Comunicación Alternativa // ISSN 2145-390X

MOCKUS, MI MARCIANO FAVORITO

Por: Carlos de Urabá.
Fecha de publicación: 30 de mayo 2010.

Si hay un emperador negro en Estados Unidos, ¿por qué en Colombia no puede haber un presidente alienígena?



Estaba marcado por las profecías el regreso de Bochica. Según las leyendas chibchas un extranjero de luengas barbas, rubio y de ojos color esmeralda, el sabio civilizador vendrá del cielo a enseñarnos las ciencias, las leyes, las normas éticas y morales. Bochica ya está aquí para poner orden en el caos. Perteneciente al signo zodiacal aries, Mokus es el carnero que se abre paso con sus cuernos para guiar la manada.

Desde los primeros años de su existencia se reveló como un niño prodigio; aprendió a leer a los dos años de edad, sabía perfectamente calcular logaritmos a los tres años y a los cinco años resolvió la conjetura de Hodge.

Indudablemente estamos ante una inteligencia superior de origen extraterrestre. Un alienígena laureado como el mejor bachiller por el Liceo Francés de Bogotá, Cum laude en matemáticas por la universidad de Dijón, Francia, magister en filosofía por la Universidad Nacional de Bogotá, con una tesis titulada «representar y disponer. Un estudio de la noción de representación orientado hacia el examén de su papel y en la comprensión previa del ser como disponibilidad » ¿Alguien puede resolver este acertijo? Sólo Antanas, el sabio civilizador. A todo el mundo se les caen las babas escuchando tan respetable eminencia. Aunque no entiendan nada lo aplauden y lo veneran, es tan lúcido que su presencia trasmuta toda imperfección.

Lo cierto es que su madre Nijole ha sido la directa responsable de este engendro sideral. Esta escultora clásica dio vida a su obra cumbre: Antanas. Una madre autoritaria y posesiva que lo crió bajo los preceptos más ortodoxos: la disciplina espartana y un rigor de eremita. Antanas se convirtió en un niño dependiente y sumiso que hasta el día de hoy no se ha librado de la tutela materna. Doña Nijole es muy celosa y no permite intromisión alguna, emite los veredictos, lo manipula a su capricho y él tiene que cumplir a rajatabla sus órdenes so pena de recibir un par de azotes en el culo.

Su excéntrica personalidad no se ajusta a su imagen de tipo juicioso y serio. Un hombre recto, cabal, vestido de paño con chaleco y corbata a la moda muy tieso y muy majo. Las apariencias engañan, ¿no? quién iba a pensar que detrás de ese prestigioso catedrático se esconde todo un comediante, apasionado por el teatro del absurdo. Su ascendencia lituana remarca su carácter frío y calculador, en su sangre lleva esos genes químicamente puros de un hombre cartesiano, racional, una computadora humana capaz de memorizar la guía de teléfonos en un par de horas y recitarlos de memoria. Sus reacciones son impredecibles pues igual se pone a llorar a moco tendido porque una mosca ha caído en una telaraña o de repente monta en cólera y agrede a un niño que hace pipí en la acera. Lo primero es la legalidad, la corte constitucional, la jurisprudencia, la educación cívica.

«La vida es lo más sagrado» es una de sus máximas preferidas – ¿podrá explicársela al comandante de las Fuerzas Armadas cuando sea elegido presidente? Por favor, disparen con educación, no vayan a causar daños colaterales.

- Mi general, le recomiendo que lea a Gandhi para que haga el amor y no la guerra. La espiritualidad es imprescindible para encontrar vías de diálogo. La bayoneta calada con la bandera de las barras y las estrellas.

Como Alcalde de Bogotá tuvo la suerte de utilizar a 6 millones de habitantes como cobayas para sus experimentos. Creó una realidad paralela, un imperio lúdico-festivo gobernado por mimos, equilibristas, payasos y saltinbanquis. Una estética capaz de competir con el Mago de Hoz o la Bella Durmiente.

Mockus es un ave exótica que nos anuncia el advenimiento de una nueva era.

Para comprenderlo hay que ser un iniciado en la materia. Porque la filosofía mockusiana es muy compleja y tiene una gran carga esotérica. Él hace parte de un proceso simbiótico matemático que define a un semiólogo que utiliza un lenguaje cifrado y críptico que nos conduce al nanocosmos. Habla en parábolas, toca el pito, te saca tarjeta roja y cobra penalty si has cometido una infracción dentro del área. La ley es fundamental, las leyes son mandamientos de obligado cumplimiento. La medición práctica de los catetos y las hipotenusas del teorema de Pitágoras es la clave de la convivencia humana. Mockus fue el inventor de las pastillitas del amor y la esperanza, de la píldora antiviolencia que dio tomar al pueblo en un arrebato místico.

- Con educación se construirá una sociedad más justa-. Bueno, es una oviedad pero no está mal recordarlo a los terrícolas. Hay que volver a la antigua Grecia de Pericles, Sófocles y Eurípides, rescatar el pensamiento filosófico de Sócrates, Platón o Aristóteles: «educad a los niños y no castigarás a los hombres» ¿con una educación privatizada donde sólo pueden alcanzar el nirvana una casta de privilegiados?

El Bochica, blanco, rubio como el oro, de ojos verde esmeralda, el padre civilizador, el loco del arcano 22 del tarot, líder del Partido Verde, un ser biológicamente puro sin conservantes ni colorantes, defensor de la madre tierra, del calentamiento global. Nuestro futuro presidente está aburrido, no es feliz, los problemas metafísicos lo agobían, no sabe reírse, los parámetros le fallan, la tabla periódica de los elementos lo tiene en la olla. Sus genialidades hay que comprenderlas, incluso muchos opinan que es más surrealista que el propio Dalí y más absurdo que Ionescu. Los colombianitos tienen que comprenderlo y saber que esas excentricidades representan verdaderas obras maestras. El culo blanco de la paz, el apóstol de la honestidad, el super cívico que lucha por imponer el bien sobre el mal, el zanahorio, el osito dormilón. -Recitemos todos «sus vidas son sagradas no las cambien por dinero, no las cambien por poder». Son argumentos ontológicos, axiomas que nos elevan a la enésima potencia. Este doctorcito irreverente se ha empeñado en domar a la sociedad de la rumba, el alcohol y el perico. El Crímen y el Castigo de Dostoievski, la Corte constitucional, la jurisprudencia, la legalidad democrática.

Que le echen zanahorias a los conejillos de Indias, el señor de los girasoles apuesta por cambiar el mundo. ¡Qué paradoja! El doctorcito se encuentra deprimido, toma un valium pues lo tiene fregado la angustia existencial. No se siente a gusto pues la humanidad está en peligro y se ve impotente ante los retos del futuro. «En casa de herrero, cuchillo de palo» pues su esposa Adriana Córdoba, experta en salud mental, lo ha desahuciado. ¡Oh no! Cuánta melancolía y cuánta nostalgía se encierra en su alma. Berrea como un niño extraviado, le falla la memoria y muchas veces ni recuerda su propio nombre. Se ha hecho mayor y él quiere seguir siendo un adolescente enamoradizo que toca el violín en el balcón de sus alumnas más aplicadas.

Cree en Dios y los banqueros, pues para ser presidente hay que demostrar una gran religiosidad y Mockus comulga de la manito de monseñor Rubiano. ¿Es ateo o es un fariseo? Mejor dicho, es un sumo pontífice capaz de mostrar su ano sonrosado a la fanaticada, ¡milagro! un culo sucio que defeca poesía onírica. Los alumnos están obligados a rendirle pleitesía, los ciudadanos le besan sus vestiduras. Menos mal que naciste en Colombia, ¡bendito seas por siempre señor!

De qué vale tanta sapiencia si al final pierde los papeles y se le cruzan los cables, porque Mockus es muy compulsivo y se sale por la tangente. Cuando lo ponen contra las cuerdas no sabe qué responder y le entra la tembladera, pues quiere quedar bien con Dios y con el Diablo. Con ello demuestra poca personalidad, es un cobarde que agacha la cabeza y le tiembla la voz ante una pregunta capciosa. Pero no importa, es el más honesto, es el adalid de la anticorrupción y la cultura de la legalidad. La legalidad democrática es su bandera, los jueces, la corte suprema de justicia, la justicia, señores, basta ya de buscar atajos para acortar el camino. ¿qué hacer, entonces, con 9 millones de indigentes y 20 millones de miserables? El salario mínimo está por los suelos, las prestaciones sociales nulas, las jubilaciones de pacotilla. Habrá que alimentar al vulgo con una sopa de letras a ver si reflexiona y se lo toman con calma. La paciencia, hay que tener paciencia que no hay mal que dure cien años. A los pobres hay que enseñarles meditación trascendental, estimular los chacras y que estiren la mano a ver si les cae unos centavitos de propina. Este ingrato problema lo resuelve el clan de los girasoles y las zanahorias.

Pregonando tanta legalidad y trasparencia pero qué pasó en su administración como Alcalde, ¿recuerdan la empresa de Energía Eléctrica de Bogotá? ¿Con la Empresa de Teléfonos de Bogotá? ¿cómo se produjo la entrega de los recursos públicos a las multinacionales? él estuvo de acuerdo en instaurar un régimen privatizador y darle un voto de confianza a la banca judía Rothshild, aliado del sionismo internacional entre cuyos nombres sobresalen Paul Bromberg Zilbertein, un judío físico y brazo derecho de Antanas, su compadre judío Salomón de Kalmanovitz, experto en teoría económica, otro amiguito es Pepe Douer, multimillonario judío al servicio de la banca internacional. Más judios como Israel Faimboin Yaker, secretario de Hacienda en la Alcaldía de Bogotá durante su mandato, John Sudarsky, ingeniero industrial y asesor personal de Mockus, en fin, tantos testaferros, usureros, prestamistas o especuladores. Su padrino político no fue otro que Rudolf Hommes, socio y director de Violy, Byorum&Parteners, quien ejecutó negocios por más de 4000 millones de dólares en el sector de las telecomunicaciones, manufacturas, alimentos y bancos. Todo bajo la sombra protectora de Uribe Vélez. Rudolf se encargaría de adoctrinar a Antanas en las lides del neoliberalismo y el imperio del capital.

Los beneficios obtenidos por la camarilla han sido excepcionales y pocos conocen este episodio tan truculento y por eso es necesario sacarlos a la luz pública. Con el déficit, las deudas y la pérdida del poder adquisitivo. No había otra alternativa que privatizar la salud, la educación, los servicios básicos, elevar los impuestos y trabajar con los intereses más altos del mundo. En todo caso más de la mitad del trabajo lo realizó Uribe Vélez y ahora le toca a su sucesor finiquitarlo. Mockus no es más que el rabino del sionismo internacional, una ficha clave en el eje Washington, Tel Aviv, Bogotá.

Tanta alharaca pacifista pero el muy desvergonzado se declara tolerante con la guerra y contrario al diálogo de paz y al acuerdo humanitario. La industria de la muerte contribuye enormemente al crecimiento económico del país; el armamentismo, el plan Colombia, el aumento del pie de fuerza es un dinamizador de la economía.



A Mockus el prontuario criminal de Alvaro Uribe ni siquiera lo incomoda, se muestra favorable a sus logros y heroicidades. Para él es un ejemplo, el gran timonel, un líder incontestable. En el fondo lo admira y lo ama. Pero él es un intelectual que actuará con una actitud más serena y humana.

- Por favor, mi general, tiene usted la bondad de bombardear el objetivo sin que hayan daños colaterales. La vida es lo más sagrado. Se lo suplico, háganlo con cariño para ahorrarnos sufrimientos innecesarios.- Con las ley en la mano, las balas y proyectiles estarán autenticados con su firma y sello, porque lo importante es la constitución, la trasparencia y la legalidad democrática.

Su método pedagógico es muy sutil: los signos semióticos, las banderitas, el colocarse una pirámide o un queso en la cabeza o sacarle tarjeta roja a un vecino que haya infringido alguna norma cívica. Su primera medida será hacerles un test psicotécnico a los ciudadanos para saber si su coeficiente intelectual les permite comprender sus venerables razonamientos.

Mockus es un mito creado por internet y las redes sociales Facebook, MySpace o Twitter, un producto artificial digerible y de fácil consumo que podría competir con las mejores marcas. Un éxito publicitario sin precedentes. «Yo daré mi culo por Antanas.» Arriesgada apuesta de sus seguidores que confirma el delirio que ha desatado su candidatura.

Sus dotes de gran maestro quedan altamente demostradas cuando le enseñó sus genitales a los estudiantes que protestaban por el alza de las matrículas en la Universidad Nacional. Para el homo erectus de Mockus eso no es exhibicionismo sino una perfomance propia de un sinigual artísta. Este lunático a veces tiene impulsos maníaco-depresivos, llora histérico por cualquier nimiedad y luego permanece mudo observando el cielo con la mirada perdida deshojando una margarita. Sus gestos no revelan más que hastío, su carita de chivo te hace bostezar de aburrimiento y no queda más que roncar a pierna suelta. Este espécimen exótico es un experto en la pantomima y los juegos didácticos donde pone a prueba nuestra agilidad mental.

No hay nada más triste que ver a un bufón vestido de cachaco; traje de paño, sus gafitas a lo John Lennon y ese acento sabanero pausado que calcula cada palabra, cada frase, cada verso cada sintagma. Es un perfeccionista incapaz de cometer errores. En esta mascarada de fantoches que se nominan a la presidencia no se sabe quién es el más hipócrita y mentiroso. Todo vale con tal de engatusar a la plebe y conquistar su voto. En el último debate Mockus esgrimió una seriedad del carajo, con gestos de sepulturero, la mano en la barbilla y la voz impostada narró sus exégesis y conjeturas en el plano algebráico del nuevo estado colombiano. Desde luego que es una personalidad fuera de serie, una lumbrera que habla con un lápiz en la boca, anota como un niño tímido alguna idea superlativa que le llega por inspiración divina. Además, responde con ingenuidad a las preguntas de los expertos y se ve que es incapaz de matar una mosca. Un tipo tan bien estructurado merece toda nuestra confianza.

Un día se arrebató y empuñando una espada de plástico de color rosa tomó el Congreso de la República al grito de ¡Viva la constitución! Es un legalista a lo mero macho que exigió a los padres de la patria respeto las leyes y a la carta magna. No hay libertad sin orden, claro. El orden para la plebe, la libertad para los patrones.

Este gran estadista es muy voluble; hoy dice algo, mañana lo desmiente. No está muy seguro de sí mismo y quiere quedar bien con Dios y con el diablo. Su conexión con la realidad se ha roto, juega con Peter Pan en su mundo imaginario y de repente lanza una propuesta: - que desaparezcan los ejércitos, que desaparezcan las armas- el comandante de las fuerzas armadas pone cara de bulldog pues no le ha gustado el chiste. -Y él rectifica- Perdón, todo fue un mal entendido, era un sofisma de distracción.

La última vez que lo vi caminaba por una céntrica calle bogotana con una pirámide en la cabeza. Dizque quería demostrar que la constitución es el dogma de fe que compite con el de la santísima trinidad. Es tan original y divertido que le encanta jugar a poner huevos como una gallinita en los parques. Puje, puje, pero nada, tiene que dejarlo pues más de una vez se ha cagado en los pantalones. Tras renunciar a la alcaldía de Bogotá se bañó sin quitarse la ropa en una fuente pública para lavar sus pecados. Bochica insiste en que hay que alfabetizar al pueblo para que reine el imperio de la ley, de la honradez, que de alguna u otra manera va a intentar civilizarnos. Tenemos que ser buenos y acatar las leyes fundamentales para que el estado funcione; el respeto a la jerarquía, el status quo de sus mercedes, la defensa de la propiedad privada y los privilegios heredados por la casta dominante. Menos mal que contamos con este visionario que despeja toda incógnita del futuro en una tierra prometida bañada por ríos de fresa y chocolate.

Su pasado no perdona. Le quitó el sueldo a los maestros, a los jubilados, ordenó a la policía castigar a las vendedoras ambulantes a bolillazo limpio, utilizó la represión para imponer el orden constitucional. Por arte de magia va a erradicar la marginación y el desempleo sin cambiar las estructuras sociales ni el poder oligárquico. Es un reaccionario pues todo aquel que hable de igualdad y justicia social es un terrorista que incita a la violencia.

Para los legos en la filosofia Mockusiana aquí van algunos ejemplos de sus postulados: por ejemplo, quitarse los calzones quiere decir que los tiene bien puestos, tirarle a un contrincante político un vaso de agua en la cara, eso quiere decir que es de la corriente ideológica de la no violencia, sacar el pene, orinarse y rascarse las bolas en público quiere decir que no acepta la pornografia y que la educación es prioritaria. Es un terapeuta que utiliza muñecos de trapo para que los ciudadanos descarguen sus malas vibraciones. -Perdóname, pero voy a tener que cortarte la cabeza. La ley de la zanahoria nos hace más humanos y responsables. Porque nos se puede estar en la calle hasta las cinco de la madrugada borrachos y drogados. Muchachos a comer zanahorias como Bugs Bunny, el conejito de la suerte. Un argumento ontológico y apriorístico muy favorable que lo ennoblece.

La educación, insisto, va a ser el eje central de su gobierno, un gobierno de intelectuales, sabios y eruditos. Por favor, la didáctica y la pedagogía sumada a las telenovelas, el fútbol, y los reality shows son el preludio de una revolución cultural. Pero el colombiano es muy pícaro y hay que comprender su idiosincracia de antropófago que le gusta el trago, la rumba y las hembras bien bacanas.

La paz como la letra con sangre entra. Nuestro líder es un pacifista consumado, el ecologista número uno que concibe que se corte una rosa. Pero no puso ningún reparo en ser condecorado por Uribe con la gran cruz de la Policía Nacional. De alguna manera es cómplice también de las torturas, de los asesinatos, de las masacres, del paramilitarismo y el narcotráfico. Porque eso de verde debe ser por el color de los dólares, la coca y la marihuana. Su misión civilizadora consiste en eliminar a los indigentes, a los chinches, a los piojos, a las prostitutas, a los borrachos y a todos los pobres patisuciose, realizar una limpieza étnica para que no existan desigualdades eliminando los elementos más despreciables de la sociedad. Colombia tiene que convertirse en la arcadia feliz donde tomados de la mano cantemos alabanzas.

Este hombre tan culto, el Bochica o padre civilizador quizás sea la última bala que nos queda en la recamara. Una postrer esperanza o el descabello definitivo. Tanto crímen, corrupción, terrorismo de estado en estos últimos ocho años traen como consecuencia que un papanatas, el hombre más limpio y virginal sea el favorito en estas elecciones. «Aporta tu luz al votar» -dice en tono grandielocuente- mientras se concentra en un viaje astral etéreo y sublime que lo proyecta al infinito.

Cachaco pendejo, ahora dices que estás arrodillado frente al Divino Niño rezando por tus fieles. No sabe qué hacer para sumar votos. El teatro del absurdo y mucha caradura con tal de cubrirse de gloria. Sus incondicionales ya empieza a tirarse de los pelos por los cargos burocráticos, las prebendas, los consulados, las embajadas, los ministerios. Mockus, el sempiterno candidato presidencial que en otras ocasiones ha fracasado, merced a una coyuntura histórica está a punto de alcanzar el preciado cetro del palacio de Nariño.


 
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