HORA DE ABRIR EL DEBATE SOBRE PRESUPUESTOS PARTICIPATIVOS EN FUNZA
EJEMPLO DE CASOS DE POSIBLES CONTRATACIONES INEQUITATIVAS
Por: Guillermo Andrés Castro Rozo*
Fecha de publicación: 12 de noviembre de 2016.
Mientras a nivel nacional ocurren debates sobre el sueldo de los legisladores colombianos en el Congreso de la República; y se buscan fórmulas, en donde cada senador a su acomodo propone las reformas de su conveniencia, y algunos pocos las que le bajen cuantitativa y cualitativamente los onerosos ingresos a estos funcionarios, a nivel local es hora de dar estos mismos debates, desde muchos procesos de contratación totalmente disparejos, que emulan la diáspora del debate nacional.
En Funza, un contratista que funge como contacto entre las iglesias y la administración trabaja menos pero gana mucho más que, por ejemplo, un gestor vial del municipio. O la contratación para el alumbrado navideño supera casi el doble la plata destinada para la recuperación de la malla vial local. Una y cien relaciones disparejas de este tipo se encuentran en la actual administración del alcalde Manuel Montagu, dando una voz de alerta para que la ciudadanía pueda debatir, cuestionar y por qué no, participar en la ejecución de los presupuestos públicos (lo que se denomina presupuestos participativos).
Contactar las iglesias, más caro que manejar el tráfico vehícular
El Contrato de Prestación de servicios No. 0351, del 7 de septiembre de 2016, fue firmado entre la Alcaldía municipal y el contratista Felipe Huertas Borja, por un costo de $5.600.000. El objeto del contrato es “prestar servicios de apoyo como enlace para efectuar acercamiento entre la administración municipal y las iglesias ubicadas en el municipio de Funza”, trabajo a efectuarse en tres meses y medio. Es decir, el sueldo quincenal de este contratista es de $800.000, cifra mayor al salario mínimo mensual vigente. Paralelamente, una gestora vial del municipio de Funza, contratada bajo la modalidad de prestación de servicios, le será entregado $1.800.000 en 45 días, para su trabajo; es decir $600.000 quincenales. Según el contrato de prestación de servicios No. 0466 de este año, una gestora vial en específico debe ejecutar 15 diferentes funciones, entre las que se incluyen la intervención de “tramos y puntos críticos de accidentalidad y congestión vehicular y/o peatonal”; mantenerse “disponible permanentemente” para la ejecución de los servicios; “apoyar las acciones de eventos especiales”; “realizar los recorridos en el cuadrante asignado”; “dirigir (…) el tránsito peatonal y vehicular en Funza”; entre otros. Por su parte, el enlace con las iglesias debe cumplir por contrato menos funciones, 12 en total.
El alumbrado navideño y la compra de vehículos tienen más presupuesto que las obras de la malla vial
El pasado 21 de septiembre, la Alcaldía firmó el Contrato de obra pública No. 0386, destinado a mejorar y mantener “la carpeta asfáltica y parcheo en diferentes vías urbanas del municipio de Funza”, con un costo de $373'831.751, en las que se incluyen todos los valores de las losas en concreto, las excavaciones, materiales, personal y pavimento, que el contratista Inciteco S.A.S. use en dos meses de plazo de ejecución de las obras. Sin embargo, en la actualidad se adelantan de manera paralela dos procesos contractuales que superan, por ejemplo, el presupuesto destinado a las obras de parcheo vial descritas. En primera instancia, está la adquisición de motocicletas tipo enduro de 250 cc y vehículos camionetas pick up doble cabina 4x4 modelo 2017, “para reforzar las labores de vigilancia de la Policía Nacional y Fuerza Aérea Colombiana” (¿por qué tienen que ser nuevos y de ese modelo?); y en segunda instancia, el “suministro, instalación y desmonte del alumbrado navideño”. El primero tiene una suma de $554'600.000 y el segundo de 600 millones, según consta en el proceso SIP-020-2016, y LP-012-2016, respectivamente. En términos porcentuales, el reparcheo de vías equivale al 67,40% de lo que se destina en compra de vehículos, y del 62,30% en el alumbrado de diciembre. Debería ser el revés, y destinar más para el mejoramiento de la maltrecha malla vial, y tener una política de austeridad respecto de los gastos suntuosos, como lo es directamente, por ejemplo, un alumbrado que sólo dura un mes.
Con estas dos situaciones, y sus equivalencias en términos de contratación, queremos situar el debate en la necesidad de ejercer críticas que posibiliten a futuro la ocurrencia de cabildos abiertos, mesas de participación o encuentros ciudadanos y/o comunales, destinados a hacer efectivo el ejercicio democrático y directo de los presupuestos participativos, que no es otra cosa que la misma población diga cómo, en qué porcentajes y en qué, usar el bien más preciado de la institucionalidad, que son los dineros públicos. Claro, uno se pregunta si es más importante tener personal regulando las vías, que haciendo contactos con prácticas religiosas, que de todos modos son ejercicios del ámbito privado de las familias funzanas... De seguro en muchos ejercicios públicos, como ocurrió en las mesas que prepararon el plan de desarrollo actual, la ciudadanía se inclinará más por avizorar soluciones a la movilidad, en vías y en personal, que en contactos religiosos o luces navideñas. El riesgo actual que se corre es que métodos de contratación como los vigentes, que no son ilegales per se, pero que ahondan en las brechas sociales, puedan posibilitar los casos de corrupción y clientelismo.
* Director de El Macarenazoo. En Funza, Cundinamarca, es secretario del Polo Democrático Alternativo, partido de oposición local.