Por: Sergio Vargas, MZO.
Fecha de publicación: 10 de octubre de 2012.
Por coordinación y solicitud expresa del rector de la Universidad Pedagógica Nacional, Juan Carlos Orozco Cruz, se allanó, destruyó y depositaron amenazas en el campus universitario de la calle 72. El hecho ocurrió en la pasada noche, por un operativo policial desarrollado desde las 11 p.m., y que se extendió hasta la madrugada de este miércoles. Según el Comunicado No. 11 (Click Aquí) firmado por la rectoría del centro de educación superior, el acto vandalico se organizó con el fin de “salvaguardar la integridad física de los miembros de la comunidad universitaria”, toda vez que, supuestamente, se tuvo información sobre “la eventual presencia de material explosivo en dicha sede.”
El operativo se desarrolló a espaldas de la comunidad universitaria, de los medios de comunicación nacionales, y aparentemente sin la presencia de observadores del Ministerio de Educación, Alcaldía de Bogotá, Personería, Defensoría del pueblo, entre otros. Esto permitió que los uniformados tuvieran suficiente tiempo para desmantelar oficinas estudiantiles y depositar amenazas y sufragios contra la vida de los estudiantes de la universidad; aunado a ello, al parecer, pudieron acceder a información privilegiada como los registros de ingreso y salida de los estudiantes, como se ve la foto adjunta:
En todo el día, la comunidad universitaria se pronunció en contra de este atropello, que en realidad no tuvo ningún resultado operacional, más allá de la generación de miedo y violencia por parte de las autoridades administrativas y policiales. Los estudiantes se declararon a su vez en asamblea permanente y al querer rechazar el atropello en la calle, fueron atacados por miembros del ESMAD, Escuadrón Movil Anti Disturbios de la Policía Nacional, principal ente oficial violador de los derechos humanos en la ciudad.
Es preocupante la situación de estigmatización, amenaza y violencia que propician los entes oficiales a dos días del desarrollo de la movilización nacional por la dignidad del pueblo colombiano. Los únicos responsables de su desarrollo serán los que hoy fungen como autores materiales e intelectuales del hostigamiento.