SOBRE EL FESTIVAL DEL ABA Y DE LA FAPQUA
Por: Sergio Vargas - El Libelo.
El Hycha Yunga Mhuykyta que entonamos y predicamos en el Foro Social Sabana, hace más de un año en el territorio chibcha de Facatativa, y el Mhuyskas chichaco che fiva, che xie, che gata, que desde el año pasado difundimos por todo Funza, son muestras inherentes de la capacidad organizativa del pueblo para compartir, rescatar y recordar nuestras raíces, empezando por la lengua, y continuando con la música, la danza, la comida y la bebida. Nuestro idioma original, el que no llegaron a imponer los españoles en su afán colonizador, el que aún mantiene intactas palabras y significados propios, el que los científicos del lenguaje han llegado a llamar como la primera lengua o la lengua cosmogónica, el Mhuyskubun, es el incentivo primario de llamar a nuestra reunión así: Festival del Aba y de la Fapqua, ya no colocamos maíz, ni chicha, pero los tenemos a través del Aba y de la Fapqua, las verdaderas palabras que designaban esos productos autóctonos, incapaces de ser comercializados, aunque sí de ser trocados y compartidos en medio de una alegría y de una reunión familiar muisca, de nuestros abuelos.
Nuestra pertenencia con la tierra, con la identidad propia, indígena, con este territorio de la sabana de Bogotá, con Mhuykyta obligaron a que dijeramos al unísono que nosotros eramos sabana, del país de Mú, del universo muisca, Hycha Yunga Mhuykyta. Y también a que nos sintieramos identificados, contentos, cómodos, con nuestros recursos, con nuestra agua, con nuestra tierra, con nuestro fuego, gente feliz con nuestras cosas, Mhuyskas chichaco che fiva, che xie, che gata. Aún más, perteneciendo al territorio de Bacatá, capital de la poderosa civilización chibcha, ubicada en lo que hoy es Funza, es nuestro deber como chicos, como "futuros apoyos", recordar lo que hicieron los cuchos, nuestros constantes apoyos, y aunar esfuerzos en la construcción de un mejor mundo, de un mundo más amable, equitativo, con justicia social, propositivo desde lo propio.
Hoy estamos en una esfera intrincada y comunicada, en un globo que se relaciona de manera compleja con todo el mundo, con tecnologías de punta que nos acercan y dividen (como la Internet), pero, conscientes de la importancia que como ciudadanos hormigas de ese monstruo llamado tierra, gestamos nuestra fiesta, nuestra propuesta de cambio, esperando que nuestro aletazo repercuta en más círculos humanos, como un efecto mariposa, o como un efecto dominó, donde todas las fichas de politiqueros, de multinacionales que saquean y destruyen la selva, caigan y no puedan nunca más levantarse, sino hasta que los indios (todos nosotros) devolvamos el tiempo o mejoremos las actuales condiciones de vida... Y para ello, tenemos que tomarnos la chicha, comernos la mazorca, tomarnos nuestros espacios naturales (calles, barrios, universidades, colegios, salones de clase, oficinas, etc.), hacer nuestro lo que nos han quitado, hablar muisca, comer changua y no tragar entero de las corporaciones que algunos han creado para destruirnos (como los canales de televisión, la democracia representativa, el partidismo politiquero, la policía, etc., etc.)
Ahora, nos organizamos como Minga Popular de Funza, como esa reunión de suprema importancia, en la cual deliberamos, discutimos y proponemos; en donde nos agrupamos para no tragar enero, sino masticar, porque queremos que los tiempos agitados de ahora no oscurezcan nuestros espacios de reflexión y que todo tiempo dure lo prudente, con nuestra agua, nuestra tierra, nuestro fuego.