió con el alcalde anterior a construir tres tanques de agua y contar con su propio suministro de agua, incluso coadyuvando a la solución de la crisis del agua en Facatativá. Bueno, así lo habían dicho en mayo del año pasado, antes de que la CAR les negase la explotación. Para la Veeduría, “el proyecto de construcción Amarilo genera un impacto negativo ambiental a las fuentes hidricas”, ya que evidenciaron la ausencia de “información técnica sobre fuentes de abastecimiento hídrico.” La administración municipal había manifestado que mientras Amarilo conseguía su autosostenibilidad, el agua, en la primera fase, sería surtida por el Pozo La Guapucha. Lo que ha sucedido hasta ahora, acrecentando los problemas del suministro del líquido, pues según informes técnicos de seis pozos en Facatativá que surten a la población, sólo tres funcionan, entre ellos el que le está surtiendo a la constructora reseñada. Ya que “no hay disponibilidad de agua con la capacidad que se requiere para abastecer este proyecto (…) hay un riesgo evidente del agotamiento del recurso hidrico en el municipio”, puntualizó la veeduría. A esto hay que sumarle que Amarilo habría deforestado una importante área de conservación ambiental, con tala indiscriminada de árboles nativos como la acacia negra.
Pero Aguaclara no es el único proyecto de vivienda que adelanta Amarilo en Facatativá. En la última semana del año pasado hicieron lanzamiento del proyecto El Manantial (curiosos nombres de sus dos principales proyectos en esta parte de la sabana, sobretodo porque estarían agravando la crisis del agua de los pobladores autóctonos). Las aparentes primeras 528 familias ya firmaron los primeros papeles de este proyecto avalado por la administración, la cual les estaría otorgando a cada núcleo familiar un subsidio de 3 millones de pesos, de los 45 que costará la unidad de vivienda VIP y VIS. Pero el negocio continúa. Según la constructora el modelo del 60% VIP y VIS y 40% para estratos altos, también se aplicará acá como en Aguaclara. El entonces saliente alcalde declaró que todas las viviendas contarían con el 100% de los servicios públicos, entre ellos la tan escasa agua. La veeduría, al respecto, aseguró que se podría estar presentando “publicidad engañosa”, ya que se efectuaron promesas de compraventa para la pasada navidad sin que estuvieran garantizadas “el agua, ni el resto de los servicios públicos domiciliarios.”
Para los habitantes de Facatativá, consultados por este medio, el gran beneficiario del increíble auge de la construcción de vivienda fue el ex alcalde Orlando Buitrago, quien no pudo responder por el nulo suministro de agua que se presentó en varias jornadas en los barrios más populares de la ciudad, principalmente el año pasado. Los pobladores siempre han dicho que la culpa de la ausencia del agua es de las construcciones. Además, se ahondó en la criminalización a la protesta social, pues incluso en una jornada de rechazo a la falta de agua fueron detenidas más de 30 personas en un sólo día. El ex burgomaestre ahora se retiró a su mansión que cuenta con su propio filtro de agua potable y su cancha privada de fútbol; pero es posible que pueda estar en otras partes del país, pues se dice que cuenta con propiedades en La Vega y en Medellín, en donde curiosamente protagonizó un video musical con su hijo pequeño.