Por: El Libelo*
Fecha de publicación: 1 de mayo de 2012.
El pasado 30 de octubre de 2011, Funza (Cundinamarca) fue testigo presencial de uno de los más grandes fraudes electorales de la última época. Desde hacía meses se venían denunciando las irregularidades tangibles que venían ocurriendo en el seno de la campaña de Jorge Machuca, quien a la postre, y gracias a la maquinaria política, terminó siendo elegido como alcalde del municipio. Tres candidatos iniciaron campaña al máximo cargo de Funza, Diego Mora, de la Alianza Social Independiente (ASI), Carlos Julio Buitrago (Polo Democrático Alternativo), y Jorge Machuca (quien obtuvo el aval de la llamada unidad municipal, conocida como “garantía de ciudad”). Un mes antes, y en los términos previstos, Buitrago hace alianza con el candidato Diego Mora, y radica su retiro como candidato ante la Registraduría, quedando así sólo dos candidatos en contienda, uno que representaba la continuidad del modelo de Rey y otro que invocaba el clamor popular del cambio. Sin embargo, en los tarjetones que fueron conocidos por los ciudadanos en las urnas, aparecieron los tres candidatos inscritos hacía tres meses, lo que presumiblemente acarrearía un engaño al elector, pues la Registraduría no modificó a tiempo los tarjetones, teniendo en cuenta la renuncia a su postulación del candidato del Polo.
Pero días antes hubo hechos que alertaron sobre el inminente fraude electoral. Con la emisión en Noticias Uno de un video que demostraría el constreñimiento que el candidato de entonces, Jorge Machuca, estaría haciendo en campaña electoral hacia trabajadores de la EMAAF (Empresa Municipal de Acueducto y Alcantarillado de Funza), se empezaron a revelar sendos indicios de irregularidades en la campaña de Cambio Radical, que denotarían a su vez el consentimiento oficial en la ejecución de estos delitos. La Registraduría municipal, por ejemplo, fue eje de la crítica, y sobre todo el sábado 29 de octubre, apenas un día antes de las elecciones, cuando colaboradores de la campaña de Diego Mora encontraron en la oficina del registrador de entonces al encargado de sistemas de la alcaldía, manipulando el computador con la base de datos de todos los votantes del municipio; esta denuncia quedó grabada en video, y allí el registrador asegura que la alcaldía le envío al señor que estaba en su puesto manipulando el computador, y que en su juicio no veía ninguna irregularidad, empero, en el entendido de que Jorge Rey colaboró con Machuca (según las denuncias reveladas en el diario El Espacio), no tenía legitimidad que un funcionario de la alcaldía estuviera allí. Sin embargo, esa misma noche, la comunidad se enteró que colaboradores de la campaña de Machuca, entre ellos Jairo Hernández, estaban a altas horas de la noche en la Registraduría… Sin garantías electorales en el municipio, esta acción constituyó una afrenta a la dignidad de la comunidad, y por ello es que se realizó un plantón espontáneo frente a la sede de la Registraduría, que desencadenó en una serie de denuncias de manipulación de las elecciones, en donde una de las implicadas también resultó siendo la personera municipal, Claudia Cecilia Ramírez Ramos, cuestionada por estar en el lugar y no pronunciarse en contra de las presuntas ilegalidades.
Ya para el día de elecciones el panorama no fue más alentador. Los delitos políticos pulularon en cabeza de la coalición municipal: candidatos como Ricardo Porras, a la asamblea de Cundinamarca, Roberto Organista del partido verde, al Concejo (a la postre elegido), y Jorge Machuca enviaron a decenas de personas a repartir su publicidad en las rondas de los puestos de votación, lo que constituye un delito electoral. En las entradas de los puestos de votación, se seguía entregando publicidad a la vista de todos los ciudadanos y con la aquiescencia de las mismas autoridades. Por otro lado, el trasteo de votantes también fue una constante, con decenas de buses que se tomaron el municipio, y pagados por la campaña de Machuca. Curiosamente, la principal empresa que funcionó ese día fue Transportes Torres, la misma que fue contratada por Machuca en las elecciones legislativas de 2010, para transportar a los potenciales electores del hoy representante a la cámara Jorge Rozo. En este contexto, fue detenido un vehículo proveniente de Fusagasugá con potenciales votantes a la altura de Pastas Doria, lo cual constituiría una tácita prueba del fraude.
Bus detenido de Cootransfusa en la vía de acceso al municipio el día de elecciones.
Al interior de los puestos de votación no mejoró la transparencia, o el respeto al derecho libre del sufragante. Algunos testigos y jurados de votación afirmaron que algunos colegas no eran de la región, y que incluso algunos afirmaron que estaban allí sólo por ganar dividendos económicos. Otros no se explican por qué, minutos antes de finalizar la jornada electoral, Mercedes Ángel de Rey, estuvo en la puerta de la Registraduría, hablando con funcionarios, y siendo testigo de la entrada y salida de personas del lugar.
Al finalizar la jornada, se sentía en el ambiente el engaño del cual había sido protagonista Funza entera. Al revelarse los resultados, una gran cantidad de funzanos se concentraron en la sede de la Registraduría, y después se desplazaron a la carrera 15 con calle 15, donde realizaron un plantón que duró por lo menos tres horas. En este periodo se quemaron pancartas y pasacalles de Machuca, se denunció el fraude del cual había sido objeto el municipio, y algunos respaldaron al candidato perdedor. Curiosamente, contados con los dedos de una mano, como se dice popularmente, salieron a celebrar las personas que votaron por Machuca… hubo más protestantes en las calles que seguidores de Machuca celebrando la victoria. No se vieron, como hasta ahora no se han visto, los 17.000 votos que supuestamente obtuvo el candidato ganador. En contraposición, los 605 obtenidos por Buitrago sí se vieron, y una representación de los 12.887 de Mora también, y por supuesto parte de esos 1.949 que votaron en blanco.
Funza esa noche le dio un no rotundo a la politiquería, a la corrupción, al clientelismo, a la reelección en cuerpo ajeno, a la demagogia y al fraude. La protesta fue dispersada por miembros de la fuerza disponible de la policía nacional con gases lacrimógenos y bombas de aturdimiento. Por primera vez, para muchos, en el municipio, el aire contaminado de la represión estatal, de los gases lacrimógenos, se sintió, pero ello no impidió que la gente dijera ese día y hoy lo siga gritando “¡Fraude, fraude, fraude!”
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* El Libelo es un proceso de comunicación popular y alternativo de Funza (Cundinamarca), gestado por El Macarenazoo. No ha podido publicar ediciones impresas este año, debido a la falta de patrocinio económico, y por ende decide socilizar su editorial que pretendía publicarse en el impreso a través de la web.