ALEIDA GUEVARA COMPARTE EL LEGADO DE SU PADRE CON ESTUDIANTES DE AMERICA LATINA
Por: Dejando Huella Haciendo Memoria. Medios Populares de Comunicación.
Fecha de publicación: 5 de mayo de 2013.
Acción Fotográfica: Dachi Bedea
La hija del Che Guevara ha retomado las banderas del líder revolucionario para llenar el corazón de los luchadores y luchadoras sociales con mensajes de esperanza y transformación. En su visita a Colombia, compartió con los estudiantes de varias instituciones universitarias los logros de la lucha cubana, así como las ideas de Ernesto, las cuales iluminan el camino de los que se aprestan a transformar la sociedad. En la conferencia realizada en el Colegio Mayor de Cundinamarca expuso las realidades cubanas que la han llevado a consolidarse en una patria unida y libre de la dominación capitalista, en la que reina la alegría de los hijos de la revolución de 1959.
Con sus palabras, Aleida reafirmó la necesidad de unión y amor requerida en cualquier proceso de transformación, donde el pueblo debe ser el protagonista para que los cambios sean reales y se acerquen lo más posible al verdadero socialismo. Si bien al socialismo y a los hombres nuevos les falta cosas para mejorar, dice ella, no podemos negar el bien que le hacen al pueblo. Para representar esto, la médica cubana compara a los líderes como FIdel y el Che con la estrella central de nuestra galaxia: "el sol tiene muchas manchas, pero cuando brilla sobre nosotros con tanta intensidad e ilumina con su fuerza hasta el último rincón, nadie le puede ver las manchas". Así ve el pueblo cubano a sus líderes, como un sol con pequeñas manchas que se ocultan tras su brillo, el brillo de la entrega para con el pueblo. Esto se confirma en las elecciones democráticas que tienen lugar cada cinco años en la isla revolucionaria, de las cuales siempre sale victorioso Fidel: "Es que cuando un líder gana con un 99% ¡no hay nada qué hacer! ¡El pueblo ha mandatado que gobierne Fidel!"
En su charla también abogó por la solidaridad con los cinco héroes de la patria que sufren la injusticia del país yankee, que gracias a su pueblo mantienen la fe y la esperanza de un mundo mejor. El mensaje es que los y las presas políticas son parte fundamental de la lucha y es nuestro deber acompañarlos y procurar su libertad. En este sentido se habló de acciones y uniones internacionales en la lucha conjunta por la libertad de prisioneros de conciencia. Entre otros, de los tantos temas mencionados, Aleida ratificó que el rol de la mujer es fundamental en la revolución, y que aún le queda camino por andar: es que las mujeres, y especialmente los hombres que se dicen revolucionarios, tienen una gran tarea antes de hacer la revolución en la calle, y es liberarse del yugo esclavizador en la casa. ¿Cómo es posible que un hombre que se dice revolucionario llegue a la casa a esperar que la mujer le traiga, le haga, le cocine, le planche, le tienda? Es tarea de los hombres ser coherentes con sus ideales y obligación de la mujer impedir la perpetuación de este modelo patriarcal.
Finalmente, acusó que la educación es lo más importante en un proceso de revolución, pues es la que crea cultura y conciencia, es la que verdaderamente libera al pueblo; pero también es necesario cambiar el modelo de pensamiento que tenemos para educar, la educación debe ser libre, sin presiones, de acuerdo a los gustos y necesidades propias de los aprendientes. En síntesis, la visita de Aleida a Colombia se resume en un regalo de sabiduría para ser hombres y mujeres nuevas, con familias nuevas, que vayan más allá de lo esperado y transformen realidades como pueblo. También recuerda la importancia de unos medios de comunicación que respondan a las necesidades populares, a fin de impulsar, apoyar y proteger dichos procesos, generando unidad en torno a la verdad.