Comunicación Alternativa // ISSN 2145-390X

LA CRISIS DE LA UNIVERSIDAD DEL TOLIMA QUE LA TIENE CERRADA

Por: Laura Patricia Gomez, El Macarenazoo.
Fecha de publicación: 15 de marzo de 2016.

Foto: Carlos Gamboa.

La deplorable crisis económica auspiciada por la corrupción administrativa y la falta de inyección presupuestal del Estado a las educación pública del país, no puede tener un ejemplo más claro que el cierre de la Universidad del Tolima. En el marco del Encuentro Nacional de Estudiantes de Licenciaturas (ENEL), realizado a principios de este mes en Manizales, El Macarenazoo dialogó con uno de los estudiantes activistas de esta universidad en crisis y nos contó el panorama general de la problemática de esta institución universitaria. Su nombre es Andrés Hernández, y es estudiantes de Licenciatura en Sociales de la Universidad del Tolima.


¿Qué está sucediendo en la Universidad del Tolima?
Básicamente una crisis de orden estructural y operacional que está generando la reducción del presupuesto para nuestra universidad. Hoy tenemos un déficit de alrededor de unos 30.000 millones de pesos, lo que viene generando bastantes dificultades, y más con las propuestas del Consejo Superior y el Ministerio de Educación Nacional que han recortado 19.300 millones de pesos al presupuesto de la universidad. Hay una propuesta de endeudamiento de 13.300 millones de pesos, lo que para nosotros también va acompañado de una problemática del orden nacional (debido a la Ley 30) y departamental, que es la deuda histórica que tiene la gobernación con nosotros; y la otra es pues el carácter interno, el clientelismo de la alta burocracia y los malos manejos administrativos.

¿Cuál es la postura frente a lo que está sucediendo de las directivas de la Universidad?
En estos momentos vemos que hay una mesa de ping pong, donde el Consejo Superior, y el Consejo Académico se botan la pelota, incluso para culpar a los estamentos de la universidad. Pero ellos no asumen la responsabilidad de la crisis, se siguen tapando los malos manejos administrativos, la evidente corrupción que se genera cuando la crisis pasa por la implementación de cargos que no son beneficiosos para el tema de la universidad. Entonces vemos la secretaria de la secretaria de la Secretaria… Vemos salarios exorbitantes, secretarias ganándose tres millones de pesos, decanos ganándose ocho, pero con los posibles proyectos especiales que generan, se terminan ganado 16 millones de pesos. Y pues en un momento hubo bastantes dificultades, los decanos eran ordenadores del gasto y ahí se comenzó a generar el déficit real de la universidad. Todo se destapa (hay que decir que el movimiento estudiantil venía denunciando el tema de la crisis), pero se estalla cuando en los meses de noviembre, diciembre y enero, no hubo dinero para pagar la nómina de la universidad; no se pagaron ni salarios, ni primas. Ellos se encontraban a la deriva en ese sentido.

Con las acciones de trabajadores, profesores y las asambleas permanentes que hemos estado realizando, nosotros creemos que es la exigencia de esa inyección de presupuesto lo que se debe generar. El presidente de la república estuvo hace poco allí y ordenó la apertura a 2016, pero no dio las garantías suficientes en términos de presupuesto. Para ellos es fácil decir que se abran las puertas, sin embargo hay que entender que hay familias que dependen de esos salarios.

¿Qué se está haciendo desde lo legislativo para que se llegue a un consenso y ello se solucione?
Nosotros el debate lo hemos planteado en varios momentos, que son la presión del debate técnico (que es todo lo que pasa por las cifras), derechos de petición, tutelas, etc. Ahora esto lo estamos acompañando con la firmatón para la renuncia del rector y la exigencia de presupuesto; así como la audiencia pública que está convocada para el 24 de marzo.

¿Cuál es la agenda de la universidad en este momento?
Nosotros estamos haciendo extensiva la convocatoria a cada una de las universidades del país para que marchen con nosotros desde Ibagué hacia Bogotá el día 23 de mayo hasta el 26 del mismo mes.

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Nota Editoral: la desidia con la cual el Estado, el departamento, el Ministerio de Educación y los propios órganos de dirección al interior de esta Alma Máter, tratan esta crisis, es una clara muestra del olvido de los gobernantes en torno a los temas educativos del país. Una universidad se puede caer literalmente a pedazos, pero esto no generará escozor nacional. La Universidad del Tolima es sólo una punta del Iceberg en un maremagnum de instituciones educativas en crisis, en donde se incluye la Facultad de Artes ASAB de la Universidad Distrital, entre otras.

 
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