Si hay basuras en las calles que taponan las alcantarillas la culpa es compartida. Los medios culpan al "ciudadano de a pie" que la arroja sin cuidado y en parte tienen razón, en parte. Pero en primera medida, no es esa la única causa de las inundaciones y en segundo la mayor parte de esta culpa sí está en las administraciones. Cuando no se preocupan por poner las urgentes canecas que demanda un municipio en constante crecimiento; por no adelantar campañas serias que incentiven el reciclaje y la reducción de residuos al interior de las casas; por no ejercer acciones de prevención de desastres; por permitir y promover la continua deforestación; por autorizar la urbanización sin medida, planeación rigurosa, ni responsabilidad ambiental; por llenar de cemento las calles y los andenes sin sembrar ni una planta; por abandonar los cuerpos de agua pensando que dejándolos secar dejan de ser un tema por tratar, entre otras razones. Que nos inundemos es una señal de la naturaleza; viene a reclamar el terreno que le pertenece, que nosotros no hemos sabido cuidar y que los gobiernos se han propuesto reducir para convertirlo en “terreno productivo”.