Por: Comunicadorxs Populares / Radicales Libres / F. Sakina Iwoka (Artículo 1)
Fecha de publicación: 20 de enero de 2014.
La constitución nacional del 91 permitió el ingreso de sectores sociales y políticos en los gobiernos nacional, departamental, regional y todos los demás cargos de elección popular en los que nunca antes habían tenido dicha oportunidad.
Los primeros pasos de la izquierda fueron de unidad, tal como lo evidenció la AD-M19, a donde convergieron partidos políticos de izquierda marginales y las organizaciones guerrilleras recién desmovilizadas, en alianza con sectores sindicales y movimientos populares. Pero también desde allí, dieron sus primeros pasos de desafortunadas e indebidas prácticas (para la ubicación de renglones) en la confección de la lista de candidatos constituyentes y de la que se obtuvieron 19 constitucionalistas de los convocados. A esta constituyente le precedía el asesinato del comandante del M 19 y candidato presidencial Carlos Pizarro, y su legado de apuesta por la paz con Dignidad que se hermanaba con el clamor popular de cambiar su historia.
La Asamblea Nacional Constituyente empezó a expedir un mal olor cuando teniendo toda la legitimidad para elaborar una constitución nacional popular, resulto ser un ejercicio parlamentarista a puerta cerrada y a espaldas de la vida nacional, y los 19 constitucionalistas “de izquierda” poco hicieron para romper esa lógica e interlocutar con aquellos sectores sociales y políticos por siempre excluidos del país y de quienes recibieron su gran respaldo.
Posterior a la ANC y estrenando Constitución Política, se presentaron las primeras elecciones parlamentarias. La izquierda se “acordó” nuevamente de los sectores populares, veredales y barriales para lograr apoyo en votos a sus nuevas aspiraciones. La respuesta no se hizo esperar: el mal olor que generó en dichos sectores la postura de esta “nueva” izquierda se vio reflejado en la elección de tan solo 9 congresistas, una reducción de más del 50% en apoyo. Si bien es cierto que la clientela y el aparato electoral de la clase política tradicional continua intacta también lo es que las esperanzas de una nueva forma de hacer la política por parte de los nuevos protagonistas se fue diseminando. La frustración popular esta al orden del día, ya no solo por acción de la oligarquía sino por inacción de la izquierda política.
De la Serie "Colombia, Todo Esto Huele Mal."