Mientras Fiscales corruptos aparecen en grabaciones con jefes paramilitares y son vistos como "presuntos" culpables. Así como son presuntos los más de sesenta congresistas vinculados con la parapolítica y presunto es el exministro Araujo y son presuntos todos los que están vinculados a crímenes cometidos por el estado; la Universidad Pública sí es culpable de favorecer a grupos terroristas. De hecho, dentro se originan dichos grupos y son centrales de reclutamiento según RCN y Caracol.
Lo que vemos aquí no es una confusión es un acto perverso del gobierno acompañado por los medios de comunicación masivos para criminalizar a uno de los mayores focos de oposición frente a un gobierno que ha concentrado todos los poderes. Primero el poder ejecutivo a través de un gobernante que es noticia todos los días por actos de corrupción de sus funcionarios (y eso que nos cuentan la verdad a medias). Después, el poder legislativo en donde no sólo pulula el uribismo sino también decisiones que atentan contra el desarrollo equitativo de la población y favorecen a los monopolios, a las 2.300 familias en donde está concentrada la población de este país, al narcotráfico, a los crímenes de estado. Y por último, el poder judicial en donde la semana pasada, el mismo ejecutivo propuso la nueva estructura de la corte suprema que más adelante tumbará todos los procesos por parapolítica y tomarán de manera frontal la consigna de que todo lo que representa oposición es blanco de la seguridad democrática y tíldado como foco de terrorismo.
¿Cómo no utilizar capucha en estas circunstancias? Independientemente al hecho de que estemos o no de acuerdo con el uso de capuchas, sabemos que esa es la única manera de cuidar la integridad para quien hace ese tipo de oposición al gobierno. Es muy posible que muchos no estemos de parte de las pedreas, pero ello no implica que tengamos que criminalizar a quienes se manifiestan a través de ellas y se cuidan de los falsos positivos del gobierno que no son rectificados en los medios de comunicación masivos. De hecho tenemos falsos positivos que en este momento están en la cárcel y para quien no entienda qué es un falso positivo, es hacer persecución a quien haga oposición democrática al gobierno y poner en su casa bombas o campaña subversiva para judicializarlo. El hecho mismo de los señalamientos a la universidad demuestra la falta de libertad de expresión existente en este país.
¿Será que sólo los encapuchados son terroristas? Según las convenciones de este país y las internacionales, alguien que haga secuestro es también un terrorista y tenemos al exministro Araujo, padre de la exministra de cultura y del antiguo director del DAS acusado de obstruir investigaciones y desaparecer pruebas que inculpaban a funcionarios del gobierno y de la fuerza pública con masacres de paramilitares. Es decir, que los terroristas en este país no son los que usan capucha. Desde hace décadas este tipo de presentaciones de encapuchados se dan en las universidades públicas, quien quiere quedarse y escucharlos se queda, quien no quiere se va y eso es todo, a nadie se le fuerza a quedarse, la gente simplemente tiene interés por enterarse de otro discurso distinto al que le presentan normalmente porque la farsa que emplea el gobierno y las instituciones no los convence. Pero con ello no se dice que estén patrocinando el terrorismo, simplemente están ejerciendo su derecho a la expresión y a recibir información; que de manera atrevida, también se prohíbe en este gobierno; que sólo pretende que veamos RCN y Caracol como un mero acto religioso, creyendo que todo lo que allí está es verdad única y revelada por el santísimo gobierno.
Por supuesto, en una comunidad carente de formación política, el hecho ha generado confusión y pánico. Algunos de los estudiantes y maestros se sienten atemorizados porque aunque nunca se preocuparon por la situación del país sino por entender números, por discutir convenciones para interpretar los procesos sociales y artísticos, ahora son blanco del gobierno por no haber sindicalizado a grupos que se expresan al interior de la universidad. No esperemos a que decidan si estamos delinquiendo, para todos los medios masivos, las entidades gubernamentales y la fuerza pública: ¡ya estamos delinquiendo!, todo lo que represente oposición a la dictadura uribista, es sinónimo de delincuencia. Lo que demuestra de qué tipo es este gobierno.
"Una de las prioridades de las FARC es infiltrar las universidades", dice el ministro de Defensa, y qué podemos decir entonces del gobierno, cuando el señor Santos habla de "inteligencia" ¿no tendrá miembros del paramilitarismo infiltrados en nuestras universidades? Así sucede en las poblaciones rurales, con la diferencia de que en la ciudad estamos tan hacinados por el desplazamiento y tan preocupados por trabajar para pagar impuestos que ni cuenta nos damos de los casos de inocentes implicados en todas las porquerías que se les quiera adjudicar. Con las declaraciones de Gina Parody, lo que se hace es poner a la Universidad Distrital en medio de la disputa, de la guerra del gobierno. Si hablamos de terrorismo, la senadora, emisaria del gobierno, acaba de hacer terrorismo tomando como rehenes a los más de 28.000 estudiantes de la Universidad Distrital y a los miles de estudiantes de la universidad pública. Nos está poniendo en medio del conflicto. Y ello se hace evidente en la falta de investigación sobre la presencia de los encapuchados, en su edición de los vídeos, en la manipulación de la información ¿Cuándo el gobierno incita a acabar con comunidades de paz como la de San José de Apartadó no está acaso haciendo terrorismo? Claro ellos lo hacen sin capucha, pero es que ellos son dueños del país y los cuida toda la fuerza pública que debería cuidarnos a nosotros que sí somos la población civil.
¿Qué habrá que hacer próximamente para entrar a la universidad? ¿Pronunciar el credo uribista? ¿firmar a favor de la reelección?