Comunicación Alternativa // ISSN 2145-390X

CULTURA Y COMUNICACIÓN, ESTRATEGIA DE MANIPULACIÓN.

¿Qué está pasando con los proyectos culturales y de comunicación, ejecutados en Ciudad Bolívar?

POR: Aidé Tamara.

 

Soy  una joven líder comunitaria, profesional empírica en el campo de comunicaciones (Audiovisual) de Ciudad Bolívar. Con gran tristeza comento lo que hoy en día se han convertido principalmente los proyectos ejecutados en cultura y comunicación dentro de esta localidad.

 

En el año 1993 conocí un grupo juvenil dedicado a realizar productos de video (largometrajes) referentes a la vivencia de los jóvenes de Ciudad Bolívar. Allí además de encontrar un círculo familiar acogedor, me encarrile por el trabajo comunitario y audiovisual.

 

En ese entonces, los jóvenes eran organizados, participativos, emprendedores y unidos luchaban por sus ideales; ejecutaban proyectos con una visión compartida de lograr el bienestar, la dignidad y calidad humana para los habitantes de esta localidad. Aunque en esta época la localidad era una de las más violentas, ya que asesinaron a varios lideres sociales, desaparecieron a jóvenes que participaban de estos espacios, la comunidad en general se organizó en defensa de los derechos humanos, por medio de diferentes áreas: La cultural–artística, las madres comunitarias, varias instituciones educativas, los deportistas, etc. Era allí donde se veía que realmente amaban a su gente, su labor; se identificaban con su terreno geográfico, independientemente si era estigmatizada por los medios, vulnerada en sus derechos, defendían a capa y espada sus espacios, como sus vidas.

 

¿Pero qué sucede hoy en día? Con la reforma de la ley 80 de contratación, la mayoría de las organizaciones sociales de la localidad, no son competentes económicamente para ejecutar un proyecto para su misma comunidad. Lamentablemente quienes ejecutan estos proyectos son unos aparecidos (con una infraestructura o una fachada que permite acceder fácilmente a las convocatorias) que desconocen la realidad de los procesos sociales y comunicativos reales que aún se mantienen.

 

Éstas organizaciones externas de la localidad de Ciudad Bolívar cumplen con unos requisitos legales y términos de referencia, pero olvidan realmente la dinámica social o el objetivo del proyecto, limitándolo al tallerismo (improvisado y mal preparado), que termina en la repetidera y en el desgaste o la ruptura de procesos, como se puede ver hoy en día en el área cultural y de comunicaciones, donde supuestamente la comunidad es la beneficiada, pero esto es mentira puesto que los que se benefician son ellos ya que se quedan con los recursos y la comunidad con la receta para hacer algo, pero sin un sentido crítico frente a la realidad, puesto que ésta es desconocida por quienes “imparten” el taller.

 

Es muy desalentador conocer un Raúl Sierra, representante legal de Asacom, de la localidad de Kennedy, quien en el año 2005 “ejecutó” un proyecto para fortalecer las Casas de la Cultura Humanarte y Arabia de Ciudad Bolívar. Este proyecto que contó con un buen presupuesto, fue pésimamente administrado por don Raúl, quien sólo dejó deudas y dolores de cabeza para la comunidad. Allí es donde uno se pregunta: ¿Y como es posible que lo sigan contratando para realizar otras labores dentro de la localidad?

 

Luego, para el periodo del primer semestre del 2007, el grupo de comunicaciones PROAT Televisión ejecutó la continuidad del proyecto “Comunicación para la participación”, Enrédate. Según los participantes de este proyecto “esta organización quería formar profesionales en el campo de las comunicaciones con 45 horas”, como si esto no fuera absurdo, pretendían formar profesionales que desconocían completamente el trabajo comunitario, aplicando a los requisitos de contratación y desconociendo aspectos meramente técnicos de la ética profesional. Un ejemplo es lo sucedido con Natas, un artista de la localidad, de quien utilizaron unas pistas musicales para un video de ellos, sin su autorización.

 

Quien hace veeduría a estos proyectos para su ejecución es supuestamente la Junta Administradora Local (JAL), que tiene, entre otras funciones: “Promover la participación y veeduría ciudadana y comunitaria en el manejo y control de los asuntos públicos.” “Vigilar la ejecución de los contratos en la localidad y formular ante las autoridades competentes las recomendaciones que estimen convenientes para el mejor desarrollo de esos contratos. En ejercicio de esta función los ediles podrán solicitar y obtener los informes y demás documentos que ellos requieran”: Según  una combinación entre artículos específicos de la Constitución Nacional y el  decreto Ley 1421 Funciones JAL, portafolios de servicios institucionales 2005

 

Según el decreto 221 de Mayo de 2002, capitulo V, acerca de los concejos locales de Cultura del distrito capital, Artículo 13: “Los concejos locales de cultura del Distrito Capital son organismos de participación ciudadana para la concertación entre las autoridades locales y las comunidades, de políticas, planes, programas y proyectos culturales y sus respectivos presupuestos, para el estímulo, fomento y desarrollo cultural en las localidades.”  Este artículo es discutible ya que la JAL realiza estas actividades excluyendo la participación del Concejo Local de Cultura.

 

¿Hasta cuándo se va seguir tolerando esto? se pisotea el trabajo llevado a cabo por las organizaciones sociales que han emergido desde la misma comunidad, otorgando convocatorias y presupuestos a agentes externos (con supuestas hojas de vida excelentes según la JAL) que manipulan y juegan con los intereses comunicativos de nuestra localidad. Nos encontramos entonces frente a otra de las cortinas de humo de los sistemas de participación democrática en donde una autoridad establece los requisitos para las convocatorias, pero quienes los alcanzan no son los grupos sociales emergentes, son quienes tienen el presupuesto y la infraestructura para acceder a ellos, desconociendo a quienes representan realmente a la comunidad en los concejos locales de cultura y los mismos procesos de transformación social al interior de las comunidades.  

 

Invito a toda la base cultural, comunicaciones y comunidad en general a que unamos fuerzas para trabajar por nosotros, por nuestros padres, abuelos, hijos etc.,  para que no se sigan cometiendo esta clase de atropellos, usurpando el dinero que nos corresponde para proyectos de inversión social y dándolo a empresas externas que reparten instrucciones pero que no ayudan a la verdadera cualificación de procesos sociales. Que quede claro que no somos ingenuos, ni ignorantes en el tema. Es hora de actuar, de aunar esfuerzos para no seguir patrocinando la farsa de conocimiento que nos ofrecen como solución a las problemáticas de comunicación en nuestra localidad.


 
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