Por: Comunicadorxs Populares / Radicales Libres / F. Sakina Iwoka (Artículo 6)
Fecha de publicación: 20 de enero de 2014.
Retrato del asesinado candidato presidencial de la U.P. a la Presidencia de la República, Bernardo Jaramillo Ossa. Foto: Archivo EFE.
(Leer artículo anterior) De cara a otra contienda electoral presidencial y de Congreso, nos encontramos con un país convulsionado por gran cantidad de manifestaciones y protestas populares de todo orden (salud, educación, cafeteros, mineros, agro, los transportadores, etc.), con un proceso de negociaciones entre el gobierno nacional y la insurgencia de las FARC-EP y una izquierda política cada vez más diseminada y opaca en sus posturas, pero ávida de ingresar a la institucionalidad. A esto se le suma la desafortunada y ya cantada destitución del alcalde Gustavo Petro. El ambiente electoral se caldea y el proceso de negociación demanda rectificaciones que lo libere de la dinámica y coyuntura electoral, y lo ponga de cara al país soñado.
La movida de fichas que adelantaron algunos sectores de “izquierda” en nuestro país, para encarar el debate electoral del 2014, da vergüenza, por decir lo menos: toma la iniciativa el más reciente partido llamado “Progresista” del alcalde Petro y su ex secretario de gobierno, Navarro, que por temor a perder su personería jurídica si no alcanzan el umbral electoral en la próxima contienda, los impulsa desesperadamente a pactar hasta con el diablo y acuerdan una alianza con el Partido Verde de Peñalosa y Sanguino: la “Alianza Verde”, y se dan a la tarea de conformar un abanico de pre-candidatos presidenciales, empezando por el exalcalde oligarca Enrique Peñalosa (no muy lejano ideológicamente del Procurador Ordoñez), viajan a Europa para traerse a la díscola Ingrid Betancourt, le ruegan a Mockus (quien no acepta), y como si fuera poco, se suma a este abanico, el líder de la Minga Social Indígena, Feliciano Valencia, también seducido por el “circo” electoral: son más los pre-candidatos a la presidencia que candidatos al Congreso, ¡que todos traigan votantes!, es la consigna; la UP no se queda atrás, que aún no le habían restituido la personería jurídica y ya estaban divididos, y el “oficialismo” desempolva de Europa a la exiliada Aída Avella, tras 17 años de estar fuera del país, por considerarla candidata con el perfil y el “acumulado” para ser presidenta de la Republica; el Polo Democrático, lento en su depuración de clientelistas y corruptos que a veces opacan la gestión y el buen actuar de militantes serios, honestos y consecuentes, se presenta unido en su candidatura presidencial con Clara López. Todo huele mal, cuando en ningún momento se ha trabajado con los sectores sociales y populares, con esa Colombia excluida, un programa de Gobierno, ni un nuevo modelo de Estado, sino que sus intereses mezquinos electoreros animan su proceder. Esto huele muy mal.
¿Hasta cuándo se aprenderá que el único que ha ganado en este mar de inconsecuencia de lo que llaman “izquierda”, ha sido la oligarquía, el Capitalismo, el que siempre ha ostentado el poder?
De la Serie "Colombia, Todo Esto Huele Mal."