Por: Sergio Vargas, El Macarenazoo
(con información de Los Ángeles Times)
Fecha de publicación: 19 de abril de 2012.
Desde las entrañas de la degradación de la guerra se revelan nuevas imágenes para el mundo de los sistemáticos vejámenes que se cometen a diario por soldados estadounidenses en Afganistán, país invadido desde el 2001, posterior a los auto atentados del 11 de septiembre de ese año en Nueva York. Los Ángeles Times revela un par de fotografías de soldados jocosos que posan con restos y cadáveres de supuestos suicidas afganos, en una actitud humillante para los cuerpos de estas personas. Se trata específicamente de miembros de la División aerotransportada No. 82 del ejército de los Estados Unidos, y quienes ya están siendo investigados por las autoridades castreneses norteamericanas.
Aunque sólo son dos fotografías las que publica el diario, éstas han desencadenado una recia y feroz crítica al gobierno estadonidense y por supuesto a su política de ocupación imperialista en territorio afgano. Fue precisamente un soldado de la división el que suministró las fotografías, 18 en total, con el argumento de que estas reflejan una “ruptura de la disciplina de unidad que pone en peligro a las tropas estadonidenses." Según el editor del Times de Los Ángeles, Davan Maharaj, “hemos decidido que la publicación de una selección pequeña pero representativa de las fotos, cumple con nuestra obligación de informar a los lectores con vigor e imparcialidad en todos los aspectos de la misión estadounidense en Afganistán”. Así el diario sólo ha revelado una infíma porción de lo que el soldado proporcionó al medio de comunicación, sin embargo a continuación reseñamos apartes especiales de la nota del diario:
Según el soldado, quien no reveló su identidad, los paracaidistas tuvieron como misión ir a identificar los restos mutilados de un atacante suicida insurgente, según lo había informado la policía afgana, en la provincia de Zabol, en febrero de 2010. Posterior al escaneo del iris y la toma de las huellas dactilares para la identificación de los restos, la misión se volvió macabra: los soldados posaron para las fotos junto con la policía afgana, con una sonrisa, mientras sostenían las piernas cortadas del cadáver:
Unos meses más tarde, entre abril y mayo de 2010, el mismo pelotón fue enviado a investigar los restos de tres insurgentes que la policía afgana había hecho estallar en la ciudad de Qalat. Después de obtener unas pocas huellas dactilares, de nuevo los soldados posaron para las fotos junto con los restos, de nuevo sonriendo a la cámara. Los detalles de estas fotos no reveladas, mostrarían a dos soldados con la mano del cadáver y levantando su dedo medio; uno más que se inclina sobre el cadáver de un hombre muerto con barba y le sujeta su mano; y otro colocando un parche con la lectura “Zombie Hunter “ sobre los restos.
Los Ángeles Times mostró el grueso de las fotos a los oficiales del ejército, y estos aseguraron que ya iniciaron una investigación penal por los hechos acaecidos, empero le solicitaron al diario no revelar más imágenes a la población. George Wright, portavoz del ejército estadounidense aseguró que “es una violación a las normas del ejército posar con los cadáveres en fotografías.” Por su parte, el teniente coronel Margaret Kageleiry, aseguró que los soldados implicados ya están identificados. Esto podría también incluir violaciones al Derecho Internacional Humanitario y a las normas que aplican sobre el trato a combatientes enemigos.
Los soldados que aparecen en las fotografías son, al parecer, de bajo rango, sin embargo, y pese a que el diario norteamericano se comunicó con ellos, el comandante de la brigada 4, el coronel Brian Drinkwine, y el comandante del primer batallón hace dos años, el teniente coronel David Oclander, se negaron a dar declaraciones a la prensa. Drinkwine fue criticado por una investigación del ejército de Estados Unidos por no impedir que su esposa amenazara y hostigara a algunos oficiales de la unidad y sus conyúges durante el despliegue de fuerza en Afganistán; así mismo el general Frank Helmick dijo en junio de 2010 que Drinkwine había creado una “situación disfuncional” en la unidad. Otro de los jefes directos de los soldados, el comandante del segundo batallón de la brigada, fue relevado de su cargo en enero de 2010 (cuando se tomaron las primeras fotografías), por tener presentaciones en power point con mensajes raciales y sexistas. Por otro lado, el Pentágono desautorizó a una serie de soldados activos para que comentaran sobre este incidente a la prensa local.
Esta situación que ocurre en Afganistán se suma a otros escándalos que se han revelado anteriormente, como el hecho de que cuatro marines hayan orinado sobre cadáveres afganos, y que soldados estadonidenses hayan irrespetado la fe predominante en esta parte del mundo, quemando ejemplares del Corán al interior de una base estadounidense; y, recientemente, en marzo, cuando un sargento del ejército gringo realizó un tiroteo en una aldea afgano, matando a 17 personas:
Soldados estadounidenses en Afganistán posando con la bandera nazi del S.S.
Con la implementación del TLC con Estados Unidos, posiblemente estos abusos puedan ocurrir también en Colombia. Muestra pequeña de ello, ha sido la acción de 30 agentes del servicio secreto de Estados Unidos durante la pasada Cumbre de las Américas en Cartagena, en donde frente a la violación de los derechos de las trabajadoras sexuales, y obviamente a la disposición legal local, rápidamente fueron enviados a sus casas en Norteamérica, sin rendir explicaciones a la comunidad nacional. La guerra contra el terrorismo, obviamente, también implica la neocolonización imperialista que empezará a ejecutarse en nuestro suelo a espaldas de las comunidades más afectadas desde el próximo 15 de mayo. No pueden haber más vejámenes en el mundo, Colombia no puede ser una nueva Afganistán, una Irak, o un Israel sudamericano.