Por: Nicolás Maduro.
Fecha de publicación: 12 de abril de 2017.
Pedro Carmona durante la ejecución del golpe de Estado en 2002. Foto: Kaos en la red.
El 12 de abril de 2002 quedará para la historia como el día en que la oligarquía cometió el acto más infame contra todo un pueblo.
Tras secuestrar al Comandante Hugo Chávez y de haber ejecutado un plan macabro que causó muertos y heridos en las calles de Caracas para justificar un golpe de Estado, los enemigos de la Patria, agrupados en Fedecámaras, la CTV, los medios de comunicación y los partidos de derecha, respaldados por militares traidores al pueblo, intentaron derogar de un plumazo la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, los Poderes Públicos y la destitución de los gobernadores, alcaldes y diputados electos a través del voto leales a la Revolución.
Esta acción vino a través de un decreto, que nos mostró la última dictadura que existió en Venezuela, encabezada por el presidente de la central patronal, Pedro Carmona Estanga, con una oligarquía extasiada mientras aplaudía la violación de la constitución, las leyes y la voluntad del pueblo que había decidido aprobar la carta magna en referéndum popular y había electo a su presidente a través del voto democrático, libre y por arrolladora mayoría.
Mientras tanto, en las calles, el pueblo era agredido, perseguido y asesinado, sólo por manifestar su apoyo a la Revolución, al Comandante Hugo Chávez y su rechazo a la dictadura de Pedro Carmona Estanga.
Hugo Chávez tras su retorno el 13 de abril de 2002. Foto: Noticia Al Día
Nunca más un 12 de abril, nunca más una agresión tan salvaje a un pueblo y a su determinación de construir su destino.