Carta enviada por el conjunto de organizaciones de la localidad de Kennedy, participantes de la Minga Urbana de Techotiva, a la Red de Reconciliación y demás entidades del Distrito que con distintos actos han torpedeado la construcción de procesos comunitarios, donde el papel de los jóvenes ha quedado supeditado por políticas institucionales desarticuladas y descontextualizadas de la realidad.
Señores Red de Reconciliación.
Secretaria Distrital de Gobierno.
Alcaldía Mayor de Bogotá
El pasado fin de semana 13 y 14 de diciembre, organizaciones de la localidad en el marco de la construcción colectiva de propuestas y planes de incidencia política, cultural, medioambiental etc., se reunieron en el parque Las Margaritas para celebrar allí la primera minga urbana de Techotiva (1).
Para la minga, la Red de Reconciliación se comprometió a participar con el préstamo del equipo de sonido, a lo cual nosotros como organizadores convocamos a una serie de grupos artísticos y musicales con el fin de realizar diferentes presentaciones y potenciar el evento comunitario. Con cierta perplejidad e incertidumbre fuimos sorprendidos al no realizarse el préstamo de dichos equipos, lo cual impidió a última hora la realización óptima del evento.
Queremos colocar una queja en ese sentido, ya que tal situación creemos perjudica nuestra labor comunitaria y evidencia que el apoyo institucional se refleja en un conjunto de compromisos que luego no se asumen con la seriedad necesaria. “Son palabras al viento”, es como si el interés no fuera mas allá de la legalización de una colección de salarios.
Esta situación que no es la primera y que creemos tampoco será la última, refleja que el compromiso de las instituciones y entidades del Estado para la construcción de proyectos sociales y comunitarios (los mismos que aparecen en el plan de desarrollo del alcalde mayor) no va mas allá de un mero tanteo, que no reconoce que los espacios de participación social son indispensables para la sostenibilidad a largo plazo de las políticas sociales que el mismo distrito promueve.
Sin embargo el evento se realizó en uso de la autogestión. Javier Forero de la Secretaría de Gobierno, prestó por un lapso de tiempo considerable dos bafles y una consola con las cuales pudimos dar continuidad a la minga. En la noche, en compañía de los habitantes circunvecinos, observamos y departimos opiniones en torno a una serie audiovisual, con una totuma de chicha y un fuego que siguieron construyendo el tejido social colectivo que busca incidir en las políticas gubernamentales y construir nuestros propios caminos. El día domingo, mientras varios deportistas y familias madrugaron a realizar sus actividades, se toparon con la secuela de imágenes que la guerra estatal ha arrojado sobre el indolente país, pues un par de colectivos agrupados bajo el colectivo de Víctimas del Estado se encargaron de colocar en las canchas y rejas, vallas, pendones y fotos de las víctimas para recordar la memoria histórica de un pueblo que ha sido desangrado por sus mismos representantes y líderes. Un recorrido conjunto por la exposición, donde varios transeúntes se unieron, y un diálogo de saberes (como llamamos a ese espacio temporal y espiritual en el cual reconocemos al otro, interactuamos, y coordinamos actividades), sellaron los espacios colectivos de esta Primera Minga Urbana del territorio de Techotiva, donde nuestro afán de llegar, de velar por la puntualidad, de hacer y de saber ser, nacen desde la necesidad que percibimos por cambiar la forma de vida de una sociedad de consumo empecinada en tapar con telenovelas, fútbol, moda, etc., las necesidades apremiantes de nuestra gente, como lo es: la educación, la salud, la real y efectiva participación ciudadana.
Nosotros, como Minga Urbana de Techotiva, seguiremos construyendo ese camino de unidad y de reconocimiento desde la diferencia, para realizar en este futuro cercano las políticas que sí nos afecten, que sí sean construidas por nosotros, que actuemos por el conocimiento que nos dan los medios alternativos y comunitarios del sector, mucho más cercanos a la realidad que lo que muestran medios como Caracol, RCN, o sus filiales, caso explícito el de “Contacto”, periódico de la Alcaldía de Kennedy hecho por G13, organización ficticia que no es del territorio. La Minga somos todas y todos, reunidos por la necesidad y el deber de gestar un mejor porvenir; son las organizaciones de los sectores culturales, ambientales, políticos, sociales, etc.
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En este momento, como siempre, vemos con preocupación una serie de proyectos en ejecución claramente desarticulados de políticas instituciones más amplias (la llamada proyectitis). El ejemplo más reciente, es el convenio que reúne a cuatro instituciones (SDIS, SDE,SDS,SC)) con el fin de llevar a cabo una de los puntos del plan de desarrollo distrital como lo es Ciudad de Derechos. Nos preguntamos cómo cada una de esas dependencias acoge como propio el convenio articulándolo con otros procesos institucionales en marcha.
Reconocemos que es tradicional la separación de juventud del resto de los proyectos distritales y su “independencia autómata”, sabemos que los jóvenes son tratados a la manera de especímenes especiales, conocemos el monto económico de los proyectos, sabemos que tienen una amplia cantidad de funcionarios trabajando en juventud en lo local, pero paradójicamente ellos no nos conocen. No saben por ejemplo que no trabajamos solo con jóvenes y que nos interesan amplios territorios interlocales donde hay diversidad social y múltiples grupos organizados de madres, adultos mayores, recicladores, tricitaxistas, transportadores, coteros, trabajadores etc.
Reconocemos igualmente que por dicho tradicionalismo y alucinaciones académicas y administrativas, es que resultan convenios (en este caso en juventud) desarticulados de los procesos gruesos que llevan las mismas instituciones o las comunidades. En ese mismo sentido, vemos incluido allí, que dicho plan local en derechos humanos (producto final de tal convenio) esta desarticulado de un tema que sabemos que para el alcalde de Kennedy ha sido su núcleo de gestión, ello es el tema de seguridad, el cual tiende a menudo a estigmatizar a los jóvenes, a sus parches, a sus dinámicas y que en consecuencia legitima por ejemplo los efectos de los falsos positivos y los señalamientos.
¿Cómo saber que la Ciudad de Derechos es parte del plan gubernamental para mejorar la seguridad en la localidad? ¿Cuál es la conexión de los Derechos Humanos y el tema de Seguridad que tiene incluso una mesa local en la administración actual?
Hacemos un llamado desde los sectores sociales que representamos a:
Respetar los compromisos con las comunidades y que los acuerdos que surjan entre instituciones formales y la palabra empeñada de los ciudadanos con ustedes tenga valor real. Lo contrario trae como consecuencia que aumente la incredulidad y desconfianza que ya les tenemos, con esas expresiones de irrespeto a los compromisos.
No solamente los jóvenes debemos ser tratados como un nicho especial del ciclo vital para el cual existen amplias contrataciones institucionales no solo de convenios sino de personal misional y administrativo que no nos conocen y vienen a investigarnos y realizar experimentos.
Incorporar efectivamente en conjunto los planes institucionales como políticas gubernamentales amplias donde cada convenio, cada proyecto, tenga una incidencia real y efectiva para el futuro del territorio y no se quede en la división instrumental de ciclos vitales. La visión proponemos debe ser territorial.
En la elaboración y ejecución de los proyectos debe verse un interés institucional de cumplir con los intereses de las comunidades para la coherencia efectiva de las mismas normas que las instituciones promueven. Deben evitarse las contradicciones y reconocer la participación desde abajo como primordial para el cumplimiento de sus funciones.