El siguiente es el texto de intervención del representante de las asociaciones juveniles ante el Consejo Municipal de Cultura de Funza, miembro del periódico El Macarenazoo, la Corporación Almendra, y colaborador del boletín informátivo El Libelo, el día sábado 13 de febrero de 2010, con ocasión de la presentación pública del avance de la Política de juventud del municipio. En esta política se viene adelantando un trabajo en nueve mesas temáticas, una de ellas la de inclusión social, que fue presentada de la siguiente manera:
Por: G.A.C.R.
El 28 de diciembre de 2009, abordamos en uno de los encuentros de líderes que desarrollamos, la temática de la “inclusión social para jóvenes en Funza”, línea temática que no estaba proyectada desde un inicio por el contratista de esta política pública de juventud, y que fue propuesta por el suscrito. Según consta en el Acta oficial, se identificaron tres falencias generales en este campo y se proyectaron cinco salidas o propuestas de cambio, para ser consignadas en la inminente política pública de juventud.
La premisa de la primera falencia identificada es la siguiente: “El gobierno municipal ha limitado la recepción de algunos de los proyectos que han presentado los jóvenes y se han irrespetado acuerdos pactados con organizaciones locales.”
Algunas de las razones que sustentan esta afirmación provienen de ejemplos claros a nivel local: tal vez una de las más elocuentes, sea el hecho de estar hoy en estas instalaciones realizando este evento público. Dice el informe de laRendición de Cuentas 2009 de la Secretaría de Desarrollo Social, presentado hace poco por la Alcaldía Municipal, que en el marco del programa Jóvenes Siglo XXI, se realizó el proyecto tendiente a “ejecutar las acciones para la elaboración y ejecución del plan decenal de juventudes.” Este proyecto tuvo una inversión de 20 millones de pesos, esbozados, según el documento público, en el lanzamiento del programa y convocatoria del mismo; en capacitaciones; en la elaboración de un diagnóstico con los jóvenes líderes de Funza; y la supuesta realización de una serie de conferencias. Entiéndase, 20 millones de pesos para realizar lo que estamos presentando el día de hoy. Pero lejos de sentir una participación real, el conjunto de organizaciones locales juveniles, irónicamente, sólo obtendrán con este trabajo un 1% de ese monto proyectado por la administración, es decir, ínfimos 200.000 pesos, que fue el monto que ofreció la empresa contratista, C y R Consulting Group, para que ocho jóvenes asistentes a las mesas de trabajo hiciésemos el diagnóstico de juventud, a través de encuestas; el mismo diagnóstico que la administración presenta como un avance del año 2009. Es más, de no ser por la propuesta inicial de Dragón Verde de hacer esta encuesta, tal vez ni siquiera hubiésemos tenido participación económica en la elaboración de esta política de juventud.
No dudamos de las capacidades profesionales que tengan los miembros de C y R Consulting Group, por el contrario, creemos que son personas responsables e idóneas para ejecutar proyectos públicos; empero, baste decir que C y R se constituyó legalmente el 24 de julio de 2008, tres años después de que una organización local, como Dragón Verde, se constituyera también con todos los preceptos legales; después incluso que la Corporación Almendra hiciese lo mismo, puesto que esta ONG que el día de hoy represento, se fundó en el mes de diciembre de 2007; y en el mismo año en que la asociación Juvenil Line Producciones empezó a desarrollar labores con personería jurídica en mano. Con palabras más claras: Existen distintas organizaciones en Funza dispuestas a trabajar en proyectos públicos, desde mucho antes que CyR apareciera en nuestra ciudad, por ello consideramos necesario decir que hay una ausencia de voluntad política del gobierno local en fortalecer las organizaciones de base del municipio de Funza, a través de las convocatorias públicas a los proyectos de desarrollo social. ¿En qué momento se hizo una convocatoria a las organizaciones sociales de Funza para construir una política de juventud? ¿Cómo no se definen estrategias de difusión, para poder participar sanamente en una convocatoria pública, donde quien salga beneficiado lo sea porque ganó en franca lid con otros proponentes?
El contrato de CyR Consulting Group, de veinte millones de pesos, constituye así un exabrupto al trabajo social gestado por jóvenes de distintas organizaciones sociales. Por ello, esta primera falencia, repito, “el gobierno municipal ha limitado la recepción de algunos de los proyectos que han presentado los jóvenes y se han irrespetado acuerdos pactados con organizaciones locales,” es tan importante, porque aún no se ven visos de cambio real.
La segunda problemática detectada en la mesa de trabajo dice así: “Las juntas de acción comunal en algunos casos son excluyentes y reacias a la participación u elección de los jóvenes para sus equipos de trabajo.” Aunque, en lo personal, no he sido víctima de exclusión, es visible cuál es el verdadero papel de las juntas de acción comunal en el municipio de Funza: por un lado, informantes no pagos; y por el otro, acrecentado de manera impresionante por esta época electoral, se han convertido en entes de proselitismo político endosado a unas mafias tradicionales de poder, donde el clientelismo, la corrupción e incluso el trasteo de votos son visibles. Algunas juntas de acción comunal, en su afán por congraciar a un candidato bendecido por funcionarios públicos del despacho municipal, han utilizado deliberadamente los espacios públicos como escenarios de discursos electorales, tal es el caso de algunos barrios del municipio, cercenando así algunos derechos de los residentes, deportistas y transeúntes. ¿Es que no hay una figura pública que limite el uso de estos espacios tratándose de manifestaciones particulares de un grupo de ciudadanos? Es más, ¿cuál es la directriz que emana el despacho municipal a sus funcionarios, en esta coyuntura electoral?
Pero volviendo al tema, la falencia de que algunas JAC no permitan o no incentiven la amplia participación de los jóvenes, no es tanto un asunto de manejo de poder local de unos cuantos, en el escenario justo de la deliberación primaria, como lo es el órgano de la Junta, sino el problema radica en que estas JAC están completamente endosadas a intereses partidistas, políticos y económicos que restringen que éstas puedan desarrollarse de manera autónoma, es decir, sin estar “aliadas” al sistema de poder que controla el municipio.
La tercera falencia afirma que no hay participación real de grupos juveniles en sus variadas manifestaciones en todos los eventos al aire libre programados por el gobierno municipal, así como en la toma de decisiones públicas. Tal es el caso de una medida, al parecer reciente, donde las principales víctimas son los jóvenes. Es la orden de la policía local de decomisar toda bicicleta que no tenga papeles. A nuestro juicio, esta medida impopular, que no fue consultada, atenta flagrantemente contra la libertad de movilidad de los muchachos que transitan por Funza, entre otras razones porque no hay una cultura que incentive el porte y conservación de todos los documentos de nuestros elementos, como una bicicleta, que simplemente, para la gran mayoría de funzanos y jóvenes, o sirve para transportarnos en cortas distancias o para realizar ejercicio. La policía local debe tener más cosas que hacer, en vez de perseguir, como lo ha hecho, a jóvenes en bicicleta, sólo para quitarles su medio de transporte. ¿A dónde van esos velocípedos, si aún no hay una sede de policía con las suficiente capacidad para guardarlos? Esta medida demuestra que aquí en Funza imperan las órdenes particulares, sobre los intereses generales, y por lo tanto, afirmamos que no hay amplia participación de los jóvenes en las decisiones públicas.
Es más, al parecer, algunas autoridades civiles y armadas, están más dedicadas a amedrentar y reprender que a construir ciudad. Tal es el caso de lo que me ha sucedido, como colaborador del boletín informativo El Libelo, que el día sábado 30 de enero de 2010, encontrándome en la calle 15 con carrera 6ª, en el marco de la presentación del informe de cuentas de la Alcaldía municipal, fui ultrajado por cerca de cinco uniformados, enviados por un guardaespaldas del alcalde, para decomisar cerca de cien ejemplares de El Libelo, constituyendo esta acción un claro atentado contra la libertad de prensa en el país. No vale la pena recabar en este asunto, cuando muchos de los asistentes conocen de cerca esta situación, y más aún cuando envié queja formal al despacho del alcalde, la personería, la policía y otras entidades hace ya casi dos semanas, sin recibir respuesta alguna. Aún así, la FLIP (Fundación para la Libertad de Prensa) prepara una alerta sobre este caso, pues considera ella que este atropello es un acto punitivo y que se debe garantizar el ejercicio de opinión incluso a los periodistas empíricos. Y lo más triste es que no es la primera vez que la policía se ensaña contra la ciudadanía indefensa del municipio. En El Libelo, a lo largo de sus 32 ediciones se han denunciado similares casos.
Volviendo a esta última falencia analizada, “los jóvenes no participan en la realización y proyección de eventos al aire libre”, nos encontramos, de nuevo, en el informe de la Rendición de Cuentas 2009, con un evento que nos dejó perplejos, pues fue muy impactante, pero que no tuvo en cuenta la opinión de las ONG juveniles, y es el concierto del día de la juventud, realizado en el marco del Festival Zaquesazipa, que de nuevo no mostró todo el talento cultural del municipio, sino que desplazó a los artistas autóctonos por los grupos externos. El concierto costó diez millones de pesos, de nuevo, insistimos, que pudieron ser gestionados por alguna ONG de reconocimiento local. Aún así, éste seguramente es uno de los eventos y actividades menos costosas realizadas en el 2009 por la administración. Algunos dineros, incluso se despilfarran cínicamente, tal es el caso del proyecto ejecutado por la Corporación Cine Club el Muro, que realizó, si se puede decir así, algunas proyecciones al aire libre. El costo del proyecto, ejecutado durante dos meses, costó 13 millones de pesos. Y decimos que fue plata perdida por razones simples y visibles: primero, fueron proyecciones con muy pocos asistentes, nos consta que en la última proyección en la Plazoleta Marqués de San Jorge no hubo ningún asistente, repito, ¡nadie! ¿Y cuánto le habrá costado al municipio esas dos horitas, tal vez un millón de pesos, o más? Ningún beneficiado con este proyecto. De una manera desconocida se le dio el contrato a esta organización externa, que sin conocer las expectativas del público quiso presentar la misma clase de cine, muy bueno por cierto, que suele pasar en cómodas salas de cine en Bogotá. ¿Cómo no dar un contrato similar a una organización como la Corporación Almendra, que tiene trabajo de base en Funza (es decir, moviliza gente), y que desde hace cuatro años, realiza ciclos de cine y muestras de cine, sin ningún recurso económico de por medio, y sólo cuenta con la gestión y el compromiso de los funcionarios del Centro Cultural Bacatá, para su óptima realización? Es posible que en esta ciudad apática a estas manifestaciones culturales, no logremos tener más de cincuenta personas, pero si se llega a dar el día en que nadie vea lo que proyectamos, con gusto nos retiraremos, porque significa que no hemos hecho nada en Funza, pero afortunadamente, no ha sido así, y el poco público ha estado contento con estos espacios alternos abiertos.
Es necesario entonces, creer en lo nuestro, contratar a un Dragón Verde para mantener limpio el humedal, por ejemplo; a una fundación cultural La Otra Alternativa, para capacitar niños y jóvenes en teatro; a un sinnúmero de bandas que se puedan presentar en los eventos al aire libre; a una Asociación juvenil como Line Producciones, para liderar proyectos de formación, políticos, empresariales o culturales. Etc., etc., etc. No tenemos que cerrar medios, como El Libelo, todo lo contrario, en una sociedad democrática, como lo dijo María Elvira Samper esta semana, a propósito del cierre de la revista Cambio que ella co-dirigía, “en este país necesitamos más voces, no menos (…) ya que la democracia es tolerancia, ¡todos queremos un mejor país!” Estas disertaciones que presento hoy, las he trabajado con esfuerzo, esperando un momento como el que se presenta hoy, un espacio que no se había dado en los dos años de la Ciudad Eficiente, y es que las autoridades municipales se sentaran y nos escucharan como jóvenes partícipes de una sociedad de cambio. Por ello, las propuestas generales de la Mesa de Trabajo en el área de Inclusión social son las siguientes:
1.Es necesario propiciar, orientar y capacitar a los grupos juveniles que estén interesados en constituirse. El apoyo organizacional y el reconocimiento de los grupos que lideran procesos sociales, culturales, políticos, etc., es una tarea inminente.
2.Que se apoye o se brinden incentivos económicos para la creación y fortalecimiento de los grupos juveniles, teniendo en cuenta que las organizaciones son un órgano de representación de la comunidad organizada, y ésta puede ejecutar proyectos.
3.Crear un porcentaje obligatorio de participación de jóvenes en aquellos momentos de decisión, con voz y voto para la toma de decisiones de los procesos que les competan como juventud del municipio.
4.Promover la creación de una secretaría de jóvenes.
5.Y, finalmente, una de las estrategias que guiaría de manera eficiente el óptimo desarrollo de estas acciones: el apoyo institucional para la creación de una Casa de la juventud, de carácter autónoma, consultiva, y veedora de las relaciones públicas para con los jóvenes del municipio.
Les agradezco a todos la atención prestada, y reitero que quienes validan este proceso, CyR Consulting Group, como organización contratada, son profesionales idóneos, pero esta situación no se puede repetir en un futuro inmediato, es decir, de ahora en adelante, se deberían firmar contratos con amplia participación pública, convocatorias previas, y veedurías ciudadanas en todos los proyectos ejecutados por una ciudad, que, a mi modo de ver, sigue siendo deficiente. Aunque yo no quisiera que fuera así, Funza se puede sumar a ese conjunto de ciudades, municipios y pueblos que
la Procuraduría General de la Nación, dice, son focos alarmantes de corrupción. Según Carlos Augusto Mesa, procurador delegado para la descentralización y entidades territoriales, “entre un 19% y un 25% de los recursos ejecutados en contrataciones estatales se pierden en nidos de corrupción”, y siguen algunas prácticas mafiosas como el financiamiento de campañas a cambio de jugosos contratos. Si es así, las autoridades presentes deben mirar qué ha pasado o qué han hecho ustedes, o por qué no han actuado, con las denuncias de corrupción en la EMAAF (Empresa Municipal de Acueducto y Alcantarillado de Funza), que se conocieron públicamente el 18 de noviembre en el Consejo municipal, y donde esa práctica está vigente, muy, muy vigente en estas tierras sabaneras.